?D¨®nde est¨¢ Blackmore?
La asistencia masiva al recinto vallecano demostr¨® que el rock duro y sus derivados son una realidad actual de p¨²blico. Un minuto despu¨¦s de que varios espectadores, cercanos al escenario, hubiesen lanzado botes como protesta por la hora de tardanza, el quinteto Deep Purple sali¨®.Sonaron como sinton¨ªa las notas m¨¢s conocidas de la Tocata y fuga, de Bach, se apagaron las luces y encendieron cerillas y mecheros. Y empez¨® el rito contagioso de saltos y palmas de quienes a¨²n mantienen la leyenda de sus viejos rockeros, de los que tan s¨®lo quer¨ªan recordarla o de esos j¨®venes convencidos de que este rock-heavy es lo m¨¢s y mejor, metaleros, hijos del sonido p¨²rpura profundo. Inici¨® el repertorio Highway star, uno de los cinco temas que interpretaron del ¨¢lbum hist¨®rico Made in Japan; y Strange kind of woman reanim¨® luego el jolgorio, el contacto con el p¨²blico.
Deep Purple
Ian Gillan, voz; Ritchie Blackmore, guitarra el¨¦ctrica; Roger Glover, bajo; Jon Lord, teclados; Ian Paice, bater¨ªa. Estadio de Vallecas, Madrid, 17 de julio.
Ritchie Blackmore, quieto ¨¦l, se expresaba en alaridos que parec¨ªan sus punteos de guitarra; Jon Lord elevaba el estruendo a sinf¨®nico y el cantante, lan Gillan, en sus juegos famosos de garganta coordinados con la guitarra, sorprend¨ªa con la melod¨ªa del Hossanna de Jesucristo Superstar, que protagoniz¨® en la primera versi¨®n teatral en Londres. Y la base r¨ªtmica de quienes a¨²n retienen, Roger Glover e Ian Paice, que rozan el heavy de este tiempo porque lo engendraron.
Los teclados bachianos de Lord en Perfect Strangers -t¨ªtulo del elep¨¦ de reuni¨®n- mostraron a los Deep Purple de ahora, su concepto de la composici¨®n barroca del rock duro y sinf¨®nico. Lord, en las pruebas individuales, se empe?¨® en probar su documentaci¨®n musical. Bach, La malague?a, de Alb¨¦niz, el tema central del Concierto de Aranjuez, y luego, el Himno a la alegr¨ªa, de Beethoven, se escucharon sin rechazo en un estado de entrega inexplicable por los asistentes. La balada Child in time explic¨® la afon¨ªa accidental de Gillan, que subi¨® y subi¨® la voz hasta arrancar la celebraci¨®n del p¨²blico
Acab¨® el largo Space Tracking y los cinco se marcharon. Quedaba su retorno y se ansiaba la pieza maestra: Smoke on the water. Ofrecieron Black Night, como una premonici¨®n, se fueron y volvieron cuatro. Lord toc¨® las notas tan deseadas, pero all¨ª no estaba Blackmore ni la imprescindible guitarra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.