Los jueces, una familia en la piocota
Las reformas en marcha cambiaran la estructura social de una carrera envejecida y replegada sobre s¨ª misma
BONIFACIO DE LA CUADRA El juez espa?ol medio tiene m¨¢s de 50 a?os, est¨¢ casado con una mujer de clase acomodada, es cat¨®lico practicante, hijo del cuerpo y se proclama apol¨ªtico o de tendencia centrista. Ocupa la categor¨ªa de magistrado con m¨¢s de 15 a?os de ejercicio y aspira a escalar al Tribunal Supremo antes de su jubilaci¨®n. Pertenece a la Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura (APM), de tendencia conservadora, y asegura confiar mucho en el Rey, bastante en el presidente del Gobierno y los ministros, menos en los diputados y senadores y en su alcalde y poco en los pol¨ªticos en general.
Este es el retrato-robot de los 1.748 miembros de la magistratura espa?ola que figuran en el escalaf¨®n de 1984, cerrado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) el 31 de diciembre de 1983, seg¨²n diversos. estudios realizados durante los ¨²ltimos cinco a?os por el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), complementados por este peri¨®dico. Por categor¨ªas, los miembros de la judicatura se distribuyen as¨ª: 74 magistrados del Tribunal Supremo, 809 magistrados, 417 jueces de ascenso, 259 jueces de ingreso y 189 magistrados de Trabajo.
La futura alteraci¨®n del componente humano de la justicia parece asegurada no s¨®lo porque durante los pr¨®ximos seis a?os se producir¨¢ un total de 499 jubilaciones forzosas, seg¨²n las previsiones del proyecto de ley org¨¢nica del Poder Judicial (LOPJ), actualmente a debate en el Parlamento, sino porque el sistema de acceso a la carrera judicial de juristas de reconocida competencia mediante concurso y sin oposici¨®n, propugnado tambi¨¦n en la LOPJ, contribuir¨¢ a la renovaci¨®n de este colectivo.
El 'sacerdocio', a extinguir
El mero ingreso de unos 500 nuevos jueces durante los ¨²ltimos cuatro a?os, tras largo tiempo de anquilosamiento de la carrera, ha significado ya, seg¨²n fuentes judiciales, un revulsivo generacional para la profesi¨®n. Las nuevas promociones parecen alejadas de la vieja concepci¨®n sacral de la judicatura como un sacerdocio y, en ocasiones, como una herencia familiar o de clase. En la actual situaci¨®n de crisis econ¨®mica y de paro, la profesi¨®n de juez aparece ante los j¨®venes licenciados en Derecho como una salida no desde?able, que aunque les proporcionar¨¢ en principio sueldos: relativamente moderados -unas 170.000 pesetas mensuales-, ofrece seguridad en el empleo y una funci¨®n socialmente bien considerada y de alta responsabilidad.
Una barrera de dificil superaci¨®n es el sistema de oposiciones, cuya dureza es tal que en los ¨²ltimos a?os vienen quedando numerosas plazas libres, a pesar del gran n¨²mero de opositores y de la necesidad de m¨¢s jueces que tiene nuestro pa¨ªs. Los aproximadamente 2.000 aspirantes que, seg¨²n el secretario de la Escuela Judicial y del tribunal examinador, ?ngel Calder¨®n, firmaron la oposici¨®n convocada por el CGPJ el pasado 28 de julio es muy probable que no sean suficientes para obtener algunas de las 200 plazas convocadas.
El 90%, varones
Los actuales aspirantes a jueces ofrecen, como m¨ªnimo, un dato objetivo que permite augurar un cambio sociol¨®gico en la carrera. Mientras que el 90% de los jueces y magistrados son hombres, la distribuci¨®n por sexos aparece equilibrada entre los opositores. Por otra parte, seg¨²n un estudio reciente, hasta ahora in¨¦dito, realizado con una muestra de 355 jueces y magistrados y que consta en el banco de datos del CIS con el n¨²mero 1.372, hay una serie de pautas entre los miembros de la carrera judicial que chocan con la realidad sociol¨®gica del pa¨ªs. La recogida de informaci¨®n para este estudio se produjo entre el 26 de noviembre y el 20 de diciembre de 1983.
Un primer dato es el de la edad de los jueces y magistrados, cuyo 37% tiene 55 a?os o m¨¢s, mientras que s¨®lo el 23,4% de la poblaci¨®n activa espa?ola tiene esa edad. Otro dato, ¨¦ste obtenido del escalaf¨®n de la carrera, complementa el anterior: de los, 1.748 jueces y magistrados, 499 (esto es, el 28,5%) tienen 59 a?os o m¨¢s. Los c¨¢lculos realizados por el Ministerio de Justicia para la pr¨®xima jubilaci¨®n gradual de estos 499 magistrados permiten distribuirlos por edades de la fiorma siguiente: 136 tienen 70 a?os o m¨¢s, 61 tienen 69 a?os, 55 tienen 67 o 68 a?os, 75 tienen 65 o 66 a?os, 72 tienen 63 o 64 a?os, 55 tienen 61 o 62 a?os y 45 jueces y magistrados tienen actualmente 59 o 60 a?os.
La investigaci¨®n sociol¨®gica antes citada confirma el car¨¢cter din¨¢stico que se atribuye a la carrera judicial. El 27% de los magistrados son hijos, el 12% nietos y el 7% yernos de un profesional del derecho. En concreto, en el 12% de los casos el padre es magistrado, juez o secretario de tribunal -igual que el 2% (de los abuelos y el 2% de los suegros-, y en el 15% el padre es abogado, notario, registrador u otro profesional del derecho, como el 10% de los abuelos y el, 5% de los suegros.
En cuanto a la extracci¨®n social y econ¨®mica, un 33% de los jueces y magistrados son hijos, un 31% nietos y un 43% yernos de profesionales liberales, industriales, comerciantes o empresarios. Sumando estos porcentajes con los anteriormente reflejados resulta que la gran mayor¨ªa de los jueces y magistrados procede de familias de clase social alta y media alta, ya que en el 60% de los casos el padre es alto profesional del derecho, ejerce una profesi¨®n liberal o es industrial o empresario, circunstancias que concurren tambi¨¦n en el 43% de los abuelos y en el 50% de los suegros de los magistrados.
El estado civil de los jueces y magistrados es el de casado en un 81 %, soltero en un 15 % y viudo en un 2% de los casos. El 1% est¨¢ divorciado y el 1% restante no contest¨® a la encuesta realizada por el CIS. Por lo que respecta a la religiosidad, el 50% de los jueces y magistrados se declara cat¨®lico practicante, el 22% cat¨®lico no practicante, el 12% no sabe o no contesta, el 7% se confiesa no creyente, el 6% indif¨¦rente y el 2% muy buen cat¨®lico. En cuanto a la tendencia pol¨ªtica de los encuestados, el 32% se ubica en el centro, el 31% no contesta, el 25% se sit¨²a en la izquierda, el 7% en la derecha, el 3% no sabe o no contesta, el 1% se coloca en la extrema derecha y el restante 1% en la extrema izquierda.
Otro aspecto de la actitud pol¨ªtica aparece medido en el estudio del CIS a trav¨¦s de la graduaci¨®n de la confianza que merecen a los jueces y magistrados determinadas autoridades y representantes democr¨¢ticos. Las respuestas expresan as¨ª la confianza en el Rey: mucha, el 43%; bastante, el 32%; poca, el 4%; nada, el 2%, y no sabe o no contesta el 15%. En el presidente del Gobierno -debe recordarse que los datos se recogieron a finales de 1983, con el PSOE en el poder- la confianza que se manifiesta es mucha para el 29%, bastante para el 42%, poca para el 9%, nada para el 2% y no sabe o no contesta el 19%.
Menor confianza expresan en los ministros del Gobierno, en los que s¨®lo el 7% tiene mucha y el 43% bastante, mientras que el 25% de los jueces y magistrados tiene poca, y el 4% ninguna confianza. La actitud es similar respecto a los diputados y senadores y al alcalde, y desciende dr¨¢sticamente cuando se trata de "los pol¨ªticos en general", en quienes s¨®lo el 3% tiene mucha confianza y el 27% bastante, al tiempo que el 36% tiene poca y el 10% ninguna.
Otro estudio del CIS sobre el sistema judicial espa?ol, realizado en 1982 con una muestra de 4.985 ciudadanos de 18 a?os en adelante, evidencia que el 36% considera al juez como alguien que hace justicia; el 20%, como alguien que hace observar la ley; el 16%, como ¨¢rbitro entre los que se encuentran enfrentados; el 5%, como representante del poder coercitivo del Estado; el 4%, como salvaguarda del orden social, y el 2%, como protector del ciudadano frente al Estado. En cambio, al 49% de los encuestados le gustar¨ªa que los jueces hiciesen justicia, al 12% que observaran la ley, al 8% que fueran ¨¢rbitros entre enfrentados; al 5% que protegieran a los ciudadanos frente al Estado, y al 5% que salvaguardaran el orden social.
Preferencia por el jurado
Las preferencias ciudadanas para ser juzgado se inclinan hacia el tribunal del jurado en un 45% y al tribunal de s¨®lo jueces el 18%. En una segunda encuesta, realizada un a?o despu¨¦s, opt¨® en favor del jurado el 44 %, y a favor de ser juzgados por los jueces el 32%. En general, la confianza que inspiran los jueces a los ciudadanos se mide as¨ª: bastante, el 34%; regular, el 26%; mucha, el 14%; poca, el 8%, y muy poca, el 5%. Por su funcionamiento cotidiano, los tribunales de justicia son, seg¨²n el estudio citado, poco justos y poco eficaces para el 25%, m¨¢s justos que eficientes para el 21 %, muy eficientes y justos para el 13%, y m¨¢s eficaces que justos para el 12%.
Por ¨²ltimo, el alejamiento ciudadano de las oficinas judiciales queda expresivamente medido en la respuesta a esta pregunta: "?Ha tenido usted o alguien de su familia o de sus amigos ¨ªntimos contacto personal con el mundo de la justicia?". El 70% contesta que no, y s¨®lo el 25% responde afirmativamente. El 6% restante no sabe o no contesta.
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