El dividendo del Hispano depender¨¢ del cumplimiento del coeficiente de garant¨ªa
El Banco Hispano Americano podr¨¢ repartir dividendo entre sus accionistas con cargo al ejercicio de 1985 siempre que los resultados obtenidos permitan hacer las provisiones necesarias para morosos y fallidos y que con el resto se alcance el volumen suficiente de recursos propios -capital y reservas- para cubrir el coeficiente de garant¨ªa seg¨²n el calendario establecido por las autoridades econ¨®micas.
Los nuevos responsables del Banco Hispano Americano se?alan que no tienen ninguna prohibici¨®n expresa del Banco de Espa?a, en su papel de controlador de instituciones financieras, por la que no les sea permitido repartir dividendo entre sus accionistas con cargo a 1985. Parece l¨®gico que no exista esta prohibici¨®n en tanto en cuanto no se conozca cu¨¢les son los resultados obtenidos por este banco a lo largo del ejercicio actual, del que apenas va transcurrido un cuatrimestre. Ser¨¢ a finales de a?o cuando se tomar¨¢ una decisi¨®n, igual que con el resto de las instituciones financieras.El Banco Hispano, en cualquier caso, tendr¨¢ que hacer un fuerte esfuerzo interno antes de contar con la autorizaci¨®n para repartir dividendo, aunque sea simb¨®lico. Por un lado tiene que mantener su nivel de provisiones para morosos y fallidos, relativamente escaso en los ejercicios anteriores, aunque en 1984 destin¨® 27.000 millones a este concepto. Por otro, deber¨¢ amortizar la parte correspondiente a los 10.000 millones de pesetas de ayudas al Urquijo-Uni¨®n. El ¨²ltimo esfuerzo consistir¨¢ en incrementar sus reservas en cantidad suficiente para cumplir el nuevo coeficiente de garant¨ªa, dentro del per¨ªodo de adaptaci¨®n de cuatro a?os. A partir de estas condiciones el Hispano Americano podr¨¢ repartir dividendo.
En el Banco de Espa?a prima en estos momentos la necesidad de adecuaci¨®n a este coeficiente, a¨²n por estrenar pero en cualquier caso m¨¢s duro que el actualmente en vigor, y no se permitir¨¢ que nadie reparta dividendos si no mantiene una l¨ªnea clara de adecuaci¨®n al nuevo coeficiente de garant¨ªa.
El Urquijo-Uni¨®n va a recibir del Banco de Espa?a, del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos en entidades bancarias (FGD), de los grandes bancos privados (Central, Banesto, Bilbao, Vizcaya, Santander y Popular) y del mismo Hispano ayudas por valor de 60.000 millones de pesetas. De esta cantidad, 10.000 millones de pesetas ser¨¢n abonadas por el Banco de Espa?a como consecuencia del cumplimiento de un cl¨¢usula existente en el contrato de adquisici¨®n del Banco Urquijo, en abril de 1983, que estipulaba que el Banco de Espa?a compensar¨ªa las p¨¦rdidas en que pudiera incurrir el Urquijo en su operaciones en divisas. Las ¨²ltimas estimaciones de estas p¨¦rdidas las elevan hasta cerca d 10.000 millones de pesetas.
Desconfianza generalizada
Lo que est¨¢ en discusi¨®n todav¨ªa es la forma de instrumentar dicha ayuda. Puede ser mediante el pago en dinero directamente de esas p¨¦rdidas o mediante la pr¨®rroga de la exenci¨®n de coeficientes de que goza el Urquijo-Uni¨®n. Hasta ahora los dep¨®sitos que proced¨ªan de Bankuni¨®n deber¨ªan cubrir coeficientes en 1987, y los del Urquijo un a?o despu¨¦s.El resto de las ayudas, 50.000 millones de pesetas, proceder¨¢ del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos (25.000 millones de pesetas), mientras que los seis grandes bancos pondr¨¢n 15.000 millones de pesetas, en funci¨®n del volumen de pasivos de cada uno de ellos, y el Banco Hispano aportar¨¢ los 10.000 millones de pesetas restantes.
Cuando en el mes de diciembre de 1984 se hizo p¨²blico el mantenimiento de las dificultades del Banco Urquijo-Uni¨®n, a pesar de las ayudas ya recibidas, las autoridades monetarias consideraron que antes de discutir el volumen de los nuevos fondos que se deb¨ªan conceder a ese banco para su saneamiento hab¨ªa que garantizar una gesti¨®n responsable tanto de aqu¨¦llas como de todos los fondos ya aportados. La enfermedad del presidente del Banco Hispano Americano, que simultaneaba este cargo con el de m¨¢ximo ejecutivo del Urquijo-Uni¨®n, precipit¨® esta decisi¨®n y la favoreci¨® indirectamente. Las cr¨ªticas que desde el Banco de Espa?a se hac¨ªan a los m¨¢ximos ejecutivos de estos dos bancos, especialmente del Hispano, se centraban en la desconfianza que se ten¨ªa de que fueran capaces de sanear el Urquijo-Uni¨®n cuando eran pr¨¢cticamente las mismas personas, con algunas excepciones, que hab¨ªan permitido que el Banco Urquijo fuera perdiendo rentabilidad, lo que provoc¨® que acabara entrando en una pendiente creciente de p¨¦rdidas. Esta misma cr¨ªtica se extend¨ªa a la gesti¨®n realizada en el propio Banco Hispano, que hab¨ªa frenado claramente su nivel de crecimiento y rentabilidad en los ¨²ltimos ejercicios.
Una vez solventada la sustituci¨®n del m¨¢ximo responsable de ambos bancos con la dimisi¨®n por motivos de enfermedad de Alejandro Albert, y se produjo el nombramiento de Claudio Boada como presidente del Hispano Americano, las autoridades monetarias consideraron que se hab¨ªa dado el primer paso para cambiar la l¨ªnea de gesti¨®n y que, por tanto, se pod¨ªa volver a hablar de las ayudas necesarias para el reflotamiento del Urquijo-Uni¨®n.
La aportaci¨®n directa de la banca privada al segundo saneamiento del Urquijo-Uni¨®n ha venido muy bien por varios motivos. En primer lugar porque no era defendible que una instituci¨®n privada de esta importancia, sobre todo si se considera la repercusi¨®n que pod¨ªa tener sobre el tercer banco del pa¨ªs, fuera saneada, de nuevo, con fondos p¨²blicos. Por ello se dej¨® claro desde el principio que ser¨ªa la iniciativa privada la que tendr¨ªa que hacer un esfuerzo mayor en dicho proceso de saneamiento.
Aumento de provisiones
La teor¨ªa defendida desde la Administraci¨®n se?alaba que las nuevas ayudas que necesitaba el Urquijo-Uni¨®n ten¨ªan que proceder del Hispano Americano, y por eso se prohibi¨® que se repartiera dividendo alguno con cargo al ejercicio de 1984.Los 27.000 millones de pesetas de excedente generados por el Hispano en 1984 deb¨ªan utilizarse en hacer provisiones cuantiosas para su propia cartera de cr¨¦ditos y participaciones, dentro de las cuales se encontraba el valor de las acciones del UrquijoUni¨®n.
La posibilidad de destinar la mayor parte de estos 27.000 millones de pesetas a sanear el Urquijo-Uni¨®n o a dotar el fondo de provisiones de morosos o fallidos del Hispano depend¨ªa, en cualquier caso, de las ayudas externas que recibiera este banco para sanear a su filial.
La participaci¨®n de la banca privada en el proceso de saneamiento despej¨® las inc¨®gnitas. El Hispano podr¨ªa destinar todo su excedente a mejorar sus propias cuentas de balance, poniendo todo su dinero para sanear los activos malos que tiene. El Banco de Espa?a y las autoridades, al tiempo, manten¨ªan su postura de que no se utilizar¨ªa una mayor¨ªa de fondos p¨²blicos en el proceso de saneamiento. La participaci¨®n del Hispano en el saneamiento es relativamente escasa porque la de la banca privada es importante.
Este marco general de la actuaci¨®n de las autoridades econ¨®micas, la banca privada y el propio Hispano Americano dibujan el cuadro en el que este ¨²ltimo banco va a tener que moverse en los pr¨®ximos meses.
Por una parte, tiene que continuar con su esfuerzo de hacer provisiones importantes para morosos y fallidos, dado que no lo hab¨ªa hecho en ejercicios anteriores. Por otra, tendr¨¢ que generar recursos suficientes para ir amortizando los 10.000 millones de pesetas con que colabora al saneamiento del Urquijo-Uni¨®n.
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