EL FALLECIMIENTO DEL AUTOR DE 'EL LABERINTO ESPA?OL'
El hispanista brit¨¢nico Gerald Brenan falleci¨® ayer poco despu¨¦s a las once de la noche, a los 92 a?os, de una parada cardiaca, en su domicilio de La Ca?ada de las Palomas, en el pueblo malague?o de Alhaur¨ªn el Grande, donde resid¨ªa desde 1968. El autor de El laberinto espa?ol, libro escrito en 1943, "uno de los testimonios m¨¢s entra?ables y m¨¢s luminosos jam¨¢s redactados sobre este pa¨ªs", en palabras de otro hispanista, el irland¨¦s lan Gibson, muri¨® pl¨¢cidantemente, "como una vela que se apaga", seg¨²n su m¨¦dico, Francisco Burgos.
El hispanista Gerald Brenan muri¨® anoche pl¨¢cidamente en Alhaurin el Grande a los 92 a?os
El hispanista brit¨¢nico Gerald Brenan, de 92 a?os, sufri¨® el pasado s¨¢bado un descenso en sus constantes vitales y entr¨® en un estado preag¨®nico. Durante la ma?ana del lunes su situaci¨®n mejor¨® considerablemente, aunque segu¨ªa siendo cr¨ªtico. Sobre las nueve de la noche de ayer, las auxiliares que le atend¨ªan permanentemente notaron un cambio en su semblante. Brenan hab¨ªa dejado de hablar. Llamaron a Francisco Burgos, el m¨¦dico que atend¨ªa habitualmente al enfermo, poco antes de las 11 de la noche. S¨®lo pudo certificar su muerte, informa desde M¨¢laga Pedro Luis G¨®mez. "Fue una muerte pl¨¢cida, como una vela que se apaga, lentamente", se?al¨® Burgos. El doctor Burgos se?al¨® que el agravamiento en el estado de salud de Brenan no se debi¨® a ninguna enfermedad, sino a su avanzada edad. No fue trasladado a ning¨²n centro hospitalario porque ten¨ªa las articulaciones anquilosadas, tras seis meses de permanencia en el lecho. Ni siquiera se pod¨ªa mantener sentado en una butaca.
"Todo el pueblo est¨¢ triste"
Minutos despu¨¦s del fallecimiento del autor de El laberinto espa?ol, el alcalde de Alhaur¨ªn el Grande, el socialista Francisco Jim¨¦nez D¨ªaz, acudi¨® al domicilio del escritor. "Todo el pueblo est¨¢ triste, porque todo el pueblo quer¨ªa a don Geraldo, como le llam¨¢bamos cari?osamente. Ten¨ªa tanta vitalidad que nadie pod¨ªa pensar que iba a morir tan inesperada y pl¨¢cidamente como lo ha hecho", informa Europa Press.
Recientemente, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, se desplaz¨® a Alhaur¨ªn para entregar a Brenan la estatuilla del premio Pablo Iglesias, que hab¨ªa obtenido.
En los ¨²ltimos a?os, Brenan estuvo internado en varias ocasiones en el hospital Carlos Haya, de M¨¢laga, aquejado de dolencias intestinales, que logr¨® superar a pesar de su gravedad y gracias a su fuerte naturaleza, seg¨²n indicaron los m¨¦dicos que le atendieron.
El declive de Gerald Brenan, un hombre de gran vitalidad, se inici¨® tras la muerte de su esposa, en 1967, cuando tuvo que afrontar, seg¨²n dijo, "los meses m¨¢s tristes y m¨¢s terribles" de su vida. Brenan super¨® el bache y escribi¨® su libro preferido, San Juan de la Cruz; pero ya nada ser¨ªa igual para este hombre, que con 65 a?os recorri¨® Marruecos en auto-stop.
En una ca¨ªda, en 1981, Brenan se fractur¨® la cadera, y desde entonces no pudo andar. Durante alg¨²n tiempo, con la ayuda de una muleta, consigui¨® asomarse a¨²n al jard¨ªn de su casa, pero poco a poco se fue quedando postrado en su sill¨®n. Por aquellas fechas tambi¨¦n muri¨® su hija, y su estado de salud se agrav¨®. El ¨²ltimo hecho que afect¨® de forma muy especial a Gerald Brenan fue su internamiento en un asilo de ancianos en el Reino Unido. El hispanista calific¨® su estancia en Londres como un "exilio".
El traslado de Brenan a la capital brit¨¢nica, en mayo de 1984, e una sorpresa incluso para sus amigos m¨¢s ¨ªntimos. Si bien su sobrina Lynda, y el esposo de ¨¦sta, Lars Pranger, insistieron en que se hab¨ªa ido por su propia voluntad, a los pocos d¨ªas de llegar el escritor reiter¨® su deseo de volver: "Mejor ma?ana que dentro de una semana".
Despu¨¦s de aquel confuso suceso, el Ayuntamiento de Alhaur¨ªn y la Consejer¨ªa de Cultura de la Junta de Andaluc¨ªa lograronsatisfacer el deseo de Brenan de volver a Andaluc¨ªa, donde ha residido desde hace 65 a?os. Brenan regres¨® el 21 de junio de 1984 a su casa de La Ca?ada de las Palomas. Pero all¨ª no estaban ya Lynda, ni Lars, ni los ni?os, que se hab¨ªan trasladado a una casa de alquiler por cuenta del Ayuntamiento de Alhaur¨ªn. Esta nueva situaci¨®n afect¨® sin duda a don Geraldo, cuidado desde entonces, y hasta el momento de su muerte, por dos auxiliares de cl¨ªnica pagadas por la Junta de Andaluc¨ªa.
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