Miles de millones para evitar escuchas

C. Y. Los ministerios de Defensa y Asuntos Exteriores han iniciado en los ¨²ltimos a?os ambiciosos y costosos programas destinados a proteger las comunicaciones que se mantienen desde la Pen¨ªnsula con las sedes diplom¨¢ticas en el extranjero o con los agentes de los servicios de informaci¨®n. Ambos aspectos est¨¢n directamente relacionados y, de hecho, t¨¦cnicos del CESID colaboran diariamente con los miembros del servicio exterior a la hora de establecer nuevos sistemas de comunicaciones.

Para 1988, el CESID invertir¨¢, adem¨¢s de lo ya se?alado, otros 2.500 millones de pesetas en la adquisici¨®n de nuevos materiales electr¨®nicos, de transmisiones y de procesos de informaci¨®n, as¨ª como 6.059 millones en la compra de equipos de informaci¨®n, muchos de los cuales tienen car¨¢cter de "secreto".

Tambi¨¦n ser¨¢n invertidos en 1988 642 millones de pesetas para cubrir una peque?a parte de los gastos de la nueva sede que los servicios de informaci¨®n dependientes del Ministerio de Defensa tendr¨¢ en breve a unos nueve kil¨®metros de Madrid, en la carretera de La Coru?a. En esta nueva sede est¨¢n siendo instalados avanzados sistemas de recepci¨®n de mensajes.

Paralelamente, Defensa comenz¨® hace a?os la instalaci¨®n de una compleja red de comunicaciones denominada Red Territorial de Mando (RTM), que es utilizada por miembros del Gobierno, los jefes de los tres ej¨¦rcitos y del Estado Mayor Conjunto, el director de la Guardia Civil y todos los mandos de grandes unidades.

El Ministerio de Asuntos Exteriores prev¨¦ para estos a?os invertir unos 5.000 millones de pesetas en la mejora de los sistemas de comunicaci¨®n con las embajadas, muchas de las cuales no disponen de sistemas de secrafon¨ªa para emitir los mensajes al departamento.

Todas estas inversiones se realizan debido a que en los ¨²ltimos a?os era evidente, seg¨²n han reconocido en varias ocasiones altos cargos del Ministerio de Defensa, la debilidad y transparencia de los sistemas de comunicaci¨®n empleados por el Estado. Agentes de distintos pa¨ªses -especialmente de EE ULT y de la URSS- han sido sorprendidos en varias ocasiones cuando se dedicaban a interceptar comunicaciones de edificios oficiales, incluido, en una ocasi¨®n, el palacio Real.

Expertos en estos sistemas aseguran que estados como el espa?ol tienen la gran desventaja de que las m¨¢s altas tecnolog¨ªas en comunicaciones tienen que adquirirlas en el exterior y, por tanto, los sistemas establecidos pueden ser pinchados con cierta facilidad por las potencias suministradoras.