Qual notte d'orrore!

"Qual notte d'orrore!" ("?qu¨¦ noche de horror!"), exclama Gilda en el cuarto acto de Rigoletto. Y prosigue: "Gran Dio, che accadra?" ("Gran Dios, ?qu¨¦ ocurrir¨¢?). Arte y vida siguen haci¨¦nclose el l¨ªo de siempre, para qu¨¦ enga?arnos. ?Se refer¨ªa Adriana Anelli, que incorporaba a Gilda, a los acontecimientos de la escena o a lo que estaba pasande, fuera de ella?Una parte del p¨²blico se enfad¨® -con toda la raz¨®n, con buena parte de ella y sin ninguna raz¨®n, seg¨²n los casos- y dej¨® constancia de ello con sonoros abucheos al final. Los primeros s¨ªrtomas de descontento fueron para el director, Romano Gandolfi. Gandolfi es m¨¢s un director de coros que de orquesta, como por otro lado demostraron las soberbias intervenciones del colectivo de voces a lo largo de la noche, pero hay que convenir que no tuvo el cometido nada, pero que nada f¨¢cil: en la escena circulaban criterios encontrados sobre c¨®mo hay que hacer esta ¨®pera.

Inconprensibles fueron las muestras de disconformidad con las prestaciones de Adriana Anelli, aunque su m¨¢s que digna Gilda hiciera padecer en algunos agudos. Montserrat Aparici en el papel de Maddalena consigui¨® lo m¨¢s dificil: cargarse el fascinante cuarteto Bella figlia dell'amore.

Merecieron vitores -m¨¢s fuertes por el contraste- Leo Nucci, que hizo un Rigoletto vocalmente acaso menos rasgado de lo que la tradici¨®n discogr¨¢fica ha hecho com¨²n, pero de gran calidad, y, naturalmente, Alfredo Kraus con un ajustado duque belcantista.