G¨¢nsteres para la exportaci¨®n
Los 'capos' de la 'mafia' yugoslava extienden su influencia por Europa y Estados Unidos
Lo m¨¢s granado del hampa yugoslava, con capos llegados de toda Europa, se reuni¨® a finales de noviembre en un suburbio belgradense para darle el ¨²ltimo adi¨®s a Liubo Magas, apodado el de Zemun (Zemunac), en un entierro cristiano de primera. El 10 de noviembre, Liubo Zemunac hab¨ªa sido asesinado a tiros a la puerta de un juzgado de Francfort por otro conocido yugoslavo de los que operan en Alemania Occidental.
Miles de cazadoras negras de piel se apostaron entre los cipreses del camposanto de Zemun para presenciar un entierro que la Prensa asocia a las mejores ceremonias f¨²nebres de la Mafia japonesa por su seriedad y ritmo de im¨¢genes. All¨ª estaba la polic¨ªa, dirigiendo el tr¨¢fico de motos y Mercedes, algunos m¨¢s lujosos que los del presidente yugoslavo. Decenas de agentes de paisano segu¨ªan de cerca los ¨²ltimos pasos del sarc¨®fago oscuro de Liubo, que de sus 38 a?os de vida se hab¨ªa pasado 10 en prisi¨®n.Buena parte de la Prensa yugoslava coment¨® con simpat¨ªa la personalidad de Liubo, varias veces condenado por violaciones, robos y asaltos. Seg¨²n el diario Ilustrovana Politika, Liubo se hab¨ªa acogido al asilo pol¨ªtico en Alemania Occidental para obtener los papeles que su pasado de delincuente le negaban en Yugoslavia. Pero no militaba en ning¨²n grupo pol¨ªtico enemigo del r¨¦gimen yugoslavo y en alguna ocasi¨®n hab¨ªa montado fenomenales broncas en restaurantes de los Ustachis, organizaci¨®n anticomunista partidaria de la secesi¨®n de Croacia de la federaci¨®n yugoslava.
Fuentes pr¨®ximas a la polic¨ªa negaron asqueadas a dicha revista haber recurrido jam¨¢s a los servicios del g¨¢nster, y declinaron comentar posibles contactos de Liubo con la polic¨ªa germana.
Liubo Zemunac era un producto de exportaci¨®n del hampa yugoslava, como el famoso Stevan Markovic, asesinado en Francia en los a?os setenta, tras haber pertenecido al entorno de Alain Delon. Son elementos que no pueden operar en un pa¨ªs cuya moneda no es convertible y en el que una polic¨ªa endiosada est¨¢ en todas partes y se mueve sin tantos miramientos como las de Francia o la RFA. Otro tipo de mafia se incrusta en Yugoslavia, en los poros de la liberalizaci¨®n econ¨®mica, por entre las arterias balc¨¢nicas -que llevan a ese Oriente del que salen el sol y la droga.
Caravana de hero¨ªna
Seg¨²n ciertas evaluaciones, un kilo de hero¨ªna cuesta en Estambul 2.600.000 pesetas. Puesto en el sur macedonio de Yugoslavia (Skopije) ya vale 5.900.000, y llega a Belgrado costando 6.500.000 pesetas. Las grandes redes de traficantes escogen la capital yugoslava o sus alrededores para reposar la carga y borrar posibles pistas.Cuando sus huellas se han cubierto de polvo o nieve, las caravanas reanudan su tr¨¢nsito hasta M¨²nich o Mil¨¢n, donde el kilo llega valiendo unos 10 millones de pesetas. ¨²ltimamente, en Nueva York se est¨¢ afianzando una mafia originaria de Albania y del Kosovo yugoslavo, que controlar¨ªa ya en torno al 25% del tr¨¢fico de hero¨ªna, seg¨²n la revista TV Novosti.
Por motivos nacionalistas, en la capital yugoslava est¨¢ brotando un odio racista, injertado de desprecio, hacia todo lo alban¨¦s. As¨ª, se afirma que existe una Mafia albanesa que dirigir¨ªa el tr¨¢fico de divisas. Los albaneses constituyen el 10% de la poblaci¨®n yugoslava. Son la minor¨ªa pobre que barre y riega Belgrado y lleva le?a y carb¨®n a las calderas de calefacci¨®n.
Hace poco, de una carbonera del centro de Belgrado sali¨® arrastr¨¢ndose y sangrando abundantemente, un alban¨¦s de 53 a?os de edad. Los transe¨²ntes detuvieron al drogadicto que presuntamente lo hab¨ªa herido y dado muerte a balazos a otros dos entre montones de antracita. Lo de presuntamente es en Yugoslavia algo jur¨ªdicamente superfluo. Para la opini¨®n p¨²blica y su Prensa qued¨® inmediatamente claro: los albaneses quisieron timar al probo eslavo, que tuvo que defender a punta de pistola del 7,62 el mill¨®n de pesetas que llevaba para cambiarlo en divisas.
La corrupci¨®n se dispara
Es un secreto a voces que la apertura de boutiques y bares privados ha disparado la corrupci¨®n. La revista TV Novosti asegura que en la alcald¨ªa hay que sobornar con unas 35.000 pesetas por metro cuadrado al funcionario del que dependa el permiso de apertura del local. Ya en funcionamiento, muchas boutiques se abastecen de ropa robada en la RFA o de modelos que ya nadie lleva y se rematan a cinco marcos el kilo.Los beneficios de un bar o boutique de Belgrado pueden llegar a ganancias asombrosas para un peque?o propietario espa?ol, tal es la ingenuidad de la Hacienda yugoslava, no acostumbrada a lidiar con el capitalismo.
As¨ª, poco a poco, con la mena de una mejora de los servicios, el contribuyente yugoslavo se va acostumbrando a la ganga de los tiroteos entre propietarios de restaurantes, como aquel que hace dos a?os le cost¨® la vida a Ranko Rubezic, apodado el Dutch Schultz balc¨¢nico y acusado de haber desplegado en Belgrado una red de protecci¨®n de propietarios de bares, camellos y prostitutas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.