Los asilos de la muerte
Miles de enfermos mentales murieron en Francia de fr¨ªo y hambre durante el r¨¦gimen de Vichy
Los fantasmas hist¨®ricos parecen haberse conjurado para agolparse dram¨¢ticamente en la conciencia colectiva francesa. En los mismos d¨ªas en que el ex comandante nazi Klaus Barbie es juzgado en Ly¨®n por cr¨ªmenes contra la humanidad, el l¨ªder ultraderechista Jean-Marie Le Pen propone expulsiones de inmigrados e internamiento forzoso de enfermos del s¨ªndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y la industria editorial consigue ¨¦xitos de ventas con libros y biograf¨ªas sobre la ¨¦poca negra del r¨¦gimen de Vichy.
Un joven m¨¦dico psiquiatra de Ly¨®n acaba de proporcionar un nuevo elemento de perturbaci¨®n de las buenas conciencias: desde 1940 hasta 1944 murieron de hambre y de fr¨ªo entre 30.000 y 40.000 enfermos mentales internados en sanatorios franceses. La causa directa: las normas administrativas que marginaban a los nosocomios de los suplementos alimenticios decretados para todos los centros sanitarios.Una tesis doctoral presentada en Ly¨®n en 1981 por Max Lafont, un joven psiquiatra que ejerce la medicina privada y la p¨²blica a tiempo parcial, est¨¢ levantando ampollas sobre la historia reciente de Francia.
Los datos que revelan su tesis, titulada La exterminaci¨®n suave. La muerte de 40.000 enfermos mentales en los hospitales psiqui¨¢tricos en Francia bajo el r¨¦gimen de Vichy, ahora publicada como libro, no eran desconocidos, pero han sido objeto de un tenaz trabajo del olvido.Cad¨¢veres vivientes
Cada pocos a?os alguien ha recordado que los enfermos mentales mor¨ªan literalmente de hambre, convertidos en musulmanes -el t¨¦rmino utilizado por el psiquiatra Bruno Betelheim para designar a los cad¨¢veres vivientes de los campos de exterminio nazis- Lafont realiz¨® la investigaci¨®n durante sus tres a?os de internado en el sanatorio de Vinatier, en la localidad de Bron, en el que murieron 2.000 enfermos.
Seg¨²n cuenta el autor, el presidente de la universidad Claude Bernard, de Ly¨®n, le oblig¨® a matizar y cambiar las conclusiones de la tesis si quer¨ªa contar con su firma.
La tesis, le¨ªda en 1987, ha tenido que esperar siete a?os para encontrar un editor, que para redondear la historia es una instituci¨®n psiqui¨¢trica de Nantes autogestionada por enfermos y cuidadores, en una demostraci¨®n m¨¢s de las dificultades que encuentra la aceptaci¨®n de sus conclusiones.Lafont ha recogido abundante documentaci¨®n en la que aparecen algunos lugares comunes realmente escandalosos de la medicina de la ¨¦poca. Desde puntos de vista claramente eugen¨¦sicos, como los de Alexis Carrel, similares a los sustentados por la medicina oficial nacionalsocialista, hasta quienes consideraban que los enfermos mentales eran especialmente sensiblesa la escasez de alimentos o, por el contrario, que convert¨ªan el hambre en un motivo injustificado de sus angustias.
Todo ello iba dirigido a sustraer a esta desgraciada poblaci¨®n hospitalaria la raci¨®n alimenticia m¨ªnima para sobrevivir. Pero Lafont tambi¨¦n ha recogido abundantes descripciones de los hospitales en las que los m¨¦dicos que atravesaron aquella amargaexperiencia los comparan, sin m¨¢s, con los campos de exterminio nazis.
Max Lafont lamenta que el olvido de este per¨ªodo negro de la historia de la psiquiatr¨ªa francesa sea cuesti¨®n tambi¨¦n de los historiadores, que han estudiado el per¨ªodo de Vichy sin apenas referencias a este genocidio blando que se cobr¨® tantos millares de v¨ªctimas.Exterminar o curar
"No hay ninguna voluntad de exterminar a estos enfermos", ha declarado el psiquiatra a ELPA1 S, "pero tampoco hay ninguna voluntad de atenderlos, curarlos y evitar su muerte".
Mientras los enfermos mentales, minusv¨¢lidos y ancianos fueron objeto en la Alemania nazi de una reglamentaci¨®n secreta de eutanasia, la exterminaci¨®n se produjo en Francia por las restricciones alimenticias, impuestas tambi¨¦n de forma reglamentaria, a las que s¨®lo consiguieron escapar algunos centros alejados y fuera del control de las autoridades, o por la acci¨®n de algunos cuidadores que decidieron por su cuenta prescindir de aquella normativa.El n¨²mero de asesinatos perpetrados en Alemania se calcula en 200.000 para los enfermos y en 75.000 para los ancianos, y son todav¨ªa hoy objeto de persecuci¨®n legal, como ha sucedido con dos m¨¦dicos recientemente juzgados en la Rep¨²blica Federal de Alemania, que alegaron en su favor la obediencia a las ¨®rdenes y la ausencia de sufrimientos en los enfermos asesinados.
Para Lafont y para el psiquiatra Jean-Christophe Corbin, editor de su libro, este genocidio franc¨¦s "es producto de un fascismo ordinario, suave, que tiene que ver mucho con la ¨¦poca actual, con la ascensi¨®n de Le Pen, el fen¨®meno Waldheim y el auge de las ideas reaccionarias sobre el SIDA o los recortes de los presupuestos de la seguridad social para los cuidados a enfermos mentales".
Como en Auschwitz
Para estos m¨¦dicos existen continuidades entre Auschwitz y nuestras sociedades, y la muerte de los enfermos mentales franceses de 1940 a 1944 lo demuestra.Ambos se resisten a considerar el nazismo como algo aparte, excepcional. "El fascismo es algo que llevamos todos dentro y que en determinadas situaciones se manifiesta de esta forma brutal; por eso hay que estar vigilantes", asegura Corbin. "En nombre de la econom¨ªa o de la ciencia se puede llegar a hacer cosas horribles", afirma.
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