Los chicos del algod¨®n

Apenas una semana separa las labores de la vendimia en la provincia de C¨¢diz del comienzo de la recogida del algod¨®n en la de Sevilla, en la comarca de Lebrija.

Es una temporada laboral que est¨¢ indefectiblemente unida a las movilizaciones de los sindicatos campesinos en contra de la maquinizaci¨®n de la recogida de algod¨®n, que provoca un menor ¨ªndice de empleo de mano de obra. Las acciones de protesta han llegado a tener consecuencias de orden p¨²blico, y es habitual que aparezcan grandes m¨¢quinas destruidas por los trabajadores. Sin embargo, permanece oculto el empleo infantil. No se habla de los cientos de ni?os que acompa?an a sus familias, en esa tarea.

Un ni?o vendimiador de Chiclana, preguntado sobre si le gustaba m¨¢s el trabajo o el colegio, contest¨®: "Las dos cosas igual". En Villamart¨ªn, Bornos, Puerto Serrano y Espera, los pueblos de la sierra norte de la provincia de C¨¢diz, los maestros contemplan desolados sus aulas semivac¨ªas en el comienzo del curso.

Se trata de las ausencias de los llamados ni?os del algod¨®n. Cerca de 500 ni?os abandonan en esta ¨¦poca el colegio para trabajar durante casi un mes en la recogida de la flor que un d¨ªa ser¨¢ eficaz as¨¦ptico o caro tejido.

Pero no son la ¨²nicas laborales a las que los escolares se ven abocados en la b¨²squeda de unos ingresos que completen la magra econom¨ªa familiar. En Medina Sidonia, los ni?os suelen adentrarse en los cotos cercanos para recoger la raci¨®n diaria de esp¨¢rragos, palmitos o tagarninas.

Otros chavales se dedican a la recogida de caracoles y tienden peque?as trampas para pardales. Su caza ser¨¢ vendida luego en el pueblo y, m¨¢s tarde, degustada en tabernas y mesones como pajaritos, trinchados en un alambre a guisa de pincho moruno.