Ballesteros niega conocer la identidad de las personas que cruzaron la frontera tras el atentado del Hendayais
Manuel Ballesteros, ex comisario general de Informaci¨®n, neg¨® ayer ante la Audiencia Provincial de San Sebasti¨¢n, que le juzgaba por un presunto delito de denegaci¨®n de auxilio a la justicia, conocer la identidad de los tres individuos, informadores policiales a sueldo, que cruzaron violentamente la frontera francesa el 23 de noviembre de 1980 a las 19.30, minutos despu¨¦s de perpetrarse el ametrallamiento del bar Hendayais, en Hendaya (Pa¨ªs Vasco franc¨¦s). Dos ciudadanos franceses perdieron la vida en este atentado y otras 10 personas fueron heridas, una de las cuales falleci¨® posteriormente.
En el juicio, iniciado a las 10.45 y visto para sentencia a ¨²ltima hora de la tarde de ayer, comparecieron como testigos el ex ministro de Interior, Juan Jos¨¦ Ros¨®n; el ex director general de la seguridad, del Estado, Francisco La¨ªna; el inspector Juan Antonio Gonz¨¢lez Pacheco, Billy el Ni?o; el ex director general de la polic¨ªa, Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez Dopico; el ex comisario jefe de Guip¨²zcoa y actual comisario general de informaci¨®n, Jes¨²s Mart¨ªnez Torres, otros mandos policiales y polic¨ªas y guardias civiles destinados en el puesto fronterizo de Ir¨²n el d¨ªa de los hechos.La comparecencia de estos mandos policiales y la presencia de Manuel Ballesteros en el banquillo de los acusados tras haber ignorado seis citaciones de la justicia, otorgaron al juicio una especial significaci¨®n pol¨ªtica. El fiscal, Narciso Ariza, solicit¨® para Ballesteros una pena de tres a?os de inhabilitaci¨®n especial y 100.000 pesetas de multa, interpretando que el ex comisario general de informaci¨®n incurri¨® en ese delito por su actitud obstruccionista ante la justicia y por haber ordenado la puesta en libertad de tres individuos sospechosos de haber perpetrado el atentado al Hendayais y autores, en todo caso, de delitos en suelo espa?ol, como la utilizaci¨®n de un veh¨ªculo robado y con matr¨ªcula falsa, la colisi¨®n con un coche tras romper la barrera fronteriza y la posesi¨®n de armas. Narciso Ariza indic¨® al elevar sus conclusiones que la pena solicitada por ¨¦l era una condena m¨ªnima, "mod¨¦lica, simb¨®lica. Lo que se juega aqu¨ª", dijo, "es, en el fondo, la autonom¨ªa del Poder Judicial".
La acusaci¨®n particular, ejercida por distintos ayuntamientos guipuzcoanos, y representada por Miguel Castells, solicit¨® un total de 20 a?os de inhabilitaci¨®n especial para el acusado y 100.000 pesetas de multa por delitos de denegaci¨®n de auxilio a la justicia y prevaricaci¨®n. La defensa, a cargo del abogado Juli¨¢n Sanz Mart¨ªn, pidi¨® la absoluci¨®n de Manuel Ballesteros, cuyo testimonio fue arropado por los testigos.
Contradicci¨®n de Dopico
Unicamente Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez Dopico afirm¨® en un momento determinado estar convencido de que Manuel Ballesteros conoc¨ªa la identidad del grupo de informadores que actuaban bajo el nombre en clave de Michel, si bien, inmediatamente despu¨¦s, y tras la intervenci¨®n de la defensa, rectific¨® este testimonio indicando que la clave habr¨ªa permitido al ex comisario general de informaci¨®n identificar a los sospechosos como parte de un grupo de informadores policiales, pero que esto no significaba que conociera sus nombres.
A lo largo de la ma?ana, el fiscal y el abogado de la acusaci¨®n particular intentaron infructuosamente despejar la memoria de muchos de los testigos, algunos de los cuales llegaron a aludir a la oscuridad de la zona para explicar su nula aportaci¨®n. La imposibilidad de los testigos llev¨® a los informadores a bautizar la vista como el juicio de la amnesia, despu¨¦s de que el fiscal y acusador particular renunciaran a interrogar a algunos de los polic¨ªas y guardias civiles que todav¨ªa no hab¨ªan declarado.
La recuperaci¨®n para el sumario del libro de telefonemas en el que se registraron las llamadas efectuadas y recibidas esa noche desde el puesto de Santiago de Ir¨²n, fue decisiva en el desarrollo del juicio y permiti¨® establecer que las instrucciones cursadas desde la comisar¨ªa general de informaci¨®n fueron: "dar bola al asunto; nadie ha visto ni o¨ªdo nada". Manuel Ballesteros neg¨® que conociera el ametrallamiento del bar Hendayais en el momento en que orden¨® la puesta en libertad de los informadores policiales, pero su testimonio se contradice con la rese?a de este documento en el que consta que hab¨ªa sido previamente informado. El libro de telefonemas fue retirado de la aduana de Ir¨²n el mismo 23 de noviembre, siguiendo ¨®rdenes del entonces comisario jefe de Guip¨²zcoa, y remitido al Ministerio del Interior, de donde ha sido recuperado por iniciativa judicial.
Los guardias civiles y polic¨ªas nacionales de servicio esa noche en la frontera aportaron escas¨ªsimos datos sobre las circunstancias en que se produjo la entrada ilegal del grupo de informadores, cuyas caracter¨ªsticas f¨ªsicas no precisaron. Ninguno de ellos reconoci¨® haber comunicado al polic¨ªa franc¨¦s Roland Galle, tal y como consta en el sumario abierto por el tribunal de Bayona (Francia) que los tres sospechosos portaban en el momento de ser retenidos un fusil, cuatro pistolas y varios cargadores.
El fiscal y la acusaci¨®n particular subrayaron en varios momentos la imposibilidad de que, como afirmaron en su d¨ªa cargos del Ministerio del Interior, se hubiera comprobado la falta de antecedentes delictivos de los tres sospechosos si, como sostiene el propio comisario Ballesteros, no se conoce la identidad de quienes se ocultaban bajo el nombre de Michel.
El gobernador civil de Guip¨²zcoa, Pedro Ar¨ªstegui, actual embajador en L¨ªbano, no compareci¨® al juicio alegando, en un telegrama remitido a la Audiencia, que el Ministerio de Asusntos Exteriores no le hab¨ªa autorizado expresamente a acudir a la vista ni le hab¨ªa asegurado el pago del dinero del viaje.
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