El sentimiento c¨ªtrico de la vida

Es dif¨ªcil describir el pasmo que se apoder¨® del abigarrado p¨²blico de videntes cuando Martirio apareci¨® en el escenario de la sala Universal a la manera de una dolorosa punky y no a los sones del pasodoble.La peineta es un precioso despojo,de disco elep¨¦ absolutamente moldeado; de una oreja pende un casette enano, en la otra cuelga una foicl¨®rica; gafas negras encubridoras acaso de oscuras vivencias; clavelazos, mantilla, guantes negros infinitos, abanico, pechos que musitan guerra. Lo que ten¨ªa que suceder ha sucedido: a la tonadilla le est¨¢n doliendo los centros de tanto querer al rock, se han amancebado y han concebido una hija, Martirio. Martirio es un veneno contra el dogmatismo y el muermo.

El sonido comenz¨® canallesco, hasta el punto de que Martirio hubo de interrumpir su primera canci¨®n. Pero sabe mandar en el escenario. Levant¨® los brazos y el abanico a los cielos y s¨®lo con una frase volvi¨® la magia: "Perdon¨¢ si os he ofend¨ªo, colegas". Desde este instante, risa y asombro.

Unas cuantas se?oritas llevaban peinetas escondidas en el bolso y cuando vieron que aquello iba en serio no dudaron un instante en clav¨¢rselas en el pelo y en el coraz¨®n. Muchos lanzaban ol¨¦s apasionados a la vocalista mientras ella pasaba deljip¨ªo al desenfreno, del desenfreno a la saeta, de la saeta a Kiko Veneno, de Kiko Veneno al cupl¨¦ y del cupl¨¦ al esperpento con naturalidad. Martirio tiene mucho de Marif¨¦ de Triana y mucho de David Bowie. Y este maridaje corrobora la teor¨ªa de que no existen amores imposibles.

?Qui¨¦n es Martirio? Ella se define con una copla de Quintero, Le¨®n y Quiroga: "Yo era tantas cosas que ya se han perd¨ªo...". Pero de todas esas cosas Martirio ha confeccionado una obra bella, tierna, pat¨¦tica, fuerte, corrosiva e impregnada de un humor total. Martirio va a poner de moda el sentimiento c¨ªtrico de la vida y las peinetas. Quien desee recuperar la capacidad de asombro tiene que probar el veneno de Martirio.