La lluvia redujo a un partido la primera jornada de Wimbledon
Wimbledon abri¨® ayer sus puertas junto a su fiel pareja: la lluvia. Una tormenta, con gran aparato el¨¦ctrico, hizo aplazar el partido del estadounidense John McEnroe y el australiano Peter McNamara y redujo la primera jornada al enfrentamiento entre el checoslovaco Ivan Lendl y el norteamericano Mel Purcell, que concluy¨® con la victoria del primero por 6-4, 7-6 (7-2) y 7-6 (7-2). Seg¨²n informa la agencia Efe, la tormenta hizo saltar en pedazos seis l¨¢mparas de iluminaci¨®n, cuyos restos cayeron a la pista sin producir ning¨²n herido. En una sociedad como la brit¨¢nica, especialmente sensibilizada ante los atentados masivos, el efecto de rayos y truenos hizo temer que fuese una bomba.La ausencia de competici¨®n no hizo m¨¢s que llevar a un primer plano de la actualidad las dif¨ªciles relaciones de los mejores tenistas con la Prensa amarilla de Fleet Street. El tenis es un deporte popular en el Reino Unido. Los esc¨¢ndalos, los noviazgos y los insultos venden y no hay ning¨²n tipo de limitaci¨®n para los amarillos. Wimbledon se presenta movido. Si McEnroe esperaba un trato benevolente, se equivocaba. Uno de los diarios londinenses utilizaba una foto de su llegada al aeropuerto de Heathrow para darle la bienvenida en su primera p¨¢gina con este titular: "Mac, el miserable".
En Roland Garros, Martina Navratilova ya vio que iba a ser carne de ca?¨®n en Wimbledon. Un periodista londinense se traslad¨® a Par¨ªs ¨²nicamente para hacerle esta pregunta en una conferencia de prensa: "?Es verdad que su mal juego se debe a los problemas que tiene su amiga Judy Nelson por la custodia de sus hijos?". Martina contest¨® con iron¨ªa ofensiva, pero al d¨ªa siguiente pudo leer una larga historia en la que se entrecomillaban palabras que no hab¨ªa dicho.
Este a?o Martina y Chris Evert van a ocupar mucho espacio en los diarios por razones que sobrepasan al tenis. En Londres se van a presentar dos libros autobiogr¨¢ficos sobre ellas. El de Chris Evert, en el que ha colaborado la hija de la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, trata de los seis a?os de relaciones entre la jugadora norteamericana y el tenista brit¨¢nico John Lloyd, su marido. La separaci¨®n temporal de seis meses ocupa un lugar importante.
El libro de Navratilova se titula Martina y es un intento serio de ofrecer una autobiograf¨ªa de la jugadora. Ha sido escrito por George Vecsey, uno de los mejores columnistas deportivos del New York Times, que gan¨® el segundo premio de periodismo otorgado por la Generalitat de Catalu?a en el Mundial de 1982 por un art¨ªculo sobre Barcelona. Vecsey, que dej¨® de escribir sobre tenis durante la redacci¨®n del libro, explic¨® a EL PA?S: "Martina ha sido absolutamente sincera en las largu¨ªsimas entrevistas que hemos mantenido. Habla de Checoslovaquia, de su descubrimiento de la vida en Occidente, de sus relaciones bisexuales y de su vida en el tenis. Es muy sensible e inteligente y hemos querido escribir un libro serio y profundo".
El problema es que las confesiones serias se van a convertir en mordaza para los diarios amarillos. Ya el a?o pasado Martina vivi¨® una situaci¨®n kafkiana. Un periodista llam¨® a la puerta de su casa a las tres de la ma?ana "para saber con qui¨¦n estaba" seg¨²n explic¨® ella misma luego. Cuando narr¨® el encuentro, Chris Evert, que entonces estaba separada de John Lloyd, sorprendi¨® a su interlocutora: "A m¨ª tambi¨¦n me despert¨® un periodista esta madrugada". No fue dificil para el reportero porque las dos hab¨ªan alquilado una casa en la misma calle, una enfrente de la otra.
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