Hong Kong ser¨¢ desde 1997 una isla capitalista en China
Los dirigentes de Pek¨ªn prometen garantizar, con la teor¨ªa de un pa¨ªs, dos sistemas, la continuidad capitalista de la colonia brit¨¢nica de Hong Kong -que ser¨¢ devuelta a la Rep¨²blica Popular China en 1997-, y esperan comenzar el pr¨®ximo a?o negociaciones para la recuperaci¨®n de la colonia portuguesa de Macao y, sobre todo pretenden convencer a los chinos de Taiwan de que deben reincorporarse a la madre patria.
Resuelto el problema de Hong Kong y sin mayores dificultades con Macao, Pek¨ªn contin¨²a su ofensiva diplom¨¢tica para integrar a Taiwan en la Rep¨²blica Popular China. Han mejorado t¨ªmidamente las relaciones bilaterales entre Pek¨ªn y Taibei -con acuerdos de pesca y primeras inversiones de Taiwan en la China continental- y, desde Pek¨ªn, se repite que el futuro de Taiwan pasa por volver a la soberan¨ªa china."El asunto de Taiwan contin¨²a siendo el mayor obst¨¢culo para las relaciones entre China y Estados Unidos", record¨® el presidente de la Rep¨²blica Popular China, Li Xiannian, antes de su reciente viaje a Washington, expresando as¨ª el deseo de que la Administraci¨®n norteamericana modere su apoyo al r¨¦gimen de Taiwan.
Cuando, en septiembre de 1982, la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, lleg¨® a Pek¨ªn, con la aureola de la victoria militar en la guerra de las Malvinas, los pol¨ªticos chinos recordaron con firmeza que en el futuro Hong Kong deb¨ªa ser devuelto a China, al expirar el arriendo de 99 a?os que conced¨ªa control brit¨¢nico, por un lado, a los llamados Nuevos Territorios; y a la isla de Hong Kong, de otra parte, cedida por China al Reino Unido en r¨¦gimen de perpetuidad tras los acuerdos de Nankin, que en 1842 pusieron fin a la guerra del opio.
Dos a?os de negociaciones secretas, en los que Londres intent¨® renovar los arriendos, concluyeron en octubre de 1984 con un acuerdo entre el Reino Unido y China para la devoluci¨®n de Hong Kong y los Nuevos. Territorios a Pek¨ªn a partir del 1 de julio de 1997.
"No hab¨ªa otra opci¨®n", dice un hombre de negocios de Hong Kong cuya familia lleg¨® a la isla en 1949, tras la victoria de la revoluci¨®n de Mao. ?Abandonar¨¢ la isla antes de 1997? "Todo depender¨¢ de c¨®mo evolucionen los acuerdos en los pr¨®ximos 12 a?os", concluye, con un cierto escepticismo. China promete que la futura regi¨®n administrativa especial conservar¨¢ su sistema econ¨®mico de libre mercado y libertad de movimiento, "incluso 50 a?os despu¨¦s de 1997".
En los primeros d¨ªas de julio un grupo de 23 representantes pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales de Hong Kong acudi¨® a Pek¨ªn para discutir conjuntamente con las autoridades chinas los preliminares de la nueva ley b¨¢sica que deber¨¢ regir en Hong Kong a partir de julio de 1997. "Aunque vivimos en sistemas sociales diferentes, todos somos compatriotas y hermanos, y tenemos como objetivo com¨²n el aumentar la soberan¨ªa de la naci¨®n y mantener la estabilidad y prosperidad de Hong Kong", dijo Ji Pengfei, consejero de Estado chino y presidente del comit¨¦ de redacci¨®n de la nueva ley b¨¢sica, al t¨¦rmino de las conversaciones conjuntas en Pek¨ªn.
La promesa de que no habr¨¢ cambios en los pr¨®ximos 50 a?os es un aval previo de que Pek¨ªn mantendr¨¢ la bolsa capitalista de Hong Kong. Pero los habitantes de la colonia, que en una cifra de 5,6 millones viven aglutinados en una peque?a ¨¢rea de 1.060 kil¨®metros cuadrados, quieren participar activamente en la definici¨®n de su porvenir. De ah¨ª que las primeras elecciones de la colonia, previstas para el 26 de septiembre, despierten un gran revuelo en Hong Kong y cierta aprensi¨®n en Pek¨ªn, que no ve con buenos ojos la creaci¨®n de partidos pol¨ªticos en Hong Kong.
Gesto electoral
Los electores de Hong Kong podr¨¢n escoger, por vez primera despu¨¦s de 143 a?os de representaci¨®n colonial brit¨¢nica, a sus representantes en el Consejo Legislativo, presidido por el gobernador brit¨¢nico, sir Edward Youde. Hasta ahora era el propio gobernador quien nombraba a los miembros del consejo, formado entre altos funcionarios de la Administraci¨®n brit¨¢nica y personalidades locales. El gesto electoral no gusta a Pek¨ªn porque puede aumentar las reivindicaciones de los habitantes de Hong Kong con vistas al porvenir de ese enclave capitalista salvaje, convertido desde los a?os sesenta en un gran centro comercial y financiero para toda Asia.Despu¨¦s de un espectacular crecimiento en la d¨¦cada de los a?os setenta, con multiplicaci¨®n de rascacielos, Hong Kong gira hoy hacia la moderaci¨®n, aunque "algunas compa?¨ªas que se fueron a Singapur durante la incertidumbre de la negociaci¨®n hoy han vuelto", dice un banquero norteamericano.
Desde 1982, China penetra ya en los negocios de Hong Kong con la presencia de los llamados banqueros rojos, al trav¨¦s del Banco de China, otros 13 bancos afiliados y unas 50 compa?¨ªas de la Rep¨²blica Popular China que operan en Hong Kong. Se calcula que mueven entre el 30% y el 40% del mercado financiero.
Hong Kong, a su vez, invierte en proyectos y empresas en China e incrementa espectacularmente sus exportaciones hacia la futura madre patria. Se construyen autopistas que enlazar¨¢n con la nueva zona especial econ¨®mica de Shenzhen.
Los chinos de la Rep¨²blica Popular y los de Hong Kong trabajan ya para acomodarse a la ca¨ªda de la doble valla y alambradas que hoy separan a China de los Nuevos Territorios y de Hong Kong a lo largo del r¨ªo Shumishin.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.