Banqueros
Que vaya por delante que yo entiendo poqu¨ªsimo de econom¨ªa, lo cual, al margen de mi natural estulticia num¨¦rica, es en gran parte achacable al oscurantismo con que se expresan los sumos sacerdotes del dinero. Pues de todos es sabido que, desde el principio de los tiempos, los brujos y dem¨¢s privilegiados han echado mano de los lenguajes cr¨ªpticos para que el vulgo no se cosque ni de la mitad de sus manejos.Ello es que, desde mi condici¨®n financieramente analfabeta, me he quedado pasmada, estupefacta y turulata ante la noticia de que los grandes bancos decidieron no anunciar crecimientos de beneficios superiores al 20%, porque "no era bueno presentar resultados espectaculares bajo un Gobierno socialista". Y digo yo que no he debido de comprender bien el meollo del asunto, porque no es posible que nuestros mandamases monetarios resuelvan mentir como bellacos.
Una ya ten¨ªa o¨ªdo que la banca estaba consiguiendo exorbitantes beneficios. Que bajo el Gobierno del PSOE los pobres son m¨¢s pobres y los ricos m¨¢s ricos, como bien dijo Gerardo Iglesias el d¨ªa de la investidura, en aquella intervenci¨®n que los socialistas pitorrearon tanto quiz¨¢ porque no sab¨ªan qu¨¦ contestarle. Pero que nuestros prohombres de los bancos, adem¨¢s de hacerse m¨¢s cresos de lo que ya eran, se dediquen ahora a desdibujar los beneficios y a ocultar millones en la manga me parece en verdad abracadabrante; es una actitud digna de los Siete magn¨ªficos, pero de los magn¨ªficos del western, de aquellos seguidores de Yul Brinner que eran una miaja fulleros y mangantes. Y si todo este malabarismo con las cifras, este disfrazarse de humildes mientras se forran por lo bajo, responde en realidad a las insinuaciones del PSOE, que intentar¨ªa as¨ª guardar las apariencias para que no se le caigan definitivamente la ese y la o que hay en sus siglas, entonces la cosa ser¨ªa ya el despiporre.
Pero no, seguro que no es as¨ª, seguro que no he entendido la jugada. Porque la Prensa califica esta resoluci¨®n de los banqueros como un semiacuerdo entre caballeros, y, claro, o bien esto es el m¨¢s disparatado de los eufemismos, o bien yo no he comprendido lo que se dice nada.
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