Intimismo para el oratorio 'Teodora', de Haendel
Gran parte de lo expuesto en la cr¨ªtica de la ¨®pera Xerxes (v¨¦ase EL PAIS del pasado domingo) es aplicable al oratorio Teodora, y la programaci¨®n de ambas en las mismas fechas y en casi coincidencia con otras obras del mismo estilo barroco han venido a agravar esa sensaci¨®n de cierta monoton¨ªa. Es l¨¢stima que esta avalancha no se haya dosificado a lo largo de todo el a?o musical.Centrada entre la ¨²ltima producci¨®n de Haendel, representa el ¨²nico oratorio con acci¨®n que su autor escribiese. El amor casi mistico de una doncella cristiana y un oficial romano convertido, empe?ado en salvar a su amada de la condena a ser utilizada como prostituta por los soldados romanos por haberse negado a orar a los dioses de ¨¦stos y el final sacrificio de ambos, es expresado mediante una partitura de car¨¢cter eminentemente introspectivo, salvo las escenas correspondientes a la corte romana.
Teodora, de Haendel
Orquesta de Euskadi y coral Andra Mari. Director: Od¨®n Alonso. Teatro Real. Madrid, 25 de octubre.
Acentos
La m¨²sica posee acentos intensos y conmovedores, con bell¨ªsimas melod¨ªas, sobre todo en las intervenciones en solitario o en d¨²o de Teodora y en los coros, que, infrecuentemente en Haendel, pocas veces son triunfalistas. Podr¨ªan citarse entre las p¨¢ginas m¨¢s bellas la amplia escena de Teodora en la celda, con dos arias de car¨¢cter bien diverso, doliente la primera y esperanzada la segunda, que la soprano Edith Wiens interpret¨® adecuadamente pero algo falta de matices, el posterior e inspirado d¨²o entre ambos enamorados y el bell¨ªsimo coro final del segundo acto.El estreno en el teatro Real de esta obra supone un considerable esfuerzo para el director de orquesta Od¨®n Alonso, un maestro a quien se deben empe?os alabables y que acompa?ando al clave los recitativos nos record¨® unas destacables V¨ªsperas de la Virgen Mar¨ªa de Monteverdi hace unos 15 a?os.
La cuidada exposici¨®n mantenida a lo largo de la dilatada partitura fue digna de todo respeto, m¨¢xime considerando la dificultad de un primer montaje con orquesta, coros, instrumentos y voces solistas, adem¨¢s del poco tiempo del que normalmente se dispone, al margen de espor¨¢dicos apresuramientos de tempos o conveniencias eventuales de mayores graduaciones volum¨¦tricas.
La Joven Orquesta de Euskadi volvi¨® a mostrar, apenas a los tres a?os de su primer concierto, aunque ya con 260 en su haber, el buen camino emprendido y las mejoras que en cuanto a cohesi¨®n y que han de extenderse ahora al empaste y redondez t¨ªmbrica.
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