Discurso sobre el discurso
Gulliver es una radio y es tambi¨¦n el s¨ªmbolo de un discurso ajeno que se impone; los liliputienses, unos personajes que bien pueden ser sus s¨²bditos, repetitivos y adoradores, como la encarnaci¨®n de sus propias palabras. Esta obra de Reixa es verbal e incluso podr¨ªa decirse que verborreica: los personajes, cargados de atributos de sus posibles funciones -el submarinista, el acomodador, el de los llaveros...- hablan incesantemente y unos cuantos vocablos o temas les obsesionan: pr¨®stata, pensionistas y medio pensionistas, chepas y medias chepas... M¨¢s all¨¢ de atributos y vocabulario repetitivo, se est¨¢ hablando de un discurso: la enorme radio es la propiedad de la palabra que cae sobre los peque?ajos, y con ellos el autor hace su propio discurso sobre el discurso. Si no se entiende claramente nada de esto es porque no es una obra f¨¢cil. Muchas de sus claves se pierden al safir de la autonom¨ªa gallega en que est¨¢ escrita y a la que va dirigida: a sus t¨®picos, a sus consignas, a sus formas de agarrarse a lo peculiar. El autor es continuamente burl¨®n: su lenguaje es culto, incluso cultista, juguet¨®n, inteligente. Y barroco. Su culto al absurdo est¨¢ m¨¢s ligado a la verdadera fuente de este teatro -el viejo Ubu Rey, que debe de estar cumpliendo ahora 90 a?os- que a sus derivaciones m¨¢s recientes, aunque el discurso que ¨¦l revienta por dentro sea el actual y el local. La rebeld¨ªa es de una acracia tenue.La obra est¨¢ bien interpretada y bien dirigida. Los actores, que se atropellan entre s¨ª con el dificil¨ªsimo lenguaje, lo hacen dentro de un orden interno y se adivinan los ensayos minuciosos y cuidados con el director Santiago Montenegro. El sonido llega bien y est¨¢ medido, y los accesorios esc¨¦nicos -el escen¨®grafo es Rub¨¦n Garc¨ªa-, que forman. parte de la dramaturgia, est¨¢n bien ideados.
Gulliver FM
De A. R. Reixa. Int¨¦rpretes: Alfonso Agra, Ernesto Chao, Antonio Dur¨¢n Morris, Rosa Hurtado, Manuel Pombal. Direcci¨®n: Santiago Montenegro. Estreno en la sala Olimpia. Madrid, 27 de febrero.
El p¨²blico acogi¨® muy bien el pr¨®logo de la obra. Doble, en realidad: un di¨¢logo humor¨ªstico sobre los celtas por una parte, y un coloquio con supuestos espectadores sobre los coloquios en s¨ª y el teatro gallego. Temas directos y divertidos, sin claves ni s¨ªmbolos, en una l¨ªnea de sainete moderno.
El p¨²blico se desconcert¨® con el desarrollo de la obra, con el descoyuntamientode la realidad que le volv¨ªa incomprensible el decurso de la acci¨®n y su significado. Pero aplaudi¨® a los actores.
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