La creaci¨®n de un gran mercado europeo centra el debate para modificar el Tratado de Roma

A. O.,Las reformas del Tratado de Roma, tal como est¨¢n propuestas por la Presidencia -y ser¨ªa probablemente lo m¨¢ximo que se podr¨ªa conseguir- se plantean del siguiente modo:

Mercado interior. El objetivo es llegar en 1992 a un mercado ¨²nico, sin fronteras, que cubra la total libertad de circulaci¨®n de mercanc¨ªas, servicios y capitales. Hasta ahora, a pesar de la supresi¨®n de barreras arancelarias, esta libertad se ha visto menoscabada por la profusi¨®n de otras barreras, como son las diferentes normas t¨¦cnicas nacionales, cuya armonizaci¨®n exig¨ªa, por el Tratado de Roma, decisiones un¨¢nimes.

Ahora se trata de ir a decisiones por mayor¨ªa cualificada en el Consejo de Ministros para "las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas que tengan por objeto el establecimiento y el funcionamiento del mercado interior".

La regla de la unanimidad se aplicar¨ªa aun en materias de fiscalidad indirecta, derechos e intereses de los empleados y libre circulaci¨®n de personas. Tampoco queda de modo cristalino el que al final no haya que decidir por unanimidad qu¨¦ es lo que hay que decidir por mayor¨ªa.

Se podr¨ªan, adem¨¢s, establecer excepciones temporales para los pa¨ªses que tuvieran que realizar un mayor esfuerzo de adaptaci¨®n a las normas comunes. Pero los pa¨ªses con normas m¨¢s elevadas, como la RFA, no quieren rebajarlas ni admitir productos que no las respeten. En todo caso, todo esto no afectar¨¢ a las disposiciones ya establecidas en los tratados de adhesi¨®n de Grecia, Portugal y Espa?a, que en algunas materias tienen ya per¨ªodos transitorios para adaptarse a lo que existe ya.

En cuanto a la libre circulaci¨®n de personas, no desaparece, si no que se establecer¨ªa una cooperaci¨®n entre Estados miembros para controlar la inmigraci¨®n proveniente de pa¨ªses terceros y para "la lucha contra el terrorismo, la criminalidad y la droga", que Espa?a pide.

Cooperaci¨®n monetaria. Seg¨²n la Comisi¨®n y los pa¨ªses m¨¢s europe¨ªstas, ser¨ªa dif¨ªcil ir a un gran mercado sin una cooperaci¨®n monetaria. El Sistema Monetario Europeo no est¨¢ en el Tratado de Roma. Algunos querr¨ªan incluirlo. Pero tanto la RFA como el Reino Unido se oponen a ello.

Cohesi¨®n. Pa¨ªses como Espa?a, Grecia e Irlanda y la Comisi¨®n Europea han insistido en que la creaci¨®n del gran mercado, que supondr¨ªa un enorme esfuerzo de adaptaci¨®n para sus econom¨ªas, tendr¨ªa que venir acompa?ada de una pol¨ªtica de solidaridad para reducir las diferencias entre las diversas regiones y el retraso de los menos favorecidos. El principio parece aceptado, y el m¨¦todo deber¨ªa ser un mejor uso del FEDER y de otros fondos estructurales.

Parlamento Europeo. No se trata ya de otorgarle un poder de co-decisi¨®n legislativa con el Consejo de Ministros, sino de cooperaci¨®n, de modo que pudiera enmendar decisiones del Consejo en las materias cubiertas por la regla de la mayor¨ªa en cuesti¨®n de mercado interior. Pero el Consejo mantendr¨ªa la ¨²ltima palabra, al poder rechazar por unanimidad las enmiendas del Parlamento (la Comisi¨®n propone que una enmienda del Parlamento se d¨¦ por adoptada si el Consejo no la rechaza por mayor¨ªa). El Parlamento tendr¨ªa, adem¨¢s, que aprobar cualquier ampliaci¨®n de la CEE.

Investigaci¨®n y tecnolog¨ªa. Se crear¨ªan programas marco plurianuales para coordinar los esfuerzos nacionales. Los pa¨ªses peque?os quieren garant¨ªas de que, si hay dinero comunitario por medio, todos deben tener acceso a los resultados cient¨ªficos.

Medio ambiente. Se intentar¨¢ ir hacia una pol¨ªtica com¨²n.

Pol¨ªtica social. Por mayor¨ªa se decidir¨ªan las disposiciones m¨ªnimas que se habr¨¢n de aplicar de forma progresiva.