El obspo de Roma pisa suelo holand¨¦s por vez primera en nueve siglos
Juan Pablo II inici¨® ayer su 26? viaje al extranjero con una defensa de su derecho a nombrar prelados
![Andr¨¦s Ortega](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0f703ba3-ab63-4ec6-b2d9-16dd251eb51a.png?auth=ce4b270d36a1e6c3150defefffbeef1b3c3465890f4ad8ba827b988ccc791d51&width=100&height=100&smart=true)
El papa Juan Pablo II cree que no tiene por qu¨¦ explicar las razones que le llevan a designar a los obispos. "Es al Papa a quien corresponde decidir", dijo en la catedral de San Juan, en Hertogenbosch (Holanda), di¨®cesis que precisamente ha sido una de las afectadas en la ¨²ltima remodelaci¨®n episcopal. Desde el siglo XI ning¨²n obispo de Roma hab¨ªa pisado esta tierra de los Pa¨ªses Bajos. Pero ¨¦ste no pare ce ser un viaje que consiga una apote¨®sica movilizaci¨®n popular.
En su primer d¨ªa de visita a Holanda -en este 26? viaje, que le llevar¨¢ el mi¨¦rcoles a Luxemburgo y el jueves a B¨¦lgica-, Juan Pablo II recibi¨® una acogida poco entusiasta en cuanto al n¨²mero de personas que se congregaron en las calles para verle pasar. Y es que esta visita ha dividido a los propios cat¨®licos holandeses.S¨®lo unos miles de personas le acogieron en el aeropuerto de Eindhoven. All¨ª, Juan Pablo II record¨®, en el 40? aniversario del fin de la ca¨ªda del nazismo, "el destino tr¨¢gico y el sacrificio de millares de jud¨ªos", y asegur¨®: "Rezamos a su Dios, que es tambi¨¦n nuestro Dios, para que este pueblo elegido pueda ahora vivir en paz y seguridad". Gesto tard¨ªo, pues la comunidad jud¨ªa de Holanda -25.000 personas, frente a medio mill¨®n antes de la guerra- no ha querido recibir al Papa, pues pide que el Vaticano reconozca al Estado de Israel y que la Iglesia cat¨®lica haga una autocr¨ªtica de su actitud durante el nazismo.
Posteriormente, el papa Wojtyla se traslad¨® a la catedral de San Juan de Hertogenbosch, la di¨®cesis holandesa de mayor concentraci¨®n cat¨®lica. Sin embargo, donde se esperaban unas 80.000 personas, y se hab¨ªa dejado sitio para ellas, s¨®lo hab¨ªa unos miles. En algunas paredes hab¨ªa pintadas y carteles no retirados por la polic¨ªa en los que se ped¨ªa que el Vaticano liberalice su actitud ante el aborto, la homosexualidad y los derechos de la mujer.
El Papa nombr¨® en febrero pasado como obispo a Ter Schure, un ultraconservador caracterizado especialmente por sus homil¨ªas contra los homosexuales y contra las parejas no casadas. Juan Pablo II descart¨®, como en otras tres ocasiones, ternas presentadas por los cap¨ªtulos diocesanos. Este nombramiento llev¨® a la dimisi¨®n de dos vicarios episcopales y una treintena de di¨¢conos de di¨®cesis. En los ¨²ltimos 15 a?os, el episcopado holand¨¦s ha perdido la mayor¨ªa de sus obispos aperturistas.
En Hertogenbosch, Juan Pablo II asegur¨® que, para cada nombramiento a la cabeza de una di¨®cesis, el Papa "trata de comprender la vida de una Iglesia local, se informa y pide consejo", y concluy¨®: "He nombrado al que, ante Dios, he juzgado m¨¢s apto".
En este primer d¨ªa de su viaje, Juan Pablo II hizo un llamamiento a la unidad de la Iglesia cat¨®lica. Pero esta visita pastoral a. Holanda ha sido organizada para evitar la confrontaci¨®n con los cat¨®licos disidentes, a los que el Papa no recibir¨¢.
En su encuentro con representantes de la ense?anza cat¨®lica, en la misma ciudad, Juan Pablo II insisti¨® en la ense?anza confesional y en el valor de la catequesis, alabando el sistema de los Pa¨ªses Bajos, "donde las escuelas cat¨®licas ocupan una posici¨®n envidiable".A partir de los censos de poblaci¨®n -en los que se indica la religi¨®n-, el Estado holand¨¦s financia las escuelas confesionales. ¨²ltimamente, sin embargo, ha crecido el n¨²mero de personas que se niegan a declarar su religi¨®n en dichos censos.
Espect¨¢culo pagano
A su llegada al aeropuerto de Eindhoven, Juan Pablo II tuvo una prerrogativa especial, en principio s¨®lo reservada a la familia real holandesa: el pisar las hist¨®ricas banderas provinciales. En el centro de Amsterdam, la capital, unos dos centenares de punkies y alternativos celebraron ayer un espect¨¢culo pagano para protestar contra la visita del Papa. Iban vestidos de monjas y curas y con un mariamovil que parodiaba al papamovil, el ya tradicional veh¨ªculo pontificio en este tipo de viajes. Los manifestantes ahorcaron un mu?eco en recuerdo de la Inquisici¨®n.
El ambiente contra la visita papal se ha ido calentando en las ¨²ltimas semanas y meses, sobre todo en Holanda, pero tambi¨¦n en B¨¦lgica. Un mensual alternativo holand¨¦s, Drift, sali¨® esta semana con un suplemento titulado L'Osservatore Passionato, cuyo art¨ªculo principal est¨¢ dedicado a C¨®mo matar a un Papa. La conclusi¨®n es que no es f¨¢cil por medio de un tiro o una granada. Pero el autor se pronuncia por la eliminaci¨®n de "este s¨ªmbolo, este tirano sonriente".
La revista mensual Bluff recoge en su portada el cartel -prohibido por la polic¨ªa holandesa- que ofrece: 15.000 florines (unas 800.000 pesetas) de recompensa a quien asesine al Pont¨ªfice, a quien se califica de "Duce II" y miembro de una "organizaci¨®n criminal y fascistoide". A pesar de su prohibici¨®n, dicho cartel es visible en las ventanas de los squatters (ocupantes ilegales de viviendas) de Amsterdam, ciudad a la que, por motivos de seguridad, no se desplazar¨¢ Juan Pablo II. Esta oferta de recompensa ven¨ªa firmada por el Frente N¨®rdico del Terror -que ha reinvindicado tres atentados en Holanda- y los llamados Aut¨®nomos -bastante misteriosos-, que en las ¨²ltimas horas han llevado a cabo diversas profanaciones.
La seguridad del Papa es una verdadera pesadilla para los organizadores del viaje. Diez mil polic¨ªas est¨¢n dedicados especialmente a la seguridad de Juan Pablo II en Holanda, un pa¨ªs con condiciones sumamente liberales (le acceso y donde los grupos marginales tienen cierto peso. Un peligro similar se repetir¨¢ en Luxemburgo, con escasa polic¨ªa, y en B¨¦lgica, donde las fuerzas de seguridad-desconocen a¨²n de d¨®nde han surgido los ¨²ltimos grupos terroristas, como las C¨¦lulas Comunistas Combatientes (CCC).
Carteles y pegatinas han surgido tambi¨¦n en B¨¦lgica, aunque se han prohibido en raz¨®n de una redescubierta ley del siglo pasado
El obispo de Roma pisa suelo holand¨¦s por vez primera en nueve siglos
(del 20 de diciembre de 1852) que reprime las ofensas contra los jefes de Estado extranjeros. La represi¨®n policial fue, de hecho, fuerte en algunas ciudades flamencas.Ello no ha impedido la proliferaci¨®n de im¨¢genes, como unas posaderas masculinas, desnudas, de las que sale una trompeta escatol¨®gica, con una invitaci¨®n a una repetici¨®n general ante la visita de Juan Pablo II, obra del comit¨¦ flamenco contra dicha visita, fueron prohibidas tras una protesta motivada en parte por los homosexuales. En otro cartel, Juan Pablo II est¨¢ rodeado de vasos de vino, con este eslogan: "Pope is dope. El Chateauneufdu-Pape est arriv¨¦".
Las manos de la Virgen
Hace algunas semanas, las manos de la estatua de la Virgen de Beauraing (B¨¦lgica), que Juan Pablo visitar¨¢ el 18 de mayo, fueron descubiertas cortadas una ma?ana. Hubo conatos de incendios provocados en residencias estudiantiles cat¨®licas. En diversas ciudades de Flandes, los Anarquistas An¨®nimos en Acci¨®n robaron estatuas de iglesias. Una organizaci¨®n, el Grupo Naturalmente Antipapista, intenta coordinar todas las manifestaciones.
Para hoy est¨¢ convocada una manifestaci¨®n anti-Papa en Utrecht (Holanda). Todo esto puede parecer folcl¨®rico y minoritario, aunque a este folclorismo tambi¨¦n se ha asociado en parte la televisi¨®n holandesa en su presentaci¨®n del viaje papal, que un diario italiano calific¨® de "viaje al infierno".
Unos 10.000 cat¨®licos progresistas se manifestaron en La Haya el pasado mi¨¦rcoles para mostrar la "otra cara de la Iglesia", pidiendo a los obispos que acepten el car¨¢cter propio de las diversas formas de la Iglesia cat¨®lica holandesa.
En B¨¦lgica, la oposici¨®n a la visita papal ser¨¢ menos marcada. Pero el viaje no estar¨¢ exento de problemas, parad¨®jicamente, en Flandes, la regi¨®n m¨¢s cat¨®lica. Los protestantes belgas, a trav¨¦s de un voto de su asamblea sinodal, decidieron no encontrarse con el Papa. En Holanda, la importante comunidad jud¨ªa decidi¨® otro tanto.
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