El Partido de Miguel de la Madrid saldr¨¢ da?ado por el coste social de su ¨¦xito contra la crisis
Poner orden en las finanzas nacionales ha sido la primera preocupaci¨®n del presidente Miguel de la Madrid. Hace tres a?os, M¨¦xico era un pa¨ªs. en situaci¨®n de quiebra formal. Despu¨¦s de 30 meses de complejas negociaciones con la banca internacional, el Gobierno ha reestructurado su deuda externa en t¨¦rminos compatibles con el desarrollo. Los vencimientos se han aplazado hasta 1997 para evitar que las condiciones de pago ahoguen la econom¨ªa. ?ste resulta por ahora su mayor ¨¦xito, pero el coste social ha sido tan alto que debe tener un efecto negativo para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones del 7 de julio.
El programa de austeridad tuvo un impacto inmediato en precios y salarios. La retirada por el Estado de subsidios a numerosos productos de primera necesidad provoc¨® alzas generalizadas que las revisiones salariales no pudieron contrarrestar. Incluso este a?o, en el que se espera un crecimiento de la econom¨ªa superior al 3%, los sueldos han subido siete puntos por debajo de la inflaci¨®n.En condiciones similares los obreros de Argentina se lanzaron a la huelga contra la pol¨ªtica econ¨®mica de Ra¨²l Alfons¨ªn, y los de R¨ªo de Janeiro y S¨¢o Paulo asaltaron supermercados en busca de alimentos que no pod¨ªan comprar. S¨®lo la alianza hist¨®rica entre los sindicatos y el PRI puede explicar que la crisis econ¨®mica no haya roto la paz social. Desde el Gobierno se sostiene la tesis de que los obreros no han olvidado que gracias a la revoluci¨®n conquistaron, en la Carta Magna de 1917 derechos que en esa ¨¦poca no estaban reconocidos en la mayor¨ªa en los pa¨ªses occidentales.
La izquierda contraataca con el argumento de que el PRI no ha hecho otra cosa que instalar en la c¨²pula sindical a l¨ªderes corruptos a los que manipula en perjuicio de los trabajadores. Basta ver las mansiones de los m¨¢ximos dirigentes obreros, vecinos de la alta burgues¨ªa en los barrios m¨¢s elegantes de la capital, para comprobar que esta acusaci¨®n no est¨¢ exenta de verdad. Pero no es menos cierto que Fidel Vel¨¢zquez y su camarilla de octogenarios han demostrado m¨¢s habilidad que los l¨ªderes independientes.
El segundo hombre de M¨¦xico
El viejo secretario general de la CTM (Confederaci¨®n de Trabajadores Mexicanos) ha mantenido durante cuatro d¨¦cadas una relaci¨®n con el Gobierno que se caracteriz¨® por el apoyo pol¨ªtico a cambio de concesiones econ¨®micas y sociales. En ¨²ltima instancia, la complicidad con el poder le sirvi¨® para sacar mejores prestaciones que los sindicatos que siguieron la senda de la izquierda marxista.
Desde que tom¨® con mano de hierro la direcci¨®n de la CTM, Vel¨¢zquez est¨¢ considerado como el pol¨ªtico m¨¢s importante de M¨¦xico despu¨¦s del presidente. Tiene a su favor el hecho de que ¨¦stos duran s¨®lo seis a?os y ¨¦l aspira a ser reelegido a los 84. Su organizaci¨®n agrupa a cuatro millones de trabajadores, que constituyen la fuerza m¨¢s homog¨¦nea del PRI, al que pertenece este sindicato.
Sin ese apoyo formidable es casi seguro que M¨¦xico habr¨ªa vivido disturbios graves. La gran ventaja del PRI con vistas a los comicios es que la ¨²nica oposici¨®n consistente, dadas las divisiones internas de la izquierda, est¨¢ en el derechista Partido de Acci¨®n Nacional, cuyos planteamientos econ¨®micos son a¨²n m¨¢s perjudiciales para los trabajadores.
Muchos analistas presagiaron a Miguel de la Madrid un mandato erizado de conflictos. Su discurso de investidura, en el que no ocult¨® ninguno de los graves problemas que padec¨ªa el pa¨ªs ni recurri¨® al eufemismo para anunciar un programa basado en las teor¨ªas del Fondo Monetario Internacional, as¨ª lo presagiaba.
La recesi¨®n fue mayor de lo que se crey¨®. La econom¨ªa se contrajo en un 6% mientras la poblaci¨®n aumentaba en un 5,5%. Los mexicanos eran, en consecuencia, m¨¢s pobres, y eso se not¨® en el consumo per c¨¢pita de tortillas de ma¨ªz, sustento b¨¢sico de la mayor¨ªa. No ha habido, sin embargo, huelgas salvajes ni rapi?as colectivas.
Sobre esta base de estabilidad social, el presidente ha podido edificar una pol¨ªtica econ¨®mica sin concesiones al populismo. Frente a una izquierda que propon¨ªa el desconocimiento de la deuda, Miguel de la Madrid ha renegociado las condiciones de pago hasta convertir de nuevo a M¨¦xico en sujeto de cr¨¦dito.
Con esta filosof¨ªa inicia ma?ana Miguel de la Madrid un viaje que le llevar¨¢ desde Sevilla a Bruselas, pasando por Londres, Par¨ªs y Bonn.
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