La inclinaci¨®n de la gravedad
Un terremoto consiste en un movimiento oscilatorio del suelo, de amplitud generalmente peque?a, pero frecuencia alta, lo que provoca vibraciones de cierta magnitud. Cuando se trata de comunicar a una masa un movimiento acelerado, o si lo tiene, se intenta detener, aparecen fuerzas de la misma naturaleza que la acci¨®n de la gravedad. El movimiento de un se¨ªsmo tiene componentes que dan lugar a fuerzas de inercia horizontales sobre los objetos masivos sometidos a su acci¨®n.El efecto conjunto del terremoto y de la atracci¨®n de la tierra sobre un edificio, si es muy r¨ªgido y est¨¢ fuertemente unido al terreno (ambas circunstancias se dan generalmente en bastante medida), es como si la acci¨®n de la gravedad oscilara inclin¨¢ndose r¨¢pidamente en uno u otro sentido. La inclinaci¨®n de la gravedad puede provocar desde la ca¨ªda de objetos o elementos estructurales, hasta el vuelco del edificio. Si, por el contrario, un edificio estuviera flotando sobre el terreno, el efecto del se¨ªsmo ser¨ªa un desplazamiento horizontal, sin otras consecuencias que la rotura de las canalizaciones u otros elementos que le unen al suelo.
Un edificio real se encuentra en una situaci¨®n intermedia, los efectos de un terremoto dependen de la relaci¨®n entre rigidez y resistencia de sus elementos estructurales. Cuando el terremoto es grave, juega un importante papel la ductilidad de la estructura, que es la capacidad de experimentar deformaciones irreversibles de importancia sin llegar a la rotura, absorviendo por ese medio parte de la energ¨ªa transmitida por el suelo (algo as¨ª como la seguridad pasiva de un autom¨®vil frente a choques).
?Qu¨¦ cabe hacer para que los edificios no sean da?ados por los terremotos? Ante todo, procurar evitar los da?os personales; en segundo lugar, minimizar los efectos econ¨®micos; salvado el primer punto, que implica no s¨®lo que no se produzca el desplome de los edificios aunque queden inservibles, sino que se reduzca en lo posible el riesgo de accidentes menores (ca¨ªda de cristales y otros elementos cortantes sobre la gente que huye a la calle, desplome de tabiques, estanter¨ªas... ). El problema se plantea en t¨¦rminos del sobrecoste de la construcci¨®n frente al riesgo de que quede inservible y deba ser sustituida.
En cada caso, en funci¨®n de la valoraci¨®n de los da?os previsibles y del riesgo de que se produzcan seismos de una determinada importancia dentro del plazo de vida proyectado para el edificio, puede llegarse a una decisi¨®n te¨®ricamente adecuada del sobrecoste en que puede incurrirse en la construcci¨®n (lo que nunca puede evitar el que puntualmente puedan existir fallos de dise?o o ejecuci¨®n).
En edificios como los hospitales, se aumentan obviamente los m¨¢rgenes de seguridad, pero en ning¨²n caso se pretende conseguir una seguridad absoluta (inalcanzable en cualquier actividad), sino un nivel razonable de garant¨ªa en funci¨®n de los riesgos conocidos, los da?os previsibles y los medios econ¨®micos disponibles.
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