Pocos se acuerdan de la ley de Territorios Hist¨®ricos
La ley de Territorios Hist¨®ricos (LTH) es s¨®lo un recuerdo vago para la mayor¨ªa de los afiliados del PNV, de uno u otro sector. Apenas es objeto de debate, y s¨®lo en la medida que sirvi¨® de detonante a la crisis que termin¨® con la sustituci¨®n de Carlos Garaikoetxea en la presidencia del Gobierno vasco. Las posiciones foralistas o centralistas que se atribuyen con frecuencia al sector oficial y al cr¨ªtico no parecen sostenibles. El partido aprob¨® sin dificultades el proyecto de LTH de Garaikoetxea, aunque luego Xabier Arzalluz cedi¨® a la presi¨®n de las diputaciones.Las discusiones m¨¢s apasionadas en los batzokis (sedes del PNV) versan de Navarra, la mayor¨ªa de cuyos dirigentes y afiliados (en torno a un millar) fueron expulsados o excluidos en mayo de 1984, acusados de indisciplina y de incumplimiento de un pacto con Coalici¨®n Popular. Navarra es para muchos nacionalistas, sobre todo guipuzcoanos, una herida en carne viva.
La segunda materia de discusi¨®n permanente son Garaikoetxea y Arzalluz. Se polemiza sobre el a?o en que ingresaron en el partido, sus virtudes y defectos, sus m¨¦ritos pol¨ªticos y sobre cu¨¢l de los dos debe gratitud al otro. Los cr¨ªticos no perdonan lo que califican de afrentas del aparato del partido al ex lendakari. El nombre de Garaikoetxea ni se cita en un folleto destinado a divulgar en Europa la historia reciente de Euskadi, cuyo texto salta de Jes¨²s Mar¨ªa Leizaola a Jos¨¦ Antonio Ardanza. El acceso a la Casa del Partido, en Artea, apareci¨® decorado el pasado s¨¢bado con retratos de dirigentes del PNV y de todos los lendakaris, desde Jos¨¦ Antonio Aguirre, hasta el actual, con la ¨²nica excepci¨®n de Garaikoetxea.
El retrato en el retrete
Los oficiales tambi¨¦n sufren por el trato que el otro sector reserva a sus l¨ªderes y soportan a duras penas, por ejemplo, el hecho de que el retrato de Ardanza, de exhibici¨®n obligatoria en los batzokis, se encuentre situado en Renter¨ªa (Guip¨²zcoa) sobre la puerta de acceso al retrete. A estas alturas, una parte de los seguidores de cada sector est¨¢ convencida de que el l¨ªder de la facci¨®n rival es un agente exterior encargado de destruir el PNV desde dentro.En m¨¢s de 90 a?os de historia del PNV, la actual es la crisis con peligro de ruptura en la que se advierten menos diferencias ideol¨®gicas. El grupo Askatasuna (Liberaci¨®n), separado en 1910, se opon¨ªa a la confesionalidad sabiniana. La escisi¨®n de 1921 se debi¨® al malestar de los puristas frente al predominio en el partido de una burgues¨ªa industrial que apostaba por el autonomismo dentro de la legalidad. Partido y Comunicaci¨®n se reunificaron nueve a?os despu¨¦s. Tambi¨¦n en 1930 se separaT ron el PNV, Acci¨®n Nacionalista Vasca, Partido Laico y Republicano, y el grupo Jagi-Jagi, independentista a ultranza y anticapitalista de signo arcaizante.
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