M¨¢s de 100 falsas amenazas de bombas en Barcelona desde la explosi¨®n de Hipercor
La polic¨ªa barcelonesa tiene registradas m¨¢s de 100 falsas amenazas de bomba desde el estallido, el pasado d¨ªa 19, de 25 kilos de amonal colocados por ETA en el aparcamiento de Hipercor, con un balance de 18 muertos y m¨¢s de 30 heridos. Ese atentado ha puesto de manifiesto que no existe una legislaci¨®n suficientemente clara como para ser aplicada sin problemas por parte de los centros que sufren los avisos de atentado.
Hasta este momento, cada instituci¨®n tiene sus propios planes de desalojo, basados en ordenanzas, manuales, consejos de sus asesores en materia de seguridad y libres interpretaciones de decretos, lo que provoca confusi¨®n entre la polic¨ªa y los propios clientes.El pasado lunes, entre el momento en que en el servicio de nefrolog¨ªa del hospital Cl¨ªnico de Barcelona se recibi¨® una llamada an¨®nima anunciando un atentado y el instante en que qued¨® desalojado apenas pasaron unos minutos. Expertos policiales no tardaron en decir: "No hay bomba, es otra falsa alarma". Este tipo de escena se ha repetido en bastantes ocasiones a lo largo de esta semana en otros locales de Barcelona. En los ¨²ltimos d¨ªas, adem¨¢s del Cl¨ªnico, se han desalojado la f¨¢brica Seat, varios restaurantes, grandes almacenes -entre ellos Hipercor-, colegios, peri¨®dicos, editoriales y algunas viviendas.
"Detr¨¢s de cada falsa amenaza de bomba suele producirse una gran movilizaci¨®n policial", explica un agente de polic¨ªa, quien corrobora que desde el pasado d¨ªa 19 "no hemos dejado de recibir amenazas que despu¨¦s han resultado ser falsas".
Tres personas, una de ellas menor de edad, fueron detenidas el pasado martes en Barcelona por estas pr¨¢cticas ilegales. Si el juez las considera culpables de desorden p¨²blico, deber¨¢n pagar unas multas que oscilar¨¢n entre las 20.000 y las 200.000 pesetas. Adem¨¢s, puede decretar tambi¨¦n contra ellas un arresto mayor. Es lo previsto por el art¨ªculo 249 bis del C¨®digo Penal, que sanciona a los que "con ¨¢nimo de causar alarma afirmaren falsamente la existencia de aparatos explosivos u otros que pudieran producir el mismo efecto".
El caso Hipercor ha atemorizado a los responsables de muchos centros en los que las amenazas de bomba suelen producirse con asiduidad. Colegios, hospitales, cines, peri¨®dicos y grandes almacenes son los objetivos habituales de este tipo de gamberrada desaprensiva. Estas llamadas, que hasta la explosi¨®n de Hipercor se tomaban como bromas pesadas, ahora provocan intranquilidad y suelen producir desalojos.
Un experto en temas de seguridad de una empresa dedicada a la protecci¨®n de edificios explica que "no existe legislaci¨®n concreta alguna que explique c¨®mo se debe preparar un edificio para ser desalojado ni de qu¨¦ forma se debe actuar en caso de que haya una amenaza de bomba".
Por otro lado, contin¨²an muy graves tres de los heridos.
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