Ante el IV Congreso de CC 00
Los d¨ªas 17, 18, 19, 20 y 21 de noviembre de este a?o se va a celebrar el IV Congreso de la C. S. de CC OO.El pa¨ªs y el mundo en el que se va a celebrar conocen una crisis global, que afecta, por supuesto, a toda la sociedad. Algunos, situados en las ¨¢reas del gran capital, viendo esas dificultades reales por las que atraviesan tambi¨¦n los sindicatos, tomando sus deseos por realidades, proclaman su desaparici¨®n o nos aconsejan amistosamente que nos domestiquemos.
?C¨®mo se observa, desde cierto ¨¢ngulo, a partir de sus or¨ªgenes, nuestro sindicalismo ante un congreso destinado a dar alternativas de futuro, en un momento de avance de nuestras posiciones, que deben orientarse hacia el conjunto de trabajadores/as, hacia la sociedad y, en consecuencia, a desarrollar creativamente el sindicalismo de nuestros d¨ªas?
Como otros, el sindicalismo espa?ol constituye una necesidad que aparece desde que los propietarios/as de medios de producci¨®n utilizan la fuerza de trabajo manual e intelectual de mujeres y hombres despose¨ªdos previamente de esos medios, para sacar beneficios, plusval¨ªas y, en consecuencia, los trabajadores/as nos hemos visto obligados a defender nuestros intereses organiz¨¢ndonos. El sindicalismo nace de la necesidad de los asalariados/as de conquistar derechos primero, de defenderlos despu¨¦s y de ampliarlos siempre frente a los que nos los niegan.
Es un largo proceso que va desde las sociedades de socorros mutuos y montep¨ªos a los sindicatos de resistencia, y de ¨¦stos a los de nuestros d¨ªas.
Desde entonces, toda la historia del movimiento sindical est¨¢ llena de per¨ªodos de crisis y de auge, de adaptaci¨®n, de desarrollo, incluso de modificaciones estructurales; de los sindicatos de oficio se pasa a los de rama de industria, etc¨¦tera.
Hoy, el sindicalismo de clase y de masas, pluralista y unitario, democr¨¢tico e independiente de todos los poderes, asambleario, participativo, sociopol¨ªtico, es tan necesario como cuando nacieron las CC OO. La unidad y la lucha, m¨¢s la alternativa y la solidaridad de clase, nacional e internacional, siguen siendo vitales igualmente.
Estamos en presencia de una crisis global. Tres elementos b¨¢sicos convergen hoy en las sociedades que domina el gran capital. La crisis c¨ªclica m¨¢s larga de cuantas se han conocido; una revoluci¨®n cient¨ªfico-t¨¦cnica que si no arrancamos una mayor reducci¨®n de la jornada y se aumenta el consumo en paralelo con la producci¨®n-en todo el mundo-, destruye m¨¢s puestos de trabajo que crea; una crisis del sistema financiero, caracterizada por una deuda externa de un bill¨®n de d¨®lares, una deuda p¨²blica interior de cerca d e tres billones de d¨®lares y unos gastos militares impulsados por el complejo militar-industrial de EE UU, de m¨¢s de 130 billones de pesetas.
Caracter¨ªsticas de la crisis
"La actual crisis econ¨®mica es la m¨¢s severa, larga y generalizada de los ¨²ltimos 50 a?os. Los retrocesos que produjo en nuestros procesos"de desarrollo provocaron la ca¨ªda del PIB por habitante, la profundizaci¨®n de los problemas sociales y grandes desequilibrios intemos y externos". (Declaraci¨®n de M¨¦xico de la CEPAL, en la reuni¨®n del 25 de enero de 1987, presidida por el secretario general de las Naciones Unidas.)
Por otra parte, el prestigioso premio Nobel de Econom¨ªa profesor Galbraith describ¨ªa recientemente la gran recesi¨®n que ha comenzado. Esta crisis concentra riquezas y beneficios hasta niveles provocativos; concentra tambi¨¦n paro, hambre y rebeld¨ªa en inmensos sectores marginados que luchan por sobrevivir.
Tambi¨¦n aqu¨ª, en ese contexto, confluyen estos d¨ªas estudiantes de ense?anzas media y universitaria, profesores, jornaleros, mineros y otros traba adores; se percibe un malestar social y las respuestas masivas han comenzado.
?Cu¨¢les son las repercusiones de estos hechos, m¨¢s el trabajo negro, en la estructura interna de los asalariados, de la clase? Primero, aparecen nuevas profesiones, crecen los t¨¦cnicos de todo tipo, en l¨ªnea con las nuevas tecnolog¨ªas en la microelectr¨®nica y sus derivados: inform¨¢tica, rob¨®tica, ingenier¨ªa gen¨¦tica, etc¨¦tera; ya es necesario para muchos/as cambiar de oficio dos veces en la vida.
Si la revoluci¨®n industrial crea el proletariado masivo de las l¨ªneas de producci¨®n y los mastodontes de la industria, la revoluci¨®n cient¨ªfico-t¨¦cnica, que automatiza y robotiza, reduce grandemente, erosiona a esas masas de trabajadoras/es de las cadenas de fabricaci¨®n.
Ahora, n¨²cleos m¨¢s peque?os en los centros de concepci¨®n, programaci¨®n y direcci¨®n, a ve ces a distancia, los sustituyen. Actualmente, el conjunto de trabajadores/as de los sectores de servicios constituyen la mayor¨ªa, creciente en n¨²mero en nuestro pa¨ªs. Importante es tambi¨¦n el hecho de que el trabajo negro y el paro, al alejar a los sumergidos/ as o desocupados de los grandes centros de trabajo, los separa de los centros m¨¢s organizados y los aleja del sindicato y de la acci¨®n de la clase.
Ej¨¦rcito de parados
Hoy los parados son los producidos por las crisis c¨ªclicas del capitalismo y tambi¨¦n por las nuevas t¨¦cnicas en el cuadro de ese sistema. El gigantesco ej¨¦rcito de parados, de reserva del capitalismo contempor¨¢neo, es permanente y consecuencia de una profunda y general crisis estructural. El trabajo sumergido, los falsos aut¨®nomos, mensajeros y otros, son vertientes de la degeneraci¨®n del sistema que domina el gran capital, que transforma el empleo fijo en precario, y ¨¦ste, en paro, y todo en p¨¦rdida de conquistas sociales de medio siglo. Luchar por el pleno empleo hoy y la organizaci¨®n de estos sectores es vital para preparar los grandes cambios estructurales, sin los cuales es imposible la plena ocupaci¨®n. Se est¨¢ modificando la forma, la estructura interna de la clase; no su cojitenido ni su fondo de clase. explotada, enajenada y marginada; la renta nacional se sigue repartiendo entre beneficios y salarios, y si aumentan unos, disminuyen otros. Las injusticias sociales, las desigualdades, aunque a otro nivel, no se acent¨²an, crecen, y la forma de la clase se modifica.
Si no tuvi¨¦ramos en cuenta lo uno y lo otro, los sindicatos ser¨ªamos cada vez menos capaces de organizar, representar y defender a amplios sectores, a la clase entera. Si al mismo tiempo no fu¨¦ramos independientes de todos los Gobiernos y patronos, ¨¦stos nos cargar¨ªan su crisis, ser¨ªamos gerentes leales de ella, dividir¨ªamos y desmoralizar¨ªamos a los trabajadores, a sus sindicatos, sobre todo si gobierna un partido que practica una pol¨ªtica econ¨®mica de derechas y se dice de izquierdas.
Es eso lo que est¨¢ pasando cuando el presidente del Banco de Vizcaya, Pedro Toledo, afirma que "la gesti¨®n del Gobierno socialista -m¨¢s bien del PSOE, que no es igual, dir¨ªa yo- en materia econ¨®mica en los grandes temas est¨¢ siendo acertada; entrar en la OTAN es pol¨ªtica econ¨®mica, y es acertado; entrar en la CEE es pol¨ªtica econ¨®mica, y es acertado; no cometer el error Mitterrand es pol¨ªtica econ¨®mica y es acertado; apostar por la liberaci¨®n en la econom¨ªa, tambi¨¦n lo es..." (declaraciones a Estefan¨ªa y Arancibia, EL PA?S, 1 de febrero de 1987). Como dijera el gran dirigente socialista, alem¨¢n Augusto BebeI: "Cuando la derecha -la banca- te alaba, preg¨²ntate qu¨¦ tonter¨ªas has cometido, viejo Bebel".
El sindicalismo del futuro. Deber¨¢ ser un sindicalismo de clase y de masas, pluralista y unitario, democr¨¢tico e independiente, de car¨¢cter asambleario y sociopol¨ªtico. Flexible en su forma de organizaci¨®n, sin diluirla, capaz de basarse en la clase obrera cl¨¢sica, de apostar fuerte al mismo tiempo por los trabajadores que se est¨¢n desarrollando con las nuevas tecnolog¨ªas, y simult¨¢neamente, actuar con todos los marginados, parados, juventud, mujeres; confluir con estudiantes, pacifistas, ecologistas, etc.
Esto exigir¨¢ nuevos m¨¦todos y formas de organizaci¨®n, no s¨®lo las cl¨¢sicas de sindicatos, federaciones y uniones; exigir¨¢ amplia democracia sindical, asambleas y referendos para lo vital, amplio cauce para lo espont¨¢neo, sin caer en el espontane¨ªsmo; esto exigir¨¢ gran capacidad de integraci¨®n de todo lo nuevo de estas capas y estratos, de su car¨¢cter pluralista, tambi¨¦n de lo marginado, partiendo de los sectores b¨¢sicos actuales.
Sindicalismo de nuevo tipo
El sindicato m¨¢s votado en las ¨²ltimas elecciones de 1986, aquel movimiento sociopol¨ªtico que soport¨® el peso decisivo en defensa de los trabajadores y su lucha contra la dictadura, por las libertades sindicales y pol¨ªticas que empez¨® como movimiento, de Comisiones Obreras, y continu¨® como C. S. de CC OO -sin olvidar sus insuficiencias-, est¨¢ netamente situado en esa v¨ªa del sindicalismo de nuevo tipo.
El debate previo al congreso, entre las masas de trabajadores/ as afiliados y no afiliados/as, nos debe permitir un mayor desarrollo creativo.
Como final, yo invitar¨ªa a todos los trabajadores/as, sin ninguna exclusi¨®n, a participar, envi¨¢ndonos sus opiniones para enriquecer nuestro debate cara al congreso, sobre ¨¦ste y otros temas; incluso me atrever¨ªa a proponer realizar asambleas y debates amplios en los centros de trabajo, en los que se abordaran los problemas econ¨®mico-socio-pol¨ªticos que nos preocupan; y para comenzar, sobre el tema concreto que trato en este trabajo.
Las crisis son lo l¨®gico en un proceso de desarrollo, en el cuadro de una sociedad y un mundo que progresan a trav¨¦s de la lucha, superando contradicciones complejas que -precisamente por eso- nos exige capacidad de creaci¨®n, de nuevas formas, a partir de los contenidos de clase que permanecen; la renta nacio nal sigue reparti¨¦ndose entre beneficios y salarios, y si aumentan unos, disminuyen otros; la lucha por ese reparto, las clases y sus consecuencias, existen.
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