El poeta Gerardo Diego muere en Madrid a los 90 a?os
Desaparici¨®n de un cl¨¢sico y un vanguardista
Gerardo Diego, uno de los m¨¢s brillantes exponentes de la generaci¨®n del 27, muri¨® ayer a mediod¨ªa en Madrid a la edad de 90 a?os. La noticia fue continuada a ¨²ltima hora de la noche de ayer por uno de sus familiares, quien afirm¨® que el poeta hab¨ªa fallecido en su hogar tras varios d¨ªas de sufrir una fuerte bronquitis. La familia quiso guardar absoluta reserva al respecto. La vida de uno de los m¨¢s importantes poetas y ensayistas literarios espa?oles de nuestro siglo se extingui¨® suavemente y en silencio.
Gerardo Diego deja tras de s¨ª una extensa obra compuesta por medio centenar de libros de poes¨ªa y una serie de ensayos, algunos de ellos fundamentales en el desarrollo de la poes¨ªa espa?ola de nuestro siglo. No se prodigaba en entrevistas y sol¨ªa hablar poco de s¨ª mismo. Su timidez personal contrastaba con la fuerza expresiva y la vocaci¨®n renovadora de su obra. Altern¨¦ una l¨ªnea po¨¦tica tradicional con la poes¨ªa absoluta, se adscribi¨® a la poes¨ªa irrealista e informalista, al verso libre sin sujeci¨®n de metro ni rima. Uno de sus puntos de arranque fue el descubrimiento del poeta chileno Vicente Huidobro, fundador del movimiento creacionista. Gerardo Diego fue no solo uno de los m¨¢s entusiastas seguidores del creacionismo sino que a trav¨¦s de su inter¨¦s logr¨® un mayor conocimiento y difusi¨®n de la obra de este y otros poetas latinoamericanos en Es pa?a como Borges, Vallejo, Neruda y Asturias.
Junto a Juan Larrea funda el movimiento ultra¨ªsta en 1919. En ¨¦l hay un intento de humanizar y profundizar las emociones mediante la creaci¨®n de un nuevo lenguaje po¨¦tico fundado en la imaginaci¨®n y la rebeli¨®n de las formas.
Otra de las importantes contribuciones de Gerardo Diego como te¨®rico y cr¨ªtico fue la del redescubrimiento de G¨®ngora. Tras recibir entrar en contacto con algunos poetas de su generaci¨®n decide organizar un homenaje a G¨®ngora. "Hab¨ªa una conciencia generacional de voluntad de desagravio a G¨®ngora. Esta en su siglo hab¨ªa adelantado a muchas tensiones y batallas est¨¦ticas del siglo XX. Se trataba de demostrar, ante los seguidores de Men¨¦ndez Pelayo y cierta corriente de opini¨®n erudita establecida que G¨®ngora no era un mal poeta ni un creador vac¨ªo de inter¨¦s", manifest¨® en una ocasi¨®n.
Su uni¨®n al grupo que se denomin¨® generaci¨®n del 27 dur¨® muchos a?os, aunque ¨¦l siempre reneg¨® de esta denominaci¨®n. ?l prefer¨ªa Ilamarlo grupo del 27. "El grupo del 27 estuvo siempre muy unido. Nos llevamos siempre muy bien. No fue como el de 1898, tanto generaci¨®n del 98 y al a?o siguiente ya no se hablaba ninguno. Salvo Bareja y Azor¨ªn que fueron siempre amigos", manifest¨®.
"Nosotros estuvimos siempre unidos, a¨²n en la guerra civil, porque siempre est¨¢bamos de acuerdo en lo negativo. No nos gustaban nada las notas de Primo de Rivera, nos daban mucha verg¨¹enza", coment¨®.
Su antolog¨ªa Poes¨ªa espa?ola, publicada en 1932 marca tambi¨¦n un momento clave en la literatura espa?ola. En ella seleccion¨® a diecisiete poetas, aquellos que se aglutinaron con motivo del centenario de G¨®ngora. Muchos cr¨ªticos entonces no supieron ver que all¨ª se encontraba un grupo con caracter¨ªsticas propias, una generaci¨®n tras sus maestros.
Sus muchos libros de poes¨ªa son de una gran variedad y riqueza formal. A ello se puede a?adir tambi¨¦n una gran diversidad tem¨¢tica. En sus libros se encuentran reflejados la naturaleza, el paisaje, el mar, los pueblos, las ciudades de Espa?a, la cultura, la tradici¨®n, la vanguardia, la realidad y la trascendencia.
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