El Atl¨¦tico confirm¨® su p¨¦simo momento de forma
El Atl¨¦tico confirm¨® su p¨¦simo momento de forma pese a su victoria ante el Mallorca, que jug¨® toda la segunda parte con un jugador menos por la expulsi¨®n de Higuera. El gol lleg¨® en el ¨²ltimo minuto, en un disparo sorprendente de Land¨¢buru.Todas las dificultades que hall¨® el Atl¨¦tico en el encuentro de ayer fueron producto de sus propias limitaciones. Porque el Mallorca no cre¨® problemas. Se limit¨® a defenderse, obligado por las circunstancias. El Mallorca no tuvo nada de equipo revelaci¨®n. Es m¨¢s, su paso por el Calder¨®n result¨® anodino, vulgar y contrar¨ªo al espect¨¢culo.
El Atl¨¦tico sali¨® con un dispositivo cl¨¢sico de 4-3-3 de escasa versatilidad. Atr¨¢s, jug¨® c¨®modamente balones horizontales por la mayor¨ªa num¨¦rica de sus jugadores; en medio, s¨®lo M¨ªnguez desplazaba el bal¨®n largo en vertical, y delante no hab¨ªa nada. Este patr¨®n cl¨¢sico de juego, desarrollado por jugadores de muy discreta proyecci¨®n, tiene que resultar forzosamente escaso de efectividad a poco que el rival sea listo.
El Atl¨¦tico domin¨® el encuentro de cabo a rabo. Pero entre el primer minuto de juego, cuando fall¨® Da Silva, y mediada la segunda parte, cuando Ezaki vol¨® para desviar el cabezazo de Marina, fue incapaz de crear m¨¢s ocasiones de gol. Despu¨¦s, tampoco, salvo en el minuto final. Y el p¨²blico comenz¨® a encresparse. Meterse con los jugadores era in¨²til porque hac¨ªan lo que pod¨ªan, as¨ª que Vicente Calderon, el presidente, comenz¨® a capitalizar todas las protestas en el palco.
No hab¨ªa espect¨¢culo ni victoria. El Mallorca hab¨ªa renunciado incluso a la posibilidad del contragolpe cuando se qued¨® con 10 jugadores. El Atl¨¦tico se estrellaba contra una pared. Hasta que Land¨¢buru decidi¨® poner en pr¨¢ctica la acci¨®n m¨¢s sencilla para el gol, que es la de rematar desde lejos, sin necesidad de confeccionar la jugada. El Atl¨¦tico pod¨ªa haber hecho esto cuantas veces hubiera querido, puesto que siempre tuvo la posesi¨®n del bal¨®n, pero ni siquiera fue capaz de hacerlo. Hasta que a Land¨¢buru se le ocurri¨® que pod¨ªa ser efectivo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.