Un ex futbolista, un cura y un pol¨ªtico, premiados por libros en 'euskera'
Una generaci¨®n de escritores vascos muestra su vocaci¨®n por el idioma
Juan Mari Irigoien, donostiarra que conoci¨® la gloria como jugador de la Real Sociedad; Xipri Arbelbide, un sacerdote que recuerda la mala fortuna de vivir en una di¨®cesis regida por uno de los pocos obispos reaccionarios de Francia, y Mario Onaind¨ªa, un oriundo de Lekeitio que alterna la lectura de Moby Dick con la pelea pol¨ªtica, han ganado en los ¨²ltimos d¨ªas tres de los premios m¨¢s importantes de novela escrita en euskera.
El barrio de Alza, en San Sebasti¨¢n, donde naci¨® y a¨²n vive Juan Mari Irigoien, era en los a?os sesenta un entramado de casas familiares. Luego, el barrio alberg¨® enormes dormitorios para emigrantes. Irigoien conquist¨® cierta gloria juvenil como futbolista en el Sanse y en su barrio hab¨ªa un equipo que se hac¨ªa llamar Diablos Rojos.Su novela Udazkenaren balkoitik (Desde el balc¨®n de oto?o) ha ganado el Premio Jon Mirande de novela, convocado por el Gobierno Vasco. La novela narra la vida de unos cuantos personajes de ese barrio desde una perspectiva ininteligible, quiz¨¢ para visionarios o alguaciles, la perspectiva del que se siente extranjero en su propia tierra.
Irigoien afirma que el futuro de la literatura vasca depender¨¢ de que se produzca una acci¨®n educativa seria y larga, que vaya creando una sociedad en la que la gente pueda entender de forma indistinta el castellano y el vascuence. Mientras tanto, observa con inter¨¦s c¨®mo surge una generaci¨®n de j¨®venes escritores que afirman su vocaci¨®n por la literatura y se toman en serio el oficio. El idioma para ellos ha dejado de ser exclusivamente un s¨ªmbolo a conservar contra la brutalidad.
Xipri Arbelbide, sacerdote vasco franc¨¦s, habitual escritor de art¨ªculos para la Prensa, recuerda que la literatura vasca ha permanecido durante siglos enclaustrada, cuidada tan s¨®lo por las instituciones religiosas, ligada tem¨¢tica y estil¨ªsticamente a los avatares de los cat¨®licos. Su novela, titulada Piarra Topet Etxahun, es una descripci¨®n de la agitada biograf¨ªa del escritor vasco franc¨¦s del mismo nombre y de las circunstancias de su tiempo.
La revoluci¨®n francesa, Napole¨®n, el rom¨¢ntico Chaho recorren las p¨¢ginas de su narraci¨®n, que se ha hecho acreedora en los ¨²ltimos d¨ªas al Premio Caf¨¦ Iru?a.
Arbelbide no escribe de asuntos religiosos y se entusiasma cuando recuerda que uno de los finalistas del premio que ¨¦l gan¨® no hab¨ªa aprendido el vascuence en su casa sino en la escuela, en una ikastola.
No es ¨¦sa la ¨²nica raz¨®n del relativo optimismo de Arbelbide. La aparici¨®n reciente de dos semanarios escritos ¨ªntegramente en euskera, la inclusi¨®n de suplementos escritos en lengua vasca en algunos medios de comunicaci¨®n que siempre manifestaron una hostilidad hist¨®rica a lo que no fuera rancio espa?olismo, constituye, para Arbelbide, un signo de que algo est¨¢ cambiando en la sociedad vasca en lo que se refiere al euskera.
'Olagarroa', pulpo
Olagarroa significa pulpo y es el nombre que le dan los presos a su c¨¢rcel, una c¨¢rcel cualquiera, en cualquier pa¨ªs del mundo, y lugar que cualquier preso considera como un bicho tentacular. El pol¨ªtico Mario Onaind¨ªa, ex secretario general de Euskadiko Ezkerra, ha obtenido el Premio Resurrecci¨®n Mar¨ªa Azcue con una novela que se titula as¨ª y que escribi¨® bajo el influjo de Moby Dick, de Herman Melville.Onaind¨ªa considera que la literatura en vascuence est¨¢ sufriendo en los ¨²ltimos a?os una metamorfosis. La escritura elaborada por los gram¨¢ticos, empe?ados en normalizar la lengua y unificar sus diferentes tendenclas, da el relevo, seg¨²n Onaind¨ªa, a la de los escritores que conciben y usan el euskera como una lengua literaria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.