Una carrera contra reloj
Este estado de cosas no se ha generado de la noche a la ma?ana, y en ¨¦l no han tenido parte sustancial agentes ex¨®genos que en otros sectores econ¨®micos han tenido un papel preponderante. La industria espa?ola es deficitaria en materias primas minerales y la industria de la CEE est¨¢ en una situaci¨®n peor que la espa?ola.Si Espa?a tiene potencial suficiente, en variedad y calidad, para abastecer la demanda existente, no es por tanto un problema de mercado lo que est¨¢ afectando a la miner¨ªa. El problema fundamental arranca de la indefinici¨®n pol¨ªtica sobre el futuro de la miner¨ªa en nuestro pa¨ªs. El sector minero es, dentro del conjunto de la industria, el que m¨¢s inercia tiene, y por tanto la repercusi¨®n de las medidas que se adopten sobre el mismo tardan m¨¢s tiempo en ver su fruto. Y hay que constatar que con esta caracter¨ªstica y el abandono sufrido en el per¨ªodo 1982-1986 nos encontramos en la situaci¨®n en la que no hay pr¨¢cticamente ninguna empresa minera del pa¨ªs que no est¨¦ afectada directa o indirectamente por alg¨²n expediente de crisis, que el sector de la investigaci¨®n minera est¨¦ pr¨¢cticamente descompuesto, que el desarrollo tecnol¨®gico sea un simple enunciado en papeles oficiales, vac¨ªos de contenido.
Durante este tiempo, la Federaci¨®n Estatal de Miner¨ªa-UGT ha intentado, con todos sus medios, concienciar a la Administraci¨®n de las repercusiones que el abandono a que ha estado sometido el sector podr¨ªa tener en su viabilidad a medio plazo. Incluso se tuvo que llegar hasta la convocatoria de huelga general en el subsector de la miner¨ªa del carb¨®n y a huelgas parciales en diversas provincias. Los esfuerzos fueron bald¨ªos, ya que durante cuatro a?os las notas predominantes en la pol¨ªtica espec¨ªfica aplicada a este sector industrial fueron la apat¨ªa, la cerraz¨®n y el desconocimiento.
A partir de la sustituci¨®n del equipo existente en el MINER, con la desaparici¨®n obligada de la escena pol¨ªtica de sus rectores (Mart¨ªn Gallego, Carmen Mestre, Kindel¨¢n), la situaci¨®n ha dado un giro considerable, y la sensibilidad ante estos problemas, manifestada por la presencia de determinadas medidas de planificaci¨®n, constituye un razonable rayo de esperanza. Hoy, por primera vez en los ¨²ltimos a?os, el Gobierno est¨¢ intentando acometer los problemas del sector, pero los problemas hist¨®ricos de la miner¨ªa espa?ola est¨¢n agravados por la falta de acci¨®n de estos ¨²ltimos tiempos y el establecimiento de soluciones constituye una carrera contra reloj en un circuito lleno de baches.
Es necesario destacar que existen razones de peso tanto en el campo econ¨®mico como en el campo social y pol¨ªtico, que obligan a que el Estado tenga una iniciativa fundamental en el mantenimiento y desarrollo equilibrado del sector minero. Es prioritario, por tanto, que la Administraci¨®n se constituya, de forma decidida, en un elemento aglutinador de los intereses existentes y dinamice la miner¨ªa espa?ola con el ¨²nico soporte que es aplicado por los pa¨ªses de nuestro entorno: definiendo una aut¨¦ntica pol¨ªtica minera para Espa?a, pensando prioritariamente en base a los intereses de nuestro pueblo.
Varios frentes
Para esto hay que trabajar decididamente en varios frentes a la vez, ya que los problemas se amontonan. Hay que cambiar en primer lugar la imagen que la sociedad tiene de la miner¨ªa. No todo es negativo en el sector minero, siendo precisamente estos aspectos negativos los que m¨¢s trascienden a la sociedad. Y, paralelamente a la informaci¨®n veraz y completa que tienen que tener los ciudadanos, la Administraci¨®n tiene que ser consciente de que un puesto de trabajo perdido en este sector tiene una repercusi¨®n de m¨¢s de dos puestos y medio para nuestra econom¨ªa. Tambi¨¦n tiene que ser consciente de que el saldo fiscal neto de este sector, respecto al resto de los sectores econ¨®micos espa?oles, es muy similar. Que la miner¨ªa, a pesar de las subvenciones que reciben algunas empresas, como Hunosa, no grava al erario p¨²blico de forma diferente a como lo hacen otros sectores. Que existen problemas seculares, como un minifundismo brutal, una accidentabilidad muy superior a la comunitaria, un sector de miner¨ªa met¨¢lica que se hunde, una estructura financiera de las empresas que va a hacer dificil su continuidad a corto plazo, un sector de la investigaci¨®n (IGME-ADARO) desarticulado e ineficaz por una desafortunada gesti¨®n. Y estos problemas deben ser resueltos desde los diversos ¨¢mbitos de competencia de forma urgente.
Para la Administraci¨®n, sindicatos y patronal, en el fondo para el pa¨ªs, es absolutamente necesario que la carrera contra reloj que la miner¨ªa empieza a correr en estos momentos se gane. Y es necesario reconocer que, para esta carrera, no existe una bicicleta que est¨¦ m¨¢s preparada para su utilizaci¨®n que la concertaci¨®n. Instrumento que la Federaci¨®n Estatal de Miner¨ªa-UGT pidi¨® en su d¨ªa, reclamamos ahora, y que consideramos que es el ¨²nico v¨¢lido, en este momento, para aunar voluntades, esfuerzos, e intereses en defensa de los mineros y de la econom¨ªa espa?ola.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.