Las confesiones del asesino de R¨ªo
La subdelegada del Banco de Bilbao en R¨ªo fue descuartizada por no querer hacer el amor con su secuestrador
"Primero cort¨¦ su cabeza con un machete. Luego, con un hacha la descuartic¨¦. Volv¨ª conduciendo mi coche, y al pasar por el puente R¨ªo-Niteroi tir¨¦ todo al mar en paquetes de cart¨®n". Con absoluta frialdad, el espa?ol Jos¨¦ Luis de la Hoz confes¨® en la noche del viernes c¨®mo hab¨ªa asesinado a Mercedes Rodr¨ªguez, de 35 a?os, subdelegada del Banco de Bilbao en R¨ªo. ?l la hab¨ªa secuestrado el primer domingo de septiembre. Seg¨²n declar¨® a la polic¨ªa. La mat¨® porque ella no quiso acostarse con ¨¦l. "Yo no hab¨ªa pensado en secuestrarla, pensaba s¨®lo en hacerle el amor", declar¨® Jos¨¦ Luis de la Hoz.
Con esa confesi¨®n termin¨® una de las m¨¢s intrincadas historias de secuestro investigadas por la polic¨ªa de R¨ªo. Todo empez¨® alrededor de las dos de la tarde del domingo 1 de septiembre. Mercedes Rodr¨ªguez sali¨® de su apartamento en el barrio de Lepl¨®n, en la zona sur de R¨ªo, acompa?ada por un hombre. M¨¢s tarde, el portero del edificio pudo reconocer al hombre: era Jos¨¦ Luis de la Hoz, un espa?ol de origen catal¨¢n que viv¨ªa en R¨ªo y ya hab¨ªa tenido problemas con la polic¨ªa. Los dos pararon en un quiosco para comprar peri¨®dicos, y Mercedes nunca m¨¢s fue vista.Alrededor de las once de la noche de ese mismo d¨ªa, el delegado del Banco de Bilbao en R¨ªo, Paulino Garc¨ªa Mart¨ªnez, recibi¨® en su casa una llamada telef¨®nica comunic¨¢ndole que Mercedes hab¨ªa sido secuestrada. A aquella altura de la noche, Mercedes ya hab¨ªa sido asesinada, descuartizada, y su cuerpo hab¨ªa sido tirado al mar. Jos¨¦ Luis de la Hoz, en varias llamadas telef¨®nicas, arm¨® un rompecabezas. Primero hizo que el delegado del Banco de Bilbao fuese a recoger una carta de Mercedes oculta en el tronco de un ¨¢rbol. En la carta, Mercedes insist¨ªa en que sus secuestradores (en plural) eran profesionales, y ped¨ªa que se pagara el rescate.
El delegado del Banco de Bilbao volvi¨® a su casa, y una llamada telef¨®nica le indic¨® que fuera a la recepci¨®n de un hotel para entregar el dinero. No hab¨ªa nadie, y una llamada telef¨®nica al hotel llev¨® a Paulino Garc¨ªa a un monumental restaurante de R¨ªo, donde tampoco nadie apareci¨® para recoger el dinero.
Flotando en el mar
Todo eso ocurri¨® el martes 3 de septiembre, cuando la polic¨ªa encontr¨® el tronco de un cuerpo flotando en el mar. Para la misma polic¨ªa, los sitios indicados por el secuestrador parec¨ªan, absurdos, ya que eran muy frecuentados y ser¨ªa imposible a alguien recoger el malet¨ªn con 150.000 d¨®lares y pasar inadvertido. A aquella altura la polic¨ªa lleg¨® a pensar que Mercedes hubiera fraguado un autosecuestro.A partir de ah¨ª empez¨® una cuidadosa persecuci¨®n a Jos¨¦ Luis de la Hoz. ?l sali¨® de R¨ªo, fue a S?o Paulo, luego al puerto de Santos, donde se hosped¨® en un hotel acompa?ado por una prostituta. Se comunic¨® con su mujer, pidi¨¦ndole documentos, ya que pensaba en comprar una casa y establecerse en una peque?a ciudad del litoral. A aquella altura, la polic¨ªa de R¨ªo hab¨ªa logrado llegar al local donde De la Hoz recogi¨® el dinero del rescate, a unos 40 kil¨®metros de R¨ªo, y curiosamente, siguiendo una pista falsa, logr¨® encontrar en casa de una amiga de la mujer del secuestrador la cartera de Mercedes Rodr¨ªguez. Empez¨® entonces una carrera contra el tiempo, ya que la polic¨ªa tem¨ªa que De la Hoz hubiese salido de Brasil.
Jos¨¦ Luis de la Hoz no ofreci¨® ninguna resistencia al ser detenido. Ofreci¨® una versi¨®n seg¨²n la cual Mercedes hab¨ªa fraguado su autosecuestro porque hab¨ªa desviado 750.000 d¨®lares del Banco de Bilbao. Seg¨²n esa versi¨®n, Mercedes estaba en Buenos Aires acompa?ada de su novio. De la Hoz Reg¨® al detalle de inventarle un nombre al novio: Osmar de la Fuente. Cont¨® a la polic¨ªa que los 150.000 d¨®lares eran su parte en el secuestro. Al encontrarse con la cartera de Mercedes, De la Hoz, con la misma serenidad, admiti¨® el crimen. "Hice todo solo", afirm¨®. "En realidad, no s¨¦ por qu¨¦ la mat¨¦. Fue todo muy r¨¢pido".
Mercedes Rodr¨ªguez ten¨ªa una vida tranquila en R¨ªo. No sal¨ªa mucho, y cuando sal¨ªa era siempre acompa?ada por alguien de la colonia espa?ola en la ciudad. El portero del edificio y los vecinos se acuerdan de ella como una mujer suave y cordial. Jos¨¦ Luis de la Hoz sonr¨ªe, mira al suelo y pide que bajen las l¨¢mparas de la televisi¨®n. Luego pide que no le saquen tantas fotos. En su poder, la polic¨ªa recuper¨® 130.000 d¨®lares. El podr¨¢ ser condenado a 30 a?os de prisi¨®n. Dice que no sabe nada de eso.
Jos¨¦ Luis de la Hoz hab¨ªa tenido problemas con la polic¨ªa, que lo acus¨® de explotar mujeres en un cabar¨¦ nocturno de Copacabana. Luego pas¨® a vender bol¨ªgrafos en empresas espa?olas establecidas en R¨ªo. Una vez fue a vender bol¨ªgrafos a la delegaci¨®n del Banco de Bilbao, y ah¨ª conoci¨® a Mercedes. Varias veces la invit¨® a salir, pero ella le rechaz¨® siempre.
Cuatro tajos
Lo que ahora nadie se explica es por qu¨¦ el domingo 1 de septiembre ella acept¨® acompa?arlo hasta la casa donde ¨¦l viv¨ªa en la ciudad de Maric¨¢, en el litoral norte de R¨ªo. De la Hoz ten¨ªa todo bien planeado: el d¨ªa anterior hab¨ªa enviado a su mujer a R¨ªo, dici¨¦ndole que iba a tener una importante reuni¨®n de negocios en su casa el domingo. Los vecinos no se acuerdan de haber visto a Jos¨¦ Luis entrar en su casa de Maric¨¢ acompa?ado de la mujer. En su declaraci¨®n a la polic¨ªa ¨¦l cont¨® que le propuso mantener relaciones sexuales, pero que Mercedes le dijo que si ¨¦l intentaba algo ella empezar¨ªa a gritar."Yo entonces agarr¨¦ un rev¨®lver y la amenac¨¦. Aun as¨ª, ella me rechaz¨®. En ese momento le dije que ella estaba secuestrada. Le dict¨¦ cada palabra de la carta. Cuando ella termin¨® de escribir, una vez m¨¢s insist¨ª en llevarla para el cuarto. Ella otra vez dijo que no., Puse el rev¨®lver a un lado y con cuatro tajos le cort¨¦ el pescuezo. No s¨¦ por qu¨¦ lo hice".
Cuando le preguntaron por qu¨¦ no sali¨® del pa¨ªs, Jos¨¦ Luis se limit¨® a sonre¨ªr y a decir que Brasil le encanta. La mujer de Jos¨¦ Luis de la Hoz, Mar¨ªa Aparecida, tambi¨¦n fue detenida. Ella es acusada de encubrir a un criminal.
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