Brazos como poemas
Hay algo indiscutible por encima de un an¨¢lisis detallado: es muy importante para el ballet espa?ol el haber presentado una digna versi¨®n del segundo acto del Lago. Siempre hay posibilidades de ser cr¨ªtico con este cl¨¢sico, pues es de esas piezas que no dejan de revisarse y repetirse, sin desaparecer del repertorio activo: por eso es un cl¨¢sico. La compa?¨ªa espa?ola debe trabajar muy fuerte sobre el estilo (?esos detalles: las cabezas, el torso en el arabesque sostenido!), pues donde se logra la coherencia es en la labor de conjunto.Hay elementos que deben depurarse: el color y dise?o del traje del brujo, el abismo entre el tou-tou de Odette con un plat¨® de amplio vuelo y los del cuerpo de baile, siendo mucho m¨¢s evocador el tono arcaizante del primero. La orquesta tuvo momentos desafortunados. Hay una regla sagrada, sost¨¦n de la buena amistad entre ¨¦sta y los bailarines: el director debe ser oportuno con la batuta en los cierres y en las entradas a variaciones. Un comp¨¢s es capaz de descabalar toda una funci¨®n.
Ballet Nacional de Espa?a (Cl¨¢sico)
Primer programa: El lago de los cisnes, segundo acto. Autores: Ivanov-Petipa-Alonso y Chaikovski; Chaikovski, pas de deux, de Chaikovski y, Balanchine; Poema Divino, de Barra y Scriabin. Artista invitada: Eva Evdokimova. Direcci¨®n: Mar¨ªa de ?vila. Teatro de la Zarzuela. 25 de diciembre.
La inseguridad de Ricardo Franco en m¨¢s de una ocasi¨®n es achacable a esto, incluida Evdokimova, que fue irregular aunque bellamente caracterizada, con un adagio t¨¦cnicamerite correcto, a la rusa, delicado y expresivo, haciendo gala de unos brazos que son verdadera poes¨ªa.
Arantxa Arg¨¹elles y Antonio Castilla salieron a escena con la convicci¨®n de deslumbrar, y por momentos lo consiguieron. Es muy dif¨ªcil el pas de deux balanchiniano, pero estos j¨®venes bailaron de manera festiva, abierta, con luminosidad, dando un color peculiar a la conocida miniatura. Arg¨¹elles puede llegar a ser una buena bailarina, aunque debe cuidar su fisico y su peso. Castilla baila con toda su alma y se le nota, pero se mantiene demasiado tenso y eso le resta soltura.
Nada de divinidad
Poema divino es un mal ballet bien interpretado, y se soporta gracias al esfuerzo d¨¦ los bailarines. Aburrido, falto de imaginaci¨®n, absurdamente dilatado hasta consumar una profanaci¨®n lineal de la densa m¨²sica de Scriabin, consigue agotar a los bailarines con un discurso coreogr¨¢fico inconexo.Es, adem¨¢s, enga?oso, pues se amolda a las posibilidades de los miembros de la compa?¨ªa para los que ha sido creado, lo que es s¨®lo aparentemente bueno al reducir las posibilidades de exigencia y de honesto riesgo que tiene todo trabajo de danza. Barra ata con d¨¦bil cuerda influencias diversas, y obvia la sabia lecci¨®n de la brevedad. Los grandes de la coreograf¨ªa contempor¨¢nea -Bejart, Petit, Biaggi, Van Manen- son muy estrictos en cuanto al tiempo que deben durar sus ballets.
Ellos han entendido que alargarlos es arruinarlos; Balanchine mismo, tiene muy pocas piezas que sobrepasen los 30 minutos, sobre todo cuando el argumento es abstracto o apenas existe como una sugerencia. El intento de Ray Barra resulta trasnochado, tanto en el uso del vocabulario acad¨¦mico como en una recurrente plasticidad al estilo americano de los a?os cincuenta.
Pese a ello, la noche fue de buen hacer danzario. La salvaron el cuerpo de baile en Lago, la gracia de Evdokimova, el arrojo de Arantxa, y la eficaz iluminaci¨®n. El Ballet Nacional demuestra una creciente superaci¨®n en disciplina, elevando notablemente su entrega con respecto a temporadas anteriores. Resumiendo, Chaikovski, dos; Scriabin, cero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.