Flexibilidades y rigideces del mercado de trabajo
Si no copio mal del texto del segundo art¨ªculo del profesor Segura ni altero la esencia de su an¨¢lisis, su argumentaci¨®n sobre el funcionamiento del mercado de trabajo se puede resumir de la forma siguiente (subrayo los p¨¢rrafos cuyo significado me propongo interrogar): "( ... ) El papel del mercado de trabajo debe ser asignar de forma lo m¨¢s eficiente posible la mano de obra. Pero tambi¨¦n es cierto que mayores dosis de eficiencia en una econom¨ªa capitalista implican la asunci¨®n de mayores riesgos personales por parte de los trabajadores y que ¨¦stos deben ser compensados de alguna forma por el sistema". ( ... ) "En todo caso, lo que parece razonable es aceptar una mayor flexibilidad del mercado de trabajo". En el desarrollo de su argumentaci¨®n, el profesor Segura menciona que los beneficiarios de esta mayor flexibilidad ser¨ªan los empresarios y entiende que el coste que la flexibilidad entra?a para los trabajadores exige que ¨¦stos sean compensados v¨ªa aumento de salarios o mayor protecci¨®n social.Sin duda habr¨¢n sido razones de espacio, que siempre ejercen su temible dictadura en las colaboraciones period¨ªsticas, las culpables de que estos razonamientos destilen una cierta sensaci¨®n de contradicci¨®n. Se admite que es razonable aceptar una mayor flexibilidad del mercado de trabajo, y aceptar con ello una potenciaci¨®n de los mecanismos de mercado en la econom¨ªa, porque esto supone asignar de forma m¨¢s eficiente la mano de obra y reducir el desempleo; pero se exige una compensaci¨®n para los trabajadores porque tal flexibilidad entra?a para ellos la asunci¨®n de mayores riesgos personales. Con el debido respeto, cabe preguntar: ?mayores riesgos, para qui¨¦n? No, ciertamente, para m¨¢s del 20% de la poblaci¨®n activa que se encuentra oficialmente desempleada. Para el 80% de esta poblaci¨®n que se encuentra empleada, la flexibilidad s¨®lo supondr¨ªa un mayor riesgo si su aplicaci¨®n implicara un aumento del nivel de desempleo. As¨ª, o bien la flexibilidad lleva a mayor ineficiencia y mayores niveles de desempleo, en cuyo caso no habr¨ªa que compensar a nadie, sino simplemente intentar hacer a¨²n m¨¢s r¨ªgidos los mecanismos de contrataci¨®n y formaci¨®n de precios del mercado de trabajo, o, por el contrario, la flexibilidad inducir¨ªa estados de la econom¨ªa caracterizados por menores niveles de paro, y, por tanto, supondr¨ªa menores riesgos de quedar desempleado para los individuos que componen la poblaci¨®n activa, conjunto este que supongo comprendido dentro del concepto de clase trabajadora utilizado por el profesor Segura.
Las causas del paro
A pesar de que los t¨ªtulos de los art¨ªculos del profesor Segura vienen referidos al empleo y al mercado de trabajo, es evidente que su objeto de an¨¢lisis es m¨¢s amplio y abarca todos los componentes de la estrategia de pol¨ªtica econ¨®mica llevada a cabo durante los ¨²ltimos a?os. Por ello, no es de extra?ar la ausencia de una descripci¨®n de las causas del paro, si bien conociendo la capacidad anal¨ªtica del articulista se echa de menos su an¨¢lisis m¨¢s detallado sobre este problema. A riesgo, una vez m¨¢s, de no captar todos los matices de su juicio me permitir¨¦ agrupar las proposiciones m¨¢s relevantes vertidas en los art¨ªculos sobre esta cuesti¨®n, para, a continuaci¨®n, efectuar algunas consideraciones al respecto.
"( .. ) El paro es un problema con fuertes componentes estructurales y tecnol¨®gicos que no tiene soluci¨®n ni siquiera a medio plazo". "( ... )
La ¨²nica posibilidad de generar vol¨²menes significativos de empleo es creciendo". "( .. ) Si el objetivo es crear empleo, tal y como se dice, crecer por debajo del 3%-4% es no alcanzar dicho objetivo". Perm¨ªtaseme contrastar ahora estas observaciones con un resumen de la evidencia emp¨ªrica que nos ofrece la experiencia internacional sobre este tema; experiencia que, como nos recuerda Segura, no por conocida se debe omitir cuando se trata cualquier cuesti¨®n de pol¨ªtica econ¨®mica. Toda esta informaci¨®n se puede encontrar en los vol¨²menes OECD employment outlook e informes anuales sobre econom¨ªa internacional publicados por este organismo internacional.
Seg¨²n estos datos, entre 1970 y 1985 se han creado en Estados Unidos, en t¨¦rminos netos, despu¨¦s de restar los puestos destruidos, m¨¢s de 30 millones de puestos de trabajo. Para el agregado de pa¨ªses de la CEE, sin embargo, el n¨²mero de trabajadores empleados hoy es menor que el de hace 15 a?os; en alguno de estos pa¨ªses -es el caso de Espa?a- se han perdido, en t¨¦rminos netos, cerca de un mill¨®n y medio de puestos de trabajo en este per¨ªodo. Como resultado de ello, en Estados Unidos el desempleo ha pasado desde el 4,8% en 1,970 al 7,1 % en 1985 y se sit¨²a por debajo del 6,5% en la actualidad. Para los pa¨ªses de la CEE, el desempleo promedio ha pasado del 3,3% en 1970 al 11 % en la actualidad; en el caso de Espa?a, el desempleo era del 2,4% en 1975 y actualmente supera el 20%.
En todos estos a?os, la tasa de crecimiento de la poblaci¨®n activa en EE UU y en los pa¨ªses de la CE ha sido la misma. La dispar evoluci¨®n de las cifras de paro se debe, por tanto, a que la tasa de crecimiento del empleo en Estados Unidos ha sido, para el promedio del per¨ªodo, cerca de tres enteros porcentuales superior a la europea. Por otro lado, la tasa media de crecimiento econ¨®mico de Estados Unidos en estos a?os ha sido tambi¨¦n muy similar a la de los pa¨ªses europeos, ligeramente superior al 1,5%, por lo que con un mismo ritmo de crecimiento econ¨®mico se han generado vol¨²menes de empleo bien diferentes en cada caso. Si enfrentamos estos datos con las proposiciones extra¨ªdas de los art¨ªculos del profesor Segura, parece l¨ªcito efectuar las siguientes reflexiones:
En primer lugar, la experiencia internacional no permite abrazar con fervor la idea de que "la ¨²nica posibilidad de generar vol¨²menes s¨ªgnficativos de empleo es creciendo". Si con el mismo ritmo de crecimiento en dos conjuntos de pa¨ªses se generan vol¨²menes de empleo distintos en unos y otros es porque debe haber otros factores que, adecuadamente manipulados, permiten crear m¨¢s empleo dada una tasa cualquiera de crecimiento econ¨®mico; ?c¨®mo explicar, en todo caso, aquella evidencia?
En cuanto a la influencia de los avances tecnol¨®gicos sobre los niveles de paro, cabe preguntarse: ?por qu¨¦ estos factores tecnol¨®gicos se han ensa?ado con las econom¨ªas europeas y no con la norteamericana, cuando todas ellas tienen acceso a un conjunto de posibilidades tecnol¨®gicas esencialmente id¨¦nticas?
Una posible respuesta a estos interrogantes es que la flexibilidad del mercado de trabajo, la reacci¨®n de precios y cantidades ante variaciones de la demanda, en Estados Unidos es mayor que en Europa, y ello ha orientado de forma diferente la utilizaci¨®n de la tecnolog¨ªa. Esta utilizaci¨®n no es independiente del precio relativo del factor trabajo ni de las facilidades de reasignar dicho factor, y mientras que en Europa la tecnolog¨ªa se ha orientado a la reducci¨®n de las necesidades de trabajo por unidad de producto, en Estados Unidos la incorporaci¨®n de la tecnolog¨ªa a la producci¨®n ha sido m¨¢s o menos neutral en este sentido. Si la tecnolog¨ªa disponible y los ritmos de crecimiento econ¨®mico previstos por el Gobierno no impiden necesariamente que se generen vol¨²menes significativos de empleo en los pr¨®ximos a?os, ?cu¨¢l es el obst¨¢culo? En mi opini¨®n, y concluyo as¨ª estos comentarios coincidiendo plenamente con alguna de las observaciones del profesor Segura, los que ¨¦l denomina "componentes estructurales", en los que quiero ver una expresi¨®n elegante del conjunto de trabas que limitan la flexibilidad del mercado de trabajo.
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