Shanghai, 'ciudad probeta' de la reforma en China
ENVIADO ESPECIAL La ciudad portuaria de Shanghai, de 12 millones de habitantes, en la costa este de China, ha sido pionera en los cambios sociales del pa¨ªs desde los a?os veinte y una aut¨¦ntica ciudad probeta de la reforma econ¨®mica y social. Fue sede del primer congreso que fund¨® el Partido Comunista Chino en 1921; despu¨¦s fue cuna de la revoluci¨®n cultural, en 1965, que origin¨® un cerrojo de la sociedad china durante una d¨¦cada, y ahora es la ciudad m¨¢s abierta a las reformas econ¨®micas y sociales, que llegan hasta la posible reapertura de la bolsa. Shanghai era una ciudad financiera, comercial y cosmopolita hasta la revoluci¨®n que llev¨® al poder a Mao Zedong, en 1949.
Este verano han aparecido las primeras minifaldas en las calles de Shanghai y el color amarillo vivo hace furor entre los j¨®venes m¨¢s atrevidos, que pasean por la popular calle de Nanjin, sede de los principales creadores de a nueva moda china. Quedan atr¨¢s los a?os setenta, cuando todo Shanghai, as¨ª como el resto de China, vest¨ªa con uniformes de color verde o azul. "No somos la primera urbe en renta per capita", dice Tang Qiu Sheng, responsable de la refor ma econ¨®mica para el ¨¢rea de Shanghai, "pero nuestra econo m¨ªa es la que crece m¨¢s r¨¢pido en todo el pa¨ªs". Shanghai presu me de tener sucursales de bancos extranjeros, media docena de consulados y decenas de inversiones mixtas de empresas extranjeras. Es, en definitiva, ciudad cabecera de la nueva revoluci¨®n econ¨®mica china.
"Desde el a?o pasado", a?ade Tang, "estamos acelerando el paso en las grandes directivas de la reforma econ¨®mica". Decenas de peque?as y medianas empresas, antes bajo total control estatal, aplican desde hace 12 meses la reforma en la gesti¨®n, la concesi¨®n de primas a la producci¨®n y la plena responsabilidad de sus directores. "Ahora es la colectividad de toda la empresa, bajo la responsabilidad de su director, la que asume las p¨¦rdidas o las ganancias", a?ade Tang.
En el sector de la construcci¨®n, por ejemplo, en China se habla de la rapidez de Shanghai, como muestra de los incre¨ªbles ritmos de productividad que se han experimentado en la edificaci¨®n de inmuebles desde que se aplica el sistema de primas a la productividad. Shanghai, primer puerto de China y uno de los primeros del mundo por su tr¨¢fico, es hoy un constante desfile de barcos, que muchas veces deben esperar varias semanas antes de poder descargar sus mercanc¨ªas. "Estamos en un programa de modernizaci¨®n del Puerto, porque es vital para toda el ¨¢rea de Shanghai".
Unas 80 empresas extranjeras tienen negocios en Shanghai, a trav¨¦s de acuerdos con instituciones chinas o con inversi¨®n directa. "Querernos reducir la burocracia", agrega Tang, "para agilizar los negocios corr el extranjero y convertir otra vez a Shanghai en el centro de comercio que fue para toda Asia".
La vitalidad de la ciudad se palpa tambi¨¦n en dos casos muy concretos: la multiplicaci¨®n de los peque?os negocios privados y los proyectos, oficialmente no confirmados, de una eventual reapertura de la bolsa. "Antes de la revoluci¨®n de 1949 hab¨ªa unos 200.000 comercios privados en Sh,anghai", dice Tang Qiu Sheng. "Durante la revoluci¨®n cultural de la banda de los cuatro", a?ade refiri¨¦ndose a la viuda de Mao Zedong y a los otros dirigentes de aquel movimiento, "los comercios privados quedaron reducidos a unos 8.000. Ahora hay otra vez en funcionamiento unos 80.000 y nuestro objetivo es llegar de nuevo a los 200.000".
Para los dirigentes econ¨®micos de Shanghai, el comercio privado no est¨¢ en contradicci¨®n con el objetivo de una sociedad comunista. "Al contrario", agrega Tang, "es un suplemento ¨²til y necesario para el buen funcionamiento de la econom¨ªa socialista".
A un nivel m¨¢s alto que el comercio de tiendas, restaurantes o reparaciones de todo tipo, Shanghai protagoniza tambi¨¦n la apertura en el sistema bancario. En la sede del Banco de China, el director del departamento de extranjero, Ma Zuhui, traza un panorama optimista para el futuro de las instituciones bancarias chinas o extranjeras. "En la pol¨ªtica de, apertura econ¨®mica necesitamos ampliar nuestras relaciones con el exterior a todos los niveles, y eso se aplica tambi¨¦n en el sector de la banca", dice Ma Zuhui. En Shanghai, el Banco de China tiene vocaci¨®n fundamental de banco para la importaci¨®n y la exportaci¨®n, as¨ª como de canalizar operaciones de creaci¨®n de empresas mixtas.
?Cotizaciones de bolsa?
?Ser¨¢ Shanghai pionera, una vez m¨¢s, con la introducci¨®n de cotizaciones en bolsa en el futuro? "Es una orientaci¨®n que est¨¢ en estudio para atraer capitales y que se realizar¨¢ en el futuro, pero todav¨ªa es prematuro", dice Ma Zuhui, sin excluir que Shanghai sea la primera sede en la China Popular de una instituci¨®n tan doctrinariamente capitalista como los negocios de valores burs¨¢tiles.
Shanghai deja para la historia el que, en septiembre de 1965, se publicara en la Prensa local un art¨ªculo de cr¨ªtica a una obra de la ?pera de Pek¨ªn -en el que se vislumbraba una cr¨ªtica al supremo poder de Mao-, creando una gran pol¨¦mica nacional que desde Shanghai dio luz a la c¨¦lebre revoluci¨®n cultural.
En cuanto a la casa que, en el barrio de la ex concesi¨®n francesa de Shanghai, fue sede de la .creaci¨®n del Partido Comunista Chino, en 1921 figura en las postales tur¨ªsticas de Shanghai y se visita como reliquia de unos or¨ªgenes dogm¨¢ticos a los que los l¨ªderes de la actual pol¨ªtica china no pretenden renunciar, pero que aparece lleno de contradicciones para las j¨®venes generaciones.
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