Menoyo
La liberaci¨®n de Guti¨¦rrez Menoyo ha sido esa ¨²ltima carta que el buen jugador que es Felipe Gonz¨¢lez se guardaba en la manga y as¨ª dejar para el arrastre a los compa?eros de timba. El enfado es general y comprensible. Desde que Felipe Gonz¨¢lez viaj¨® a Cuba y comparti¨® noche de luz y color en Tropicana con Fidel Castro, la derecha no ha dejado de zaherirle por las malas compa?¨ªas hist¨®ricas que se busca. Incluso el se?or Rup¨¦rez lleg¨® a decir que tan escandaloso era codearse. con un dictador como Castro que como con otro dictador llamado Pinochet. Habr¨ªa que preguntarle al se?or Rup¨¦rez algo original ad hoc, por ejemplo: se est¨¢ hundiendo el Titanic, se?or Rup¨¦rez, Y a usted le sobra un salvavidas y ve que sus compa?eros de viaje, Pinochet y Fidel Castro, carecen de ¨¦l, ?a qui¨¦n le dar¨ªa usted el salvavidas que le sobra?Los personajes que vienen de abajo y llegan a alcanzar relevan cia social tienen fama de ser ansiosos, de no saciar nunca suficientemente el hambre y la sed de triunfo, como si quisieran compensar ese miedo original de los pobres a seguir siendo pobres toda la vida. Esta podr¨ªa ser la disposici¨®n an¨ªmica de Felipe Gonz¨¢lez, ampliamente demos trada durante 1986, a?o en el que lo ha conseguido todo menos Gibraltar y el campeonato mundial de billar fantas¨ªa. Tama?a exhibici¨®n de triunfos genera tantas, adoraciones como odios y a la vista del empecinamiento inoportunamente anticastrista que est¨¢ exhibiendo nuestra derecha, se podr¨ªa llegar a pensar que prefer¨ªa a Guti¨¦rrez Menoyo en las mazmorras y, por extensi¨®n, a Sajarov en Siberia o algo por el estilo.
Los ataques lanzados a Castro despu¨¦s de la liberaci¨®n de Menoyo son diplom¨¢ticamente insensatos y psicol¨®gicamente de psiquiatra. Nuestra derecha parece como esas madrinas de guerra que se indignan cuando las guerras languidecen y no hay a quien mandarle la canastilla. Y adem¨¢s en este caso a¨²n quedan posibles ahijados en las c¨¢rceles cubanas. No amontonarse. A¨²n hay canastillas para todas.
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