La abstenci¨®n ser¨¢ ma?ana el peor enemigo de los socialistas franceses
Los socialistas franceses se han esforzado en los ¨²ltimos d¨ªas de la campa?a para las elecciones cantonales en movilizar a sus simpatizantes y en reavivar la memoria del pa¨ªs. La abstenci¨®n se presenta como su peor enemigo en los comicios que se celebran ma?ana domingo y que suponen un gran desaf¨ªo pol¨ªtico. ?stas elecciones se han planteado como un simple episodio previo a las legislativas.
Las elecciones del domingo ser¨¢n la ocasi¨®n para que los franceses expresen por primera vez su opini¨®n sobre el gran giro pol¨ªtico introducido hace ahora un a?o por el presidente Fran?ois Mitterrand al nombrar primer ministro a un joven de 42 a?os, moderado y tecn¨®crata. Laurent Fabius ha conseguido en muy poco tiempo convertirse en uno de los pol¨ªticos m¨¢s populares de Francia, pero dif¨ªcilmente podr¨¢ actuar ma?ana como la locomotora que arrastre a todo su partido, por m¨¢s que se haya lanzado personalmente a la arena electoral.Los socialistas acuden a las urnas mucho m¨¢s desideologizados, presentando una imagen de modernizaci¨®n y pragmatismo y olvidando el tinte de izquierda que los acompa?¨® en elecciones anteriores. Pese a que el enfrentamiento con la derecha cl¨¢sica es total y absoluto, lo cierto es que el programa socialista est¨¢ ahora m¨¢s pr¨®ximo que nunca a los sectores moderados de los partidos de Giscard D'Estaing y de Jacques Chirac.
Una derrota espectacular en las elecciones de ma?ana, que tendr¨¢n una segunda vuelta el domingo 17, colocar¨ªa al partido socialista en una posici¨®n dif¨ªcil, pero el Gobierno espera los resultados con bastante serenidad. Mitterrand parece casi haberlas olvidado aun antes de celebrarse y prepara sus armas para la pr¨®xima confrontaci¨®n, mucho m¨¢s decisiva. Sus principales cartas son el efecto Fabius y la desuni¨®n de la derecha.
Las elecciones cantonales son para el presidente de la Rep¨²blica un ensayo general y el disparo de salida para la aut¨¦ntica carrera. Sin embargo, un ¨¦xito arrollador de la derecha tradicional le dar¨ªa a ¨¦sta ¨¢nimos suficientes para continuar su campa?a en contra de la permanencia de Mitterrand en el El¨ªseo, sobre todo si los socialistas pierden las legislativas de 1986.
La convivencia de Fran?ois Mitterrand con un eventual primer ministro antisocialista ha sido, incluso, uno de los grandes temas de discusi¨®n en las semanas previas a las cantonales. El presidente de la Rep¨²blica mantiene un discreto silencio, roto s¨®lo para recordar que fue elegido por sufragio universal para siete a?os, es decir, hasta 1988, pero entre bastidores hace todo lo posible para dividir a sus oponentes. Los l¨ªderes de la derecha, por su parte, no consiguen evitar el desconcierto del electorado ante un hecho que no tendr¨ªa precedentes en la historia de la V Rep¨²blica. Raymond Barre, Jacques Chirac y Val¨¦ry Giscard D'Estaing no se ponen de acuerdo sobre qu¨¦ hacer en ese caso y los socialistas explotan las discrepancias.
Voto de castigo
"La oposici¨®n va a recoger el domingo los votos contra el partido socialista", explica el comentarista pol¨ªtico Jacques Julliard, pero ¨¦se ser¨¢ su ¨²nico m¨¦rito. No ha brillado ni por su armon¨ªa, ni por la brillantez de sus jefes, ni por la originalidad de sus ideas... Bastar¨ªa que los socialistas cometieran menos errores para que la derecha volviera a encontrarse, intelectual y estrat¨¦gicamente, en el punto en el que se encontr¨® en 1981".
?ste es, sin duda, el mismo an¨¢lisis que hace Fran?ois Mitterrand, que tiene fama de disfrutar con las situaciones dif¨ªciles y de no darse nunca por vencido. Un golpe demasiado fuerte en las cantonales del domingo puede, sin embargo, comprometer sus planes y hacer flaquear su conocida fuerza serena. Los socialistas estar¨¢n tambi¨¦n atentos a los resultados del partido comunista. Los Gobiernos de Mitterrand ha hecho todo lo posible para reducir la influencia de Georges Marchais, pero se encuentran ahora con la contradicci¨®n de que un hundimiento completo del PCF les resta posibilidades de mantenerse en el poder.
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