Asesinados el gobernador militar de Guip¨²zcoa, su mujer y uno de sus hiios en un atentado en San Sebasti¨¢n
El gobernador militar de Guip¨²zcoa, general de brigada Rafael Garrido GIL de 59 a?os; su esposa, Daniela Velasco de Vidaurrieta, de 57, y el segundo de los hijos del matrimonio, Daniel, de 16, resultaron muertos en un atentado cometido) ayer en San Sebasti¨¢n por dos individuos que, desde una moto, colocaron una bomba sobre el techo del veh¨ªculo en el que viajaban el general y sus familiares. El n¨²mero de heridos se eleva a 14, algunos de ellos de gravedad, en la misma acci¨®n terrorista, cuya autor¨ªa asumi¨® ETA ayer por la tarde en un comunicado dirigido a diversos medios de comunicaci¨®n vascos. El atentado se produjo a las 10.30, cuando el coche del gobernador militar se encontraba parado en un sem¨¢foro. El general Garrido viajaba sin la escolta policial que ten¨ªa asignada porque "quer¨ªa disfrutar de cierta libertad de movimiento", seg¨²n fuentes oficiales.
En su comunicado, ETA lamenta la muerte de la mujer y el hijo del general Garrido y la existencia de heridos civiles. La organizaci¨®n terrorista advierte que seguir¨¢ sus acciones mientras no haya Una negociaci¨®n pol¨ªtica basada en la Alternativa KAS.El gobernador militar de Guip¨²zcoa y sus familiares hab¨ªan abandonado el edificio del Gobierno militar en su veh¨ªculo oficial, un Peugeot 505 matr¨ªcula SS-2431-W con blindaje salvo en el techo, pocos minutos antes de las 10.30. Conduc¨ªa el veh¨ªculo el soldado Norberto Jes¨²s Ferrer Lozario, de 20 a?os. Cuando el coche: hab¨ªa avanzado pocos metros, se detuvo ante un sem¨¢foro en rojo en la esquina del Bulevar de San Sebasti¨¢n con la calle de Legazpi. En ese momento, mientras el coche estaba parado en espera de reanudar la marcha, dos j¨®venes con casco que viajaban en una moto de gran cilindrada se colocaron a la derecha y paralelos al veh¨ªculo oficial del general.
Los j¨®venes depositaron sobre el. techo del coche una bolsa y huyeron a gran velocidad. Segundos m¨¢s tarde, el paquete hizo explosi¨®n. El veh¨ªculo qued¨® totalmente destrozado por la detonaci¨®n y convertido en un amasijo de chatarra. En un radio de unos 40 metros quedaron esparcidos los cristales de viviendas y, establecimientos pr¨®ximos al suceso que fueron rotos por la onda expansiva. La moto, una Kawasaki matriculada en Barcelona, seg¨²n fuentes policiales, fue localizada anoche en un aparcamiento de San Sebasti¨¢n.
El matrimonio Garrido falleci¨® en el acto. El general y su esposa quedaron destrozados por la explosi¨®n. Mientras, los otros dos ocupantes del veh¨ªculo eran trasladados r¨¢pidamente a la residencia sanitaria Nuestra Se?ora de Ar¨¢nzazu. El joven Daniel Garrido muri¨® a los pocos minutos de ser ingresado en dicho centro, mientras que el conductor qued¨® hospitalizado en estado grave, si bien no se teme por su vida. Durante casi dos horas se difundi¨® la noticia de que el conductor del veh¨ªculo hab¨ªa muerto. Ferrer presentaba shock traum¨¢tico, contusi¨®n, heridas diversas por objetos punzantes y quemaduras de segundo grado, seg¨²n el parte m¨¦dico de la citada residencia sanitaria.
Entre las primeras personas que acudieron al lugar del atentado estaba el hijo mayor del matrimonio, Fernando Garrido, el monta?ero que recientemente bati¨® el r¨¦cord de estancia en. solitario en alta monta?a tras permanecer 61 d¨ªas en la cima de' Aconcagua.
Algunos de los testigos que se, encontraban en el lugar de: los hechos en el momento del atentado eran incapaces de explicar lo que hab¨ªan sentido. "Hay que vivirlo", dec¨ªan. "La escena", indic¨® uno de los comerciantes de la zona, "no se la puede imaginar nadie si no lo ve". Tras los momentos de confusi¨®n que siguieron a la acci¨®n terrorista, la gente fue acerc¨¢ndose poco a poco hasta el lugar. Desde un establecimiento de telas situado frente al sitio del atentado, se sacaron metros de tela blanca para proceder a los primeros auxilios de los heridos, que se dispersaban por las proximidades del lugar. Mientras, otro de los empleados fue llamando a las ambulancias.
La cajera del citado, establecimiento indic¨®: "Sent¨ª como si la tierra se abriese, contuve la respiraci¨®n y por mi mente pas¨® la idea de que la ciudad se ca¨ªa; algunos se tiraron al suelo y otros cayeron por efecto o de la onda expansiva". "Poco despu¨¦s", a?ade, "sal¨ª a auxiliar a un ni?o peque?o que ten¨ªa una herida en un brazo. Una se?ora entr¨® pidiendo auxilio y tela blanca. Entonces se encargaron de hacer tornaquetes a algunos ?le los heridos que se encontraban, tirados sobre el suelo".
En una marisquer¨ªa que se encuentra situada a menos de dos metros de donde se produjo la explosi¨®n, las dependientas pudieron observar c¨®mo una moto grande se paraba al lado del coche y dejaba algo encima. Instantes despu¨¦s", indicaron, "ca¨ªmos al suelo". Una hora m¨¢s tarde estas personas eran incapaces de relatar lo que hab¨ªan sentido. "S¨®lo s¨¦", dijo una de ellas, "que despu¨¦s de caemos salimos corriendo a la calle y sobre la acera se encontraba una se?ora a la que acab¨¢bamos de vender marisco y una joven con un gran boquete en la espalda".
"Ya est¨¢ bien"
Las sirenas se o¨ªan por toda la ciudad y las ambulancias llegaron a los pocos instantes al lugar de los hechos. En menos de diez minutos todos los heridos hab¨ªan sido evacuados y la zona qued¨® acordonada. La gente mostraba p¨¢nico en sus rostros y a?ad¨ªa exclamaciones de indignaci¨®n: "Ya est¨¢ bien", "esto no se puede soportar, van a acabar con todos nosotros". En el lugar donde se produjo el atentado fueren car
Pasa a la p¨¢gina 14
Asesinados el gobernador militar de Gup¨²zcoa,Rafael Garrido Gil, su esposa y uno de sus hijos en San Sebastian
Viene de la p¨¢gina 13gados en cuatro camiones los cristales de toda la zona que hab¨ªan sido destrozados. Inmediatamente se estableci¨® en el lugar del atentado un fuerte cord¨®n policial.
El juez de guardia orden¨® a mediod¨ªa el levantamiento del cad¨¢ver del gobernador militar de Guip¨²zcoa, que, sacado del autom¨®vil, qued¨® sobre el c¨¦sped, cubierto con un pa?o verde. La explosi¨®n hab¨ªa seccionado su cabeza. El cad¨¢ver de la esposa, Daniela Velasco, no pudo ser extra¨ªdo del autom¨®vil, que fue levantado y trasladado por una gr¨²a. A las 12.30 horas efectivos policiales levantaban el cord¨®n de seguridad que se hab¨ªa establecido tras la acci¨®n terrorista.
Salvo el conductor del veh¨ªculo oficial, el resto de los 14 heridos eran transe¨²ntes que paseaban por el Bulevar donostiarra en el momento de la explosi¨®n. En estado grav¨ªsimo se encontraba al cierre de esta edici¨®n la ciudadana portuguesa Mar¨ªa Jos¨¦ Teixeira Gonzalve, de 27 a?os, quien hubo de ser intervenida quir¨²rgicamente durante cinco horas y precis¨® una transfusi¨®n de 17 litros de sangre. Permanec¨ªan graves Pilar Calahorra, Mar¨ªa Mendiola, Juana Alonso, Julio Bilbao y su hijo de dos a?os, Ander; el ch¨®fer del veh¨ªculo, Norberto Jes¨²s Ferrer; y Margarita Go?i. En estado leve se encontraban Juan Carlos Lorenzo, Reyes Barrag¨¢n, Argi Iriarte, Mar¨ªa Dolores Cort¨¢zar y Mar¨ªa Asunci¨®n Ram¨ªrez. Juan Dornaleteche fue dado de alta a media ma?ana.
Caillla ardiente
La capilla ardiente por la familia Garrido qued¨® instalada en el Gobierno Militar de San Sebasti¨¢n, a menos de 500 metros del lugar donde se produjo el atentado.
Los f¨¦retros que conten¨ªan los restos de los tres fallecidos se encontraban cubiertos por la bandera nacional y junto a ellos hab¨ªan sido depositadas alrededor de 40 coronas de flores.
El ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra, visit¨® al atardecer la capilla ardiente. Serra Illeg¨® a la capital guipuzcoana a primera hora de la tarde acompa?ado por el Jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito, teniente general Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢enz de Tejada.
Tras expresar su p¨¦same a los familiares que se encontraban en la capilla, el ministro, en una improvisada conferencia de: prensa, indic¨® que es necesario reaccionar con firmeza ante este tipo de actos y que "no se puede negociar con alguien que es capaz de matar de esta manera". Serra afirm¨® que el general Garrido era un amigo de los vascos y que pidi¨® expresamente ser destinado a San Sebasti¨¢n.
El lendakar¨ª Jos¨¦ Antonio Ardanza tambi¨¦n visit¨® la capilla ardiente. Ardanza dio el p¨¦same a los familiares de las v¨ªctimas y permaneci¨® durante unos minutos en silencio ante los f¨¦retros. El lendakari intercambi¨® unas palabras con Narc¨ªs Serra, con quien coincidi¨® en el Gobierno Militar, y se neg¨® a hacer declaraciones a la Prensa.
Los funerales por las v¨ªctimas se oficiar¨¢n hoy a las once de la ma?ana en la bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa de la ciudad donostiarra. El general Garrido, su esposa y su hijo ser¨¢n enterrados hoy por la tarde en el cementerio de Jaca (Huesca) por deseo expreso de sus familiares.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Comandos terroristas
- San Sebasti¨¢n
- Comunicados terroristas
- Comando Guip¨²zcoa
- Atentados con heridos
- Violencia callejera
- Ayuntamientos
- Gipuzkoa
- Infraestructura terrorista
- Atentados mortales
- Des¨®rdenes p¨²blicos
- Fuerzas armadas
- Atentados terroristas
- Administraci¨®n local
- Servicio militar
- Pa¨ªs Vasco
- Delitos orden p¨²blico
- ETA
- Delitos
- Espa?a
- Grupos terroristas
- Administraci¨®n p¨²blica
- Defensa
- Terrorismo
- Justicia