No queremos jugar en el Marruecos espa?ol

HERMANN TERTSCH, Bonn La Federaci¨®n de F¨²tbol de la RFA insisti¨® en su negativa a jugar en Melilla y expres¨® su esperanza de que la Espa?ola cambiara, como as¨ª hizo, el escenario del partido. "Al fin y al cabo se trata del Campeonato de Europa y debe jugarse en el continente europeo. S¨ª no, la pr¨®xima vez los brit¨¢nicos Podr¨ªan decidir jugar en Las Malvinas", manifest¨® el portavoz de la secci¨®n de juveniles de la federaci¨®n, Berrit Pfaff. "En todo caso -a?adi¨®-, no queremos jugar en el Marruecos espa?ol que est¨¢ fuera del Continente ".Pfaff reconoci¨® que el m¨¢ximo organismo del f¨²tbol alem¨¢n decidi¨® no enviar su selecci¨®n a Melilla y present¨® una protesta ante la UEFA.

"Tampoco queremos entrar en consideraciones pol¨ªticas ynos damos por enterados de que Melilla es territorio espa?ol, pero en Espa?a deben entender que no queremos jugar en un enclave en el norte de ?frica, sino en Europa", dijo el portavoz, que rectific¨® varias veces su argumentaci¨®n: "La RFA quiere jugar en Espa?a, perd¨®n, en la parte europea de Espa?a. Tambi¨¦n ha habido casos, agreg¨®, en que la URSS quiso celebrar un partido en Tashkent y la feleraci¨®n de la RFA se opuso, ya que esta ciudad no est¨¢ en la parte europea del pa¨ªs.

El portavoz federativo insisti¨® en que confiaba en una pronta soluci¨®n del problema, como se produjo pocas horas despu¨¦s: "Estamos a la espera de que se ofrezca otra ciudad, en territorio espa?el, perd¨®n, en territorio espa?ol en Europa", dijo. "Melilla es un enclave espa?ol en ?frica y nosotros jugamos untorneo europeo. En el partido de ida, jugado en Gueterlsch, hicimos todo lo posible por ser buenos anfitriones y esperamos que en Espa?a sea igual.

Pfaff, como la Prensa alemana en general, con alguna excepci¨®n, demostr¨® sufrir un conflicto terminol¨®gico sobre Melilla, una ciudad casi desconocida para los alemanes, muchos de los cuales se muestran sorprendidos cuando se enteran que Espa?a cuenta con dos ciudades bajo su soberan¨ªa en la costa africana. Normalmente, al informar sobre los recientes conflictos en Melilla, la Prensa habla de enclaves norteafricanos. En conversaciones privadas, medios pol¨ªticos de Bonn, pese a conocer las diferencias hist¨®ricas entre ambos casos, hacen claros paralelismos pol¨ªticos entre el problema de Gibraltar y el de las dos ciudades espa?olas.