La singularidad del Ballet de Harlem en la plaza Porticada
El 34? Festival Internacional, que comenz¨® el pasado mi¨¦rcoles en la plaza Porticada de Santander, mantendr¨¢ sus ciclos de m¨²sica, teatro y danza hasta el pr¨®ximo d¨ªa 4 de septiembre. Como tantas veces en la historia de este festival, la inauguraci¨®n se hizo con ballet, esta vez algo distinto, pues la singularidad del ya famoso Ballet-Dance-Theatre de Harlem me parece incontestable.
No se trata s¨®lo de las aportaciones nuevas, como pueda ser Troy game, una batucada afrobrasile?a, original del compositor Bob Downes y coreografiada por Robert North, pieza en la que el ritmo interno y vitalista de los danzarines de Harlem se matiza con rasgos expresivos que van del humor a la violencia.En igual o mayor medida impresion¨® al p¨²blico que llenaba la plaza Porticada de Santander la visi¨®n in¨¦dita que tiene la compa?¨ªa dirigida por Arthur Mitchell y Karel Shook del gran repertorio rom¨¢ntico europeo (El lago de los cisnes, El corsario), o la conversi¨®n en gesto, movimiento, ritmo y pl¨¢stica de una p¨¢gina como el Concierto para ¨®rgano y orquesta de Francis Poulenc.
M¨¢s interesante resultan las interpretaciones, por cuanto parten de las creaciones coreogr¨¢ficas originales de Petipa e Ivanov, bien cuidadas y respetadas. Entonces la fuerza diferencial es algo interior, un fluir fascinante del ritmo y la palpitaci¨®n gestual.
Si la tradici¨®n de las escuelas francesa y sovi¨¦tica podr¨ªa simbolizarse en la l¨ªnea curva -y el movimiento de brazos es significativo-, el hacer de los hombres de Harlem parte, de modo espont¨¢neo, del ¨¢ngulo, hace v¨¦rtices de los arcos y fustiga, sin duda, la redondez.
El repertorio fisico y est¨¦tico de este bailar y representar tendr¨ªa explicaci¨®n b¨¢sica en la batucada; pero eso ser¨ªa falsificar las cosas y hacer pintoresquismo. Es necesario considerar muy hondamente la estupenda encarnaci¨®n por el Ballet de Harlem de los viejos mitos rom¨¢nticos o la traslaci¨®n libre, a modo de sucesivos voluntary barrocos, en el caso de los transparentes y formales pentagramas de Poulenc.
Figuras de alto nivel
La compan¨ªa norteamericana, que fue calurosamente ovacionada a lo largo de la primera noche festivalera, cuenta con figuras de muy alto nivel profesional, como son Steplianie Dabrey y Donald Williams (Odette y el pr¨ªncipe en El lago de los cisnes); Judy Tyrus y Eddie Shellman, de soberbia firmeza y elevaci¨®n en el paso a dos de El corsario; Virginia Johnson, Lowell Smith, Keith Saunders, Karen Brown y Pierre Lockett, protagonistas de Voluntary, tambi¨¦n coreografiado por Glen Tetley. En fin, cuantos intervinieron en Troy game.El ballet moderno, vital por s¨ª mismo, encuentra transmisores poderosos en la disciplinada y a la vez libre compa?¨ªa de Harlem; pero en Tschaikowsky d¨ªrigo, el evidente decadentismo de una danza enferma se alza de improviso para recobrar una ins¨®lita salud. La plaza Porticada de Santander se convirti¨® en un aut¨¦ntico hervidero.
Despu¨¦s de 34 a?os de aire libre y ambiente entra?able, hasta los m¨¢s decididos y, con toda raz¨®n, ardientes defensores del pr¨®ximo auditorio piensan que para espect¨¢culos como el de esta ocasi¨®n la Porticada ser¨¢ siempre insustituible: como que otorga al festival un tono popular sin demagogia que fue y es una de sus m¨¢s simp¨¢ticas caracter¨ªsticas.
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