Doce testimonios contra el intervencionismo
Entre cinco sesiones de v¨ªdeo y seis discursos de dirigentes empresariales, 12 empresarios de base expusieron sus problemas con la burocracia, los impuestos, las leyes paralizadoras o la inseguridad fisica y jur¨ªdica.Sus historias, seleccionadas y ordenadas por la CEOE entre numerosos casos enviados por sus organizaciones, seg¨²n fuentes informadas, provocaron entre el p¨²blico cierta sensaci¨®n de psicodrama. ?sta fue potenciada por la utilizaci¨®n de dos grandes pantallas de v¨ªdeo que puso la empresa francesa Chanel-80, lo cual exigi¨® mantener el Palacio a oscuras, salvo para iluminar al orador o al p¨²blico que aplaud¨ªa.
Isabel Rubio, pastelera de Madrid, cont¨® que para abrir una croissanterie, ha necesitado 49 tr¨¢mites y 43 permisos; en total, nueve meses, cuando en Europa vale con tres. Manuel Dom¨ªnguez, farmac¨¦utico de Madrid, denunci¨® que los controles de precios y servicios pretenden crear una red p¨²blica de farmacias.
El propietario de una finca en Antequera dijo que le han expropiado su uso sin examinar a fondo la tierra. Juan Ar¨¦valo, heredero de un comercio en Ja¨¦n, afirm¨® que le ped¨ªan haber pagado ocho impuestos y tres tasas antes de abrir, por lo cual decidi¨® poner el local en venta. Pilar Pruneda, esteticista de Alicante, narr¨® que abri¨® un segundo establecimiento al calor del boom tur¨ªstico y la imposibilidad de despedir a sus trabajadoras ha puesto en peligro su patrimonio. Eduardo Toledano narr¨® que empez¨® en Madrid de botones y aprendiz y sus siete cafeterias han tenido un centenar de robos o atracos que le han provocado p¨¦rdidas por 80 millones de pesetas.
El tono de vidas de santos por la empresa, impreso en buena parte de las intervenciones, se vi¨® reforzado cuando el hostelero tarraconense Pedro Jornet empez¨® su historia con un "queridos amigos en el sufrimiento".
S¨®lo dos tienen empresas medianas: Juan Rosell Lastortras, 28 a?os, de Juguetes Cong¨®s, y Jos¨¦ Mar¨ªa Isardo, de Tudor. El primero subray¨® que lo importante es la ilusi¨®n y el trabajo, no la edad. El segundo, que hay que promover la tecnolog¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.