El acceso a la Universidad y el incierto futuro de los profesores, principales cuestiones pendientes
La regulaci¨®n definitiva del acceso a la ense?anza superior y el incierto futuro de m¨¢s de 18.000 profesores no numerarios son los problemas universitarios necesitados de soluci¨®n m¨¢s urgente al t¨¦rmino de la primera legislatura socialista. Ambas cuestiones fueron planteadas en la ley de Reforma Universitaria (LRU), cuya aprobaci¨®n, en agosto de 1983, constituye, por otra parte, uno de los m¨¢s significativos logros del Gobierno en materia educativa.
En su art¨ªculo 25, la LRU establece que "los requisitos para el acceso a la Universidad se regular¨¢n por ley de las Cortes Generales", pero el correspondiente proyecto de ley no ha llegado a ser elaborado. En su defecto, el Gobierno ha improvisado cada primavera unas normas con las que, por la v¨ªa de decretos-leyes, ha intentado poner orden en la dispersa y permanentemente improvisada legislaci¨®n sobre la, materia.As¨ª, los que aspiraban a ingresar en la Universidad el curso pasado se encontraron con la sorpresa de que el n¨²merus clausus, exclusivo hasta entonces de las facultades de Medicina, adquir¨ªa carta de naturaleza, en muchos otros centros. La principal novedad aportada por las normas de acceso para el curso pr¨®ximo, contenidas en un decreto reciente, ha consistido en la devaluaci¨®n definitiva de la convocatoria de septiembre. En los centros con exceso de demanda, la posibilidad de elecci¨®n de carrera quedar¨¢ reservada a los alumnos que aprueben el COU y la selectividad en la convocatoria de junio
Seguramente, una de las consecuencias m¨¢s graves de la falta de un proyecto de ley que regule el acceso a la Universidad es que sigue sin producirse el gran debate de fondo sobre la misma. Una discusi¨®n imprescindible para saber cu¨¢l es el modelo de Universidad que la sociedad espa?ola desea y est¨¢ dispuesta a financiar.
Los profesores no numerarios (m¨¢s de 28.000 al comienzo de la legislatura y m¨¢s de 18.000 al finalizar), siguen constituyendo ahora mismo el eje de una de las mayores preocupaciones de todas las universidades del pa¨ªs. Las llamadas pruebas de idoneidad establecidas en la LRU no han permitido resolver m¨¢s que parcialmente el gran problema que arrastra el sistema universitario espa?ol desde que comenz¨® a hacer frente a la gran explosi¨®n de la demanda de alumnado en la d¨¦cada de los sesenta mediante el recurso a la contrataci¨®n masiva de profesores. Ello trajo como resultado que, al comienzo de la legislatura socialista, hubiera s¨®lo 8.770 profesores numerarios y 28.263 no numerarios. El Gobierno socialista ha transformado sustancialmente esta situaci¨®n, y en estos momentos los profesores numerarios son 19.289 y los no numerarios 18.711.
Ahora bien, la propia LRU fija el mes de octubre de 1987 como fecha l¨ªmite para la vigencia de los actuales contratos, y es absolutamente improbable que para entonces las universidades hayan dispuesto del tiempo necesario para sacar a concurso el n¨²mero de plazas suficientes para satisfacer a una cifra tan elevada de aspirantes a profesores permanentes.
Al hacer el balance de la actividad de su departamento, el ministro de Educaci¨®n y Ciencia, Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall, dijo recientemente en la sede de su partido que cuando el PSOE accedi¨® a la responsabilidad del Gobierno la Universidad estaba "en el fondo de un pozo". El ministro, l¨®gicamente, no se atrevi¨® a afirmar que en apenas tres a?os acad¨¦micos, que es el tiempo transcurrido desde la aprobaci¨®n de la ley, la Universidad espa?ola haya conseguido salir del fondo de ese pozo. En trajo escaso per¨ªodo de tiempo la LRU ha servido, empero, para posibilitar el que cada universidad se dote a s¨ª misma de unos estatutos y para iniciar los pasos que deben conducir a la modernizaci¨®n de las ense?anzas universitarias.
Algunas cifras pueden servir para valorar si la intensidad del es fuerzo realizado por el Gobierno socialista permite a la universidad espa?ola asomarse al brocal del pozo. Asi, el presupuesto global de las universidades espa?olas ha pasado de 74.256 millones de pesetas en 1982 a 150.303 millones en 1986, y el destinado espec¨ªfica mente a la investigaci¨®n a trav¨¦s del Fondo Nacional de Investigaci¨®n Cient¨ªfica y T¨¦cnica de 6.560 millones a 11.947.
Los alumnos que estudiaban con beca en el curso 1982-1983 fueron 68.200, y en el presente haja sido 110.000, en tanto que la cuzwt¨ªa media de la beca universitaria pas¨® de 44.708 pesetas anuales a 88.085. El gasto del Estado para atender a este cap¨ªtulo pas¨® de 3.409 millones de pesetas en el primero de los cursos acad¨¦micos del cuatrienio socialista a 13.609 millones en el ¨²ltimo.
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