Mucha legitimidad y pocas competencias para el nuevo Consejo del Poder Judicial

La extensi¨®n de la elecci¨®n parlamentaria de ocho de los 20 vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a los 12 restantes que, en una primera configuraci¨®n de este ¨®rgano constitucional, en 1980, fueron elegidos por los propios jueces y magistrados, fue la medida m¨¢s revolucionaria de la administraci¨®n socialista en materia de justicia. Esta legitimaci¨®n de origen del ¨®rgano de gobierno del poder judicial, mediante su vinculaci¨®n con la soberan¨ªa popular, no ha llevado consigo, sin embargo, un aumento de las competencias del nuevo Consejo.Precisamente esta falta de atribuciones al CGPJ dise?ado en el proyecto de ley org¨¢nica del Poder Judicial (LOPJ), estuvo en el origen de las tensiones del anterior Consejo con el Gobierno socialista. La disminuci¨®n de las competencias respecto a las conferidas por la ley de 1980 y en concreto la falta de atribuciones en materia reglamentaria, de propuesta legislativa y de gesti¨®n presupuestaria, fue considerada por el CGPJ presidido por Federico Carlos Sainz de Robles poco acorde con la configuraci¨®n hecha por la Constituci¨®n de 1978 del "¨®rgano de gobierno" del poder judicial, en sustituci¨®n del gobierno ejercido durante el franquismo sobre jueces y magistrados por el poder Ejecutivo.

La mayor¨ªa gobernante insisti¨® en limitar las atribucion¨¦s del CGPJ a las estrictamente enumeradas en la Constituci¨®n -"nombramientos, ascensos, inspecci¨®n y r¨¦gimen disciplinario" de jueces y magistrados-, y fundament¨® la rebaja de competencias en la propia composici¨®n mayoritariamente conservadora del CGPJ, que contrastaba con la voluntad popular expresada en las urnas el 28 de octubre de 1982, y en el desempe?o de sus funciones en una direcci¨®n corporativista, que no aconsejaba dejar en sus manos demasiadas atribuciones.

La oposici¨®n del CGPJ a la jubilaci¨®n de los magistrados a los 65 a?os o al acceso a la carrera judicial, sin oposici¨®n, de otros juristas, resultaba significativa.

Cuando se estaba en este debate, se produjo el vuelco de la s¨ªtuaci¨®n, al extenderse la elecci¨®n parlamentaria a los 20 vocales del CGPJ. A partir de ese momento, carec¨ªan de sentido las argumentaciones. basadas en el car¨¢cter corporativista del CGPJ o en su desvinculaci¨®n de la soberan¨ªa popular.

Sin embargo, la realidad hoy es que el nuevo CGPJ, presidido por Antonio Hem¨¢ndez Gil, cargado de legitimidad democr¨¢tica y que en sus primeros pasos ha dado claras muestras de independencia, moderado progresismo y ausencia de corporativismo, carece de competencias para abordar por s¨ª solo la reforma judicial.