Apolog¨ªa de la subversi¨®n
Y MIGUEL ROMEROLa ideolog¨ªa que difunde el sistema para sustituir al viejo Estado del bienestar es la resignaci¨®n pol¨ªtica colectiva y la competencia social salvaje. S¨®lo los que acepten estas reglas del juego podr¨¢n aspirar a una plaza en el arca de No¨¦ de los supervivientes de la crisis.El mensaje cotidiano es "no hay alternativa". La alternancia en el poder, base te¨®rica del sistema parlamentario burgu¨¦s, no afecta a las cuestiones decisivas, reservadas para la "pol¨ªtica de Estado" que queda al margen de las llamadas contingencias electorales. No hay alternancia ni en la macroeconom¨ªa, ni en la carrera de armamentos, ni en la tortura.
El PSOE ha asumido esta ideolog¨ªa con el entusiasmo de los arribistas; ha debido a?adirle una dosis suplementaria de cinismo, por la velocidad vertiginosa con que han realizado su reconversi¨®n en servidores del Estado (?y de qu¨¦ Estado!) y porque es dif¨ªcil ocultar la enormidad del fraude cometido respecto a su programa electoral.
No merece la pena extenderse en el balance de estos tres a?os de Gobierno socialista. Es m¨¢s importante constatar que se pretende seguir el mismo curso en la pr¨®xima legislatura. Esto significa que continuar¨¢ a pleno rendimiento la m¨¢quina de destruir empleo; que se seguir¨¢ regalando a la patronal todo lo que pida: despido libre, rebaja en las cuotas de la Seguridad Social, etc¨¦tera; que la maquinaria antiterrorista seguir¨¢ actuando con plena impunidad en Euskadi, por lo menos; que el Gobierno recurrir¨¢ a cualquier instrumento para mantener al pa¨ªs en la OTAN... y la Esta podr¨ªa seguir indefinidamente.
No hay futuro para ninguna reivindicaci¨®n popular significativa. Incluso las reformas mutiladas (aborto, ense?anza, sanidad) han terminado. Conclusi¨®n: se ha estabilizado la democracia; porque, en la versi¨®n del Gobierno, esta estabilizaci¨®n no consiste en el desmantelamiento de los poderes dispuestos a imponer su voluntad frente a los intereses y los derechos populares; por el contrario, estos poderes, civiles y militares, gozan hoy de una autonom¨ªa, homogeneidad y capacidad probada de influencia muy superior a la que ten¨ªan antes del cambio. El PSOE ha conseguido simplemente que se sientan c¨®modos dentro del r¨¦gimen parlamentario. El resultado es un sistema pol¨ªtico de dos caras: una de hormig¨®n armado frente a cualquier reivindicaci¨®n popular; otra de cera frente a cualquier presi¨®n de los que siguen siendo poderes f¨¢cticos. La modernizaci¨®n del pa¨ªs empieza y acaba aqu¨ª.
Las condiciones sociales para el funcionamiento del sistema son la pasividad, la atomizaci¨®n de la mayor¨ªa y la marginaci¨®n de la rebeld¨ªa. El poder, cuando ya no puede vender ilusiones, necesita transmitir su propio cinismo a la sociedad: la lucha es in¨²til. Como mucho, pueden tolerarse las protestas llamadas positivas, es decir, ineficaces: por ejemplo, si el movimiento pacifista se conformara con conseguir un 40% en el refer¨¦ndum sobre la OTAN y luego se disolviera, salvo para participar en conferencias internacionales y actos rituales, ser¨ªa excelente; o, por ejemplo, las manifestaciones de UGT del pasado 4 de junio no est¨¢n mal. La m¨¢xima aspiraci¨®n de las acciones populares debe ser conseguir "derrotas honrosas". El resto es subversi¨®n. Pues ah¨ª estamos nosotros. Y cada vez estamos m¨¢s.
Movilizaciones
Durante 47 d¨ªas de la pasada primavera, entre el 5 de mayo y el 20 de junio, la pasividad se resquebraj¨®. El 5-M, raro es el pueblo, el barrio, la ciudad que no vivi¨® un acto de masas contra Reagan, o, lo que es lo mismo, contra la OTAN, y, para la gran mayor¨ªa de los participantes en los actos, contra el imperialismo. El 20-J fue, sin paliativos, un ¨¦xito, la prueba de una recuperaci¨®n del movimiento obrero. Entre ambas fechas hubo otras muchas acciones, de menor masividad pero significativas de lo que est¨¢ fermentando en la calle: el clima de resistencia se not¨® tambi¨¦n en los actos de recibimiento a Daniel Ortega, en las acciones feministas por el derecho al aborto libre y gratuito, o en las manifestaciones contra la ley antiterrorista.
Entonces, ?ha comenzado una nueva etapa? Todav¨ªa no. Habr¨¢ que pelear mucho y duro para conseguirlo. Y hay a¨²n posibilidades de marcha atr¨¢s: por ejemplo, meter a todo este movimiento que nace en un callej¨®n electoralista, basado en un programa gemelo al cambio de las elecciones de 1982, como pretende el PCE. El problema no est¨¢ en montar a toda prisa una alternativa electoral a la izquierda de la socialdemocracia. El problema est¨¢ en superar la debilidad organizativa y pol¨ªtica que siguen teniendo los movimientos sociales, desarrollar todas las potencialidades que contienen de resistencia, de rebeli¨®n.
Estamos ahora en mejores condiciones para hacerlo. Porque los millones de hombres y mujeres que se movilizaron hace unas semanas, haciendo frente a la demagogia y al aparato del poder, ten¨ªan ideas muy diversas sobre las alternativas generales, las tareas a largo plazo, pero ten¨ªan en com¨²n la necesidad de rebelarse, de actuar. Y dentro de ellos, hubo un n¨²mero muy grande, varias decenas de millares en todo caso, de organizadores, activistas, agitadores..., que trabajaron durante muchos d¨ªas en una muy amplia unidad de acci¨®n de izquierda, y, particularmente, de la izquierda revolucionaria, para lograr el ¨¦xito de las acciones. La subversi¨®n no se ha dejado marginar.
Vamos a seguir trabajando para que las alternativas radicales, sigan ganando ra¨ªces sociales: el anticapitalismo en el movimiento obrero, el antimilitarismo en el movimiento pacifista, la lucha contra la opresi¨®n patriarcal en el movimiento feminista, la autodeterminaci¨®n en los movimientos de lucha contra la opresi¨®n nacional... Y tratando de ir construyendo un im¨¢n que les haga converger a todos ellos.
La soluci¨®n comienza aqu¨ª. En el lema de nuestro VII Congreso hemos puesto donde termina: "La soluci¨®n: la revoluci¨®n". Puede parecer un lema un poco fuerte para los tiempos que corren. Pero es verdad. El comunismo es la ¨²nica utop¨ªa concreta que le queda a esta sociedad, un objetivo todav¨ªa no existente, pero que es la ¨²nica respuesta a la guerra, el hambre, la opresi¨®n realmente existentes.
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