Antonio Arias

El violinista Antonio Arias ha puesto fin al noveno y ¨²ltimo tomo de su extensa Antolog¨ªa de estudios para viol¨ªn, que a juicio del gran maestro Henryk Szeryng es "una de las aportaciones m¨¢s importantes realizadas en el campo de la t¨¦cnica violin¨ªstica en los ¨²ltimos tiempos". Arias, que se ha jubilado recientemente como viola de la Orquesta Nacional de Espa?a, fue siempre, en realidad, m¨¢s violinista que altista, aunque la escasez de ta?edores de viola le llevase a cubrir ese puesto en la citada orquesta.

La Antolog¨ªa es el fruto de toda una vida dedicada por Arias a la m¨²sica con la intensidad de un temperamento todo fuego y entusiasmo. Obra de larga realizaci¨®n, su confecci¨®n ha sido posible aprovechando ratos libres en una actividad intensa. Primero, en el conservatorio de Salamanca y en su orquesta sinf¨®nica, en la que Arias colabor¨® con el llorado compositor charro Gerardo Gombau. M¨¢s tarde, con la Orquesta Nacional y el Cuarteto Cl¨¢sico, del que Arias fue fundador en 1945. "Bien puedo decir que no s¨¦ lo que son ratos libres, dedicados al ocio, y, por supuesto, la palabra aburrimiento no figura en mi diccionario, como tampoco he sentido lo que llamamos jubilaci¨®n. Dir¨ªa m¨¢s, desde que me han jubilado no tengo tiempo para nada".Peque?o, nervioso, sumamente cordial y delicado, Arias ha sentido siempre, como buen pedagogo, el deseo de ayudar a los que empiezan. Ese deseo de orientar a los j¨®venes, evit¨¢ndoles las fatigas que ¨¦l pas¨® durante su pensionado en Madrid, donde malos profesores sin m¨¦todo y sin vocaci¨®n le causaron grandes decepciones, es el objetivo que marca su largo trabajo en la Antolog¨ªa.

"No es cosa f¨¢cil para m¨ª precisar el momento en que surgi¨® la idea de esta Antolog¨ªa, cuando han pasado 52 a?os desde sus inicios. Creo que el estudio iniciado en Bruselas, gracias a una beca de la Diputaci¨®n de Zamora, despues de haber obtenido en Madrid el Premio Sarasate, es el origen de todo. Mi maestro, el c¨¦lebre Mathieu Crickboom, nos hac¨ªa repasar los 12 cuadernos de estudios que ¨¦l titul¨® Los maestros del viol¨ªn. A m¨ª me parec¨ªa excesivo el n¨²mero de estudios all¨ª recogidos, y adem¨¢s no se abordaban sino t¨ªmidamente maestros como B¨¦riot, Vieuxtemps, Wieniawski y Dont".

"Se ignoraba totalmente la obra cumbre del virtuosismo, representado por el genio irrepetible de Paganini, y no se conoc¨ªan los c¨¦lebres Diez preludios de Ysaye", a?ade. "Adem¨¢s de estos preludios, estoy satisfecho de haber incorporado otros dos grandes nombres a la Antolog¨ªa, los de Alard y Monasterio. Si el nombre de Alard va ligado al de su maravilloso disc¨ªpulo Sarasate, el de Jes¨²s de Monasterio fue piedra angular en la carrera de Pablo Casals, que dijo de ¨¦l: "Despu¨¦s de Monasterio nadie me ha ense?ado nada nuevo".

Antonio Arias, cuyo hijo del mismo nombre es un conocido flautista en el panorama musical espa?ol, recuerda el sacrificio de su esposa, que le ha aportado la paz espiritual necesaria para llevar a buen fin esta empresa.

"Me siento feliz por haber contribuido a que estos grandes nombres del viol¨ªn est¨¦n presentes y vivos en el pensamiento de las nuevas generaciones de violinistas. ?Acaso los nombres de Ysaye, Monasterio y Alard necesitan de nuestra colaboraci¨®n para que perdure su gloria? Ciertamente, no, pero, como dec¨ªa Crickboom: 'M¨ºme le bon Dieu a besoin de cloches" (Incluso el buen Dios necesita campanas).