Los laboristas brit¨¢nicos centran su campa?a en la lucha contra la pobreza y el paro
La lucha contra el desempleo y la pobreza, as¨ª como la mejora de los servicios sociales -los talones de Aquiles de la Administraci¨®n conservadora-, constituir¨¢n las prioridades de un futuro Gobierno laborista, seg¨²n se desprende del programa electoral del laborismo brit¨¢nico, el m¨¢s corto y conciso de su historia, presentado por el l¨ªder del partido, Neil Kinnock, bajo el lema Gran Breta?a ganar¨¢.
El programa, del que ha sido cuidadosamente eliminado cualquier radicalismo que pudiera ser explotado por los conservadores, mantiene la promesa de cerrar las bases nucleares norteamericanas en territorio brit¨¢nico, pero sin poner l¨ªmite de tiempo a su desmantelamiento y "en consulta" con Washington. Previamente, los laboristas se hab¨ªan comprometido a desnuclearizar las bases en su primer a?o de gobierno.La extensi¨®n del Manifiesto laborista, el m¨¢s conciso y corto de su historia, contrasta con la longitud del presentado en las elecciones de. 1983, y que fue humor¨ªsticamente calificado entonces por un dirigente del partido como "la nota de suicidio m¨¢s larga de la historia". Los hechos le vinieron a dar la raz¨®n, al sufrir el laborismo una de las derrotas m¨¢s serias de su existencia.
La presentaci¨®n del programa, un acto para el que se escogi¨® el sal¨®n de actos del Centro de Conferencias Isabel II, y no la sede del partido, tuvo como finalidad principal subrayar el liderazgo indiscutido de Kinnock, que por primera vez dirige las tropas laboristas en unas elecciones generales. A los acordes de la Primera Sinfon¨ªa de Brahms, Kinnock entr¨® en la gigantesca Churchill Room acompa?ado por el vicel¨ªder del partido, Roy Hattersley, con quien subi¨® al estrado, donde esperaban pacientemente Sentados los miembros del Gabinete en la sombra.
Mensaje claro
El mensaje laborista es claro y contundente, y aunque no menciona ni una sola vez los t¨¦rminos socialismo o socialista, representa la ant¨ªtesis del programa conservador. "Esta elecci¨®n decidir¨¢ si nuestro pa¨ªs va a ser un Reino Unido o un reino dividido", manifest¨® Kinnock en la presentaci¨®n del programa, en una alusi¨®n a lo que los laboristas consideran la pol¨ªtica divisoria de la se?ora Thatcher.Los laboristas se comprometen a combatir "la tragedia inmediata del desempleo" con una inversi¨®n de 6.000 millones de libras (unos 1,2 billones de pesetas) en la lucha contra el paro, una inversi¨®n que permitir¨¢ la reducci¨®n de un mill¨®n de parados en el plazo de dos a?os. Para conseguir esta cifra, los laboristas suprimir¨¢n la ¨²ltima reducci¨®n de dos puntos en los impuestos directos, incluida por los conservadores en el ¨²ltimo. Presupuesto, que califican de soborno, y adem¨¢s se endeudar¨¢n en 3.000 millones de libras (unos 600.000 millones de pesetas) con el fin de crear puestos de trabajo en infraestructura.
El programa prev¨¦ asimismo una serie de subidas en las pensiones, que los laboristas pretenden financiar con la subida de impuestos a aquellas personas que ganan cantidades superiores a las 500 libras semanales (unas 100.000 pesetas) y con el establecimiento de un impuesto de riqueza para el 1 % de la poblaci¨®n que supera ciertos niveles de ingresos.
Un ejemplo de los esfuerzos hechos por Kinnock para presentar un programa electoral moderado y cauto, sin ninguna de las estridencias patrocinadas por la extrema izquierda de su partido, se encuentra en los cap¨ªtulos referidos a la energ¨ªa nuclear, las nacionalizaciones y la legislaci¨®n sindical.
Un futuro Gobierno laborista "disminuir¨¢ gradualmente la dependencia de la energ¨ªa nuclear y asegurar¨¢ un futuro seguro para Sellafield (el centro de reprocesamiento)", en lugar de abandonar las actuales centrales nucleares y de cerrar Sellafield como pretend¨ªa un sector importante del partido.
En cuanto al programa de privatizaci¨®n conservador, los laboristas s¨®lo hablan de volver a na cionalizar British Telecom y British Gas, y de mantener el control p¨²blico del agua. Por lo que se refiero a las relaciones laborales, el programa. anuncia la anulaci¨®n de las cuatro leyes de empleo y relaciones sindicales aprobadas desde 1979.
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