Los encargos de provincias, con sello, por favor

., ?ngel Luis Casado, encargado del despacho de La Hermana de Do?a Manolita, cuenta que la administraci¨®n no facilita pedidos por encargo. El que quiera comprar all¨ª tendr¨¢ que acercarse a una de las tres ventanillas protegidas por fuertes cristaleras. Los clientes que llegan de provincias se cuidan mucho de que los boletos adquiridos lleven el sello de la administraci¨®n, para luego poder demostrar en su lugar de origen que fueron comprados en la genuina Do?a Manolita.

A ese calor no s¨®lo acuden gentes de bien que buscan el beso de la fortuna. Otros, m¨¢s pragm¨¢ticos, prefieren aligerar el bolsillo de los jugadores. Jes¨²s, uno de los tres empleados de La Hermana de Do?a Manolita, cuenta que no hay d¨ªa en que alguno de los vecinos que hacen cola no descubra, al ir a pagar, que le han birlado la cartera. Recuerda el caso de un se?or que, por estas fechas del a?o pasado, compr¨® 400.000 pesetas de loter¨ªa y antes de llegar a la altura de la boca del metro le hab¨ªan robado los billetes . El se?or en cuesti¨®n, desen cajado pero decidido, ech¨® mano a la cartera y compr¨® nuevos billetes por valor de otras 400.000.

Tambi¨¦n en 1985, un catal¨¢n de Barcelona se desplaz¨® expresamente a la Puerta del Sol para adquirir cuatro series de billetes completas, lo que supone un gasto -o una inversi¨®n, eso no se sabe hasta el d¨ªa 22- de 6,5 millones de pesetas.

Cliente habitual de La Hermana de Do?a Manolita fue el torero Antonio Bienvenida, abonado a un n¨²mero concreto, y lo son todav¨ªa ?ngel de Andr¨¦s, Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez, Paco Valladares -amigo personal de la hermana-, Fernando Mor¨¢n, el futbolista Carlos Santillana o el ¨¢rbitro Emilio Guruceta.