Empresas privadas detienen y expulsan irregularmente de Espa?a a los polizones de los barcos
Un grupo de empresas privadas, financiadas por aseguradoras navieras y clubes mar¨ªtimos, detiene por su cuenta y repatria al extranjero a los polizones localizados en los puertos espa?oles. La m¨¢s eficaz de estas compa?¨ªas es la que dirige en Barcelona Samuel Olaf Bull, un catal¨¢n de 38 a?os de edad, de origen noruego, que el a?o pasado se encarg¨® de repatriar a 42 polizones. Bull act¨²a irregularmente y viola la ley de Extranjer¨ªa, seg¨²n medios jur¨ªdicos, pero ¨¦l asegura contar con el benepl¨¢cito de las autoridades y de la polic¨ªa, y sostiene que su empresa es "legal y humanitaria". Al parecer, otras organizaciones similares funcionan desde hace dos a?os en los puertos de Valencia, Algeciras, Bilbao y Cartagena.
Samuel Olaf Bull, a quien se conoce con el sobrenombre de Samito, asegura que resulta costoso efectuar la tarea que ¨¦l hace, y llega a cobrar cantidades que superan las 700.000 pesetas por la asistencia, vigilancia y traslado de un poliz¨®n a su pa¨ªs de origen. Bull, que afirma actuar con la aquiescencia de la polic¨ªa, recibe de los capitanes de los buques a los polizones una vez llegan a puerto, los conduce a un hotel -donde permanecen vigilados por asalariados, para evitar que escapen- y busca luego un medio id¨®neo de transporte para devolverlos a sus pa¨ªses de origen.La organizaci¨®n de Bull dispone de un m¨¦dico privado -no oficial- que reconoce a los polizones y se asegura de que no padezcan ninguna enfermedad contagiosa, cumplimentando as¨ª los tr¨¢mites sanitarios que cualquier viajero se ver¨ªa obligado a soportar al llegar a puerto. Con la ayuda de la polic¨ªa, los polizones superan adem¨¢s el Pontrol aduanero. Bull los conduce en su propio veh¨ªculo hasta el hotel. La operaci¨®n de salida hacia el pa¨ªs de origen se efect¨²a con la misma facilidad con que se ha realizado la de entrada. Pero, adem¨¢s, Bull suele alertar por escrito a los responsables de los buques o de los aviones.
Un especialista en peritajes
Samuel Olaf Bull, director y propietario de la empresa naviera Sworn. Mariner Surveyor, radicada en Barcelona, est¨¢ especializado en peritajes navales y trabaja adem¨¢s como representante de tres importantes clubes mar¨ªtimos del norte de Europa. Bull reconoce, sin embargo, que la mitad de su actividad profesional la dedica a tareas relacionadas con la repatriaci¨®n de los polizones. Este empresario naval no tiene nada que ver con la consignataria Bull, SA.
La organizaci¨®n de Samito es la m¨¢s importante y eficaz de las que act¨²an en Espa?a, por lo que en numerosas ocasiones se requieren sus servicios para que se haga cargo de polizones localizados en diferentes puertos del pa¨ªs. Bull los conduce a Barcelona para iniciar desde esta ciudad las gestiones para la repatriaci¨®n. El interesado asegura que su servicio es "tan popular y eficiente" que en una ocasi¨®n fue llamado desde un puerto extranjero para hacerse cargo de seis viajeros clandestinos.
Esta empresa efectu¨® el ¨²ltimo servicio de vigilancia y repatriaci¨®n el pasado 29 de enero. Entonces fue requerido desde Huelva para hacerse cargo de dos polizones.
La operaci¨®n m¨¢s espectacular la realiz¨® el pasado mes de diciembre, cuando se hizo cargo de dos j¨®venes libaneses que viajaban en el buque Aquila. El capit¨¢n del buque se negaba a zarpar si no se resolv¨ªa el problema.
Samuel Olaf Bull asegura que a los polizones los trata con exquisitez: "Los alojo en verdaderas suites -el hotel de Barcelona es c¨¦ntrico, en la calle de Caspe-, les doy de comer, les visto e incluso les entrego dinero". Luego desmiente que les pegue -"eso s¨®lo lo he hecho en casos de defensa propia"- o que les mantenga esposados o atados a la cama en espera del transporte para repatriarlos. "S¨®lo los vigilamos-, recalca.
A?ade que en su oficio es imprescindible la psicolog¨ªa y "no dejarse enga?ar", ya que habitualmente los polizones suelen argumentar que son refugiados pol¨ªticos que huyen de las dictaduras africanas, en especial de la Rep¨²blica de Sur¨¢frica. Bull dice que los deserunascara con facilidad, ya que se vanagloria de conocer perfectamente las se?as identificativas de las tribus africanas. Por otra parte, reconoce que lo que ¨¦l hace es el trabajo sucio que mucha gente y varios organismos no se atreven a hacer, pero dice efectuarlo "con toda dignidad" y sin ocultarlo a nadie. "Pero hay algo que no soporto, y es que me llamen negrero".
Pol¨¦mica judicial
En determinados medios jur¨ªdicos se considera irregular la actuaci¨®n de la organizaci¨®n de Bull y se critica la permisividad y anuencia de la polic¨ªa. Los mismos medios recalcan, adem¨¢s, que estas actividades podr¨ªan considerarse delictivas, ya que transgreden las garant¨ªas que se ofrecen a los no nacionales en la ley de Extranjer¨ªa, segun la cual los polizones, no pueden ser expulsados del pa¨ªs sin tramitarse previamente un expediente y sin haberles tomado declaraci¨®n. Estas expulsiones se efect¨²an, adem¨¢s, sin el conocimiento de las autor?dades judiciales, se?alan las mismas fuentes.
Bull insiste en que su actuaci¨®n es totalmente legal y ¨¢firma que de cada una de las operaciones levanta acta en la notar¨ªa barcelonesa de Jos¨¦ Villaescusa Sanz. Estas actas, en las que se compromete a cuidar, vigilar y repatriar al poliz¨®n, son entregadas a la propia polic¨ªa, asegura Bull.
Un portavoz del Gobierno Civil de Barcelona, que fue consultado reiteradamente con respecto a este tema, asegur¨® que no se fiene conocimiento de la comisi¨®n de estas supuestas irregularidades. El mismo portavoz a?adi¨® que de confirmarse la versi¨®n recogida por este peri¨®dico se abrir¨ªa un expediente informativo. Recalc¨® que la misi¨®n de la polic¨ªa en estos casos es la de custodiar a los polizones hasta la repatriaci¨®n. Cualquier desyiaci¨®n con respecto a este punto ser¨¢ investigada, termin¨®.
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