Pasi¨®n y masoquismo
Martirio est¨¢ mala, muy mala, mala de acostarse, pero los 2.000 h¨¦roes que aguantaron hasta el final del recital, desafiando al aguacero y a los elementos, puede que no se recuperen jam¨¢s de la pulmon¨ªa.Hora y media actu¨® Kiko Veneno; hora y media que aprovecharon los cielos para alborotarse y convertir al rock¨®dromo en un barrizal. El Veneno no se dej¨® intimidar ni por el chaparr¨®n ni por el ¨¦xodo de la mayor parte del p¨²blico. Kiko cant¨® con entusiasmo para unos 200 seres inasequibles al desaliento y con m¨¢s valor que el Guerra. Porque tambi¨¦n hay que rese?ar que el sonido estuvo acorde con la meteorolog¨ªa: detestable.
Martirio, por su parte, se atrevi¨® a increpar cari?osamente a los poderes celestiales: "San Pancracio, que pare un ratito, co?o". Y san Pancracio funcion¨®, dej¨® de llover, y el respetable, embarrado hasta las cejas, no ces¨® de inventar piropos, jaculatorias, arrebatos y desatinos: "?Torera, torera!", gritaban. Y ella contest¨®: "Dios os lo pague con un buen noviazgo, guapos".
Martirio y Kiko
Recital de Martirio y Kiko Veneno. Auditorio de la Casa de Campo. Madrid, 16 de mayo.
Mejor hubiera sido que los dioses hubieran pagado con un buen sonido, pero los cielos no entienden de megafon¨ªa. De forma que el respetable decidi¨® embriagarse con el gustirrin¨ªn que produce un buen martirio. A eso se le llama masoquismo.Fueron tres horas de pasi¨®n y masoquismo, que s¨®lo pueden sobrellevarse con mucha afici¨®n o estando como una cabra.
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