Etnias
Juan Pe?a, el Lebrijano, ese cantaor que le canta a Gonz¨¢lez en las noches de la bodeguiya, es el representante en la tierra de la Moncloa de una etnia andaluza que est¨¢ entre Ca?amero y el presi. Lo cual que las etnias de Ca?amero, en tribu, hicieron campamento en la plaza de Santa Ana, con m¨²sicas y m¨ªtines: "Recibe a Reagan y no nos recibe a nosotros". Las oraciones a San Judas Tadeo salen, previo pago, en los peri¨®dicos de Madrid. ?Qu¨¦ etnia es esa que anda en trapicheos con Dios? ?Son judaicos o jud¨ªos? Villar Mir, que se va a comprar las Torres de Col¨®n, dice "espa?oleidad" por espa?olidad: he aqu¨ª una nueva etnia gramatical. Los yey¨¦s de los 60,vuelven a la Filmoteca como documento e historia. Pero los yey¨¦s, toda la prole de los Beatles, cuya ropa interior se subasta ahora en, Londres, fuimos nosotros mismos. O sea, que ¨¦rarnos una etnia y no los enteramos. Una etnia anglosajona que iba a cambiar el mundo y no ha cambiado nada, como ahora los rockeros. Lola Flores, que est¨¢ haciendo cine con bata (sin cola) es otra etnia madirile?a, la de las jerezanas que van de gitanas sin serlo. Franco ten¨ªa a Lola Flores en La Granja y a Santa Teresa en un portafolios. Felipe tiene al Lebrijano en la bodeguiya. Algo hemos ganado en el cante / calit¨¦. Madrid es territorio marroquizado en San Mill¨¢n y Cascorro, con campamentos ¨¢rabes que camellean material. Ribera de Curtidores, Arganzuela, Tirso de Molina, se llaman sus campamentos.Otros ca?ameros en otras plazas, 600 mineros de Riotinto y Cebreiros manifestados contra el de Trabajo, Manuel Chaves, sesteantes luego, mareados de ciudad, bajo los grandes ¨¢rboles alfonsinos de la Castellana. Y el apartheid madrile?o contra las etnias de la ciudad abierta. Los analistas de la derecha contra el Lebrijano, le gratin gratin¨¦ del Gobierno, contra Ca?amero, la guapa gente de derechas contra el tecno duro y el heavy / pomo, ]la C¨¢mara de Comercio contra los marroqu¨ªes de la marroquiner¨ªa, la brigada antidroga baj¨¢ndose al moro en la Arganzuela, para pegar duro, mientras las multimundiales de la droga no se ensucian los calcos para nada. Apartheid en Madrid, ciudad abierta.
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