Espa?a pedir¨¢ hoy el apoyo de la CE a su solicitud para entrar en el 'grupo de los diez',

Carlos Solchaga, ministro de Econom¨ªa y Hacienda, requerir¨¢ hoy a los titulares de Finanzas del resto de pa¨ªses de la Comunidad Europea (CE) su apoyo formal a la pretensi¨®n espa?ola de ingresar en el 'grupo de los diez' pa¨ªses m¨¢s desarrollados del mundo occidental. La solicitud espa?ola, presentada ahora hace un a?o, ser¨¢ considerada por tercera vez el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, en el seno de la reuni¨®n que el G-10 mantendr¨¢ en Washington con motivo de los encuentros de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

Los ministros de Finanzas de la CE tienen previsto hoy comenzar en Knokke, en las proximidades de Bruselas, un Consejo para definir la posici¨®n comunitaria de cara a las reuniones de primavera del FMI, que esta vez tendr¨¢n como asunto estelar la guerra comercial norte americano-japonesa y sus repercusiones sobre las pol¨ªticas monetarias y cambistas de las principales naciones. La CE es previsible que abogue por una mayor estabilidad del d¨®lar frente al marco y al yen, con el fin de evitar que los desequilibrios comerciales afecten sus pol¨ªticas internas. Tambi¨¦n pedir¨¢n a Washington una mayor disciplina fiscal.Solchaga, que viajar¨¢ a Knokke en compa?¨ªa de su secretario de Estado de Econom¨ªa, Guillermo de la Dehesa, aunque se ausentar¨¢ del encuentro de Washington, buscar¨¢ un endoso claro al deseo de entrar en el G-10, el grupo informal que defiende los intereses de los m¨¢s ricos dentro del FMI y Banco Mundial.

Con ¨¦sta ser¨¢ la tercera vez que Espa?a, desde que present¨® su solicitud el 24 de febrero de 1986, intenta un consenso favorable dentro de este club. En la reuni¨®n de la primavera pasada, el entonces presidente del G-10, el holand¨¦s Onno Ruding, dio por recibida la solicitud espa?ola y, ante las reticencias de algunos pa¨ªses, posterg¨® cualquier decisi¨®n a la reuni¨®n de septiembre. En ¨¦sta, la solicitud espa?ola fue vetada de hecho por el ministro sueco, Kjell-Olof Feldt, que, al parecer, actuaba por cuenta de los denominados pa¨ªses peque?os del G-10, entre ellos los n¨®rdicos y el Benelux

Precauci¨®n espa?ola

Los representantes espa?oles se muestran cautos a la hora de evaluar las posibilidades reales de ingreso. Solchaga tiene previsto hacer una gesti¨®n ante el nuevo presidente del G-10, el brit¨¢nico Nigel Lawson, para que, adem¨¢s de incluir el asunto en la agenda de la reuni¨®n del mi¨¦rcoles, apoye decididamente la petici¨®n espa?ola. Las expectativas m¨¢s razonables son que el G-10 retrase hasta la reuni¨®n de septiembre, que coincide con la Asamblea Anual del FMI y Banco Mundial, la consideraci¨®n a fondo de la exigencia espa?ola.

El representante brit¨¢nico ya mostr¨® el pasado a?o las reservas de su pa¨ªs a la entrada de Espa?a. Su argumento fundamental es que, aparte de Espa?a, Australia se encontraba tambi¨¦n en situaci¨®n de espera, ya que hab¨ªa realizado una petici¨®n similar a?os antes. Lawson razon¨® entonces que la petici¨®n espa?ola deber¨ªa considerarse al mismo tiempo que la australiana, e incluso que la informal presentada por Austria. El G-10 decidi¨® entonces elaborar unos "indicadores econ¨®micos objetivos" (renta, PIB, inflaci¨®n, etc¨¦tera) por los que se deber¨ªan juzgar .las futuras candidaturas.

La carta enviada por Solchaga al presidente del G-10 coincidi¨® con la ampliaci¨®n a siete del denominado 'grupo de los cinco', lo que cre¨® un ambiente de temor entre los pa¨ªses m¨¢s peque?os del G-10 (no presentes en el G-7 ni en el G5) ante la posibilidad de ver su pertenencia devaluada.

Este temor se presenta como el mayor obst¨¢culo a las ambiciones espa?olas, pese a que los "indicadores objetivos" mostraban que Espa?a podr¨ªa incluso solicitar su entrada en el G-7, seg¨²n apuntan fuentes espa?olas.