?Nueva escultura espa?ola o nuevos horizontes art¨ªsticos?
En la etapa dorada que actualmente vive el arte joven de nuestro pa¨ªs, que es reclamado y reconocido internacionalmente por todas partes, vistas las cosas al menos en t¨¦rminos comparativos, hay un dato que no puede pasarse por alto: cada vez abundan m¨¢s los escultores que despiertan inter¨¦s. De un tiempo a esta parte, es efectivamente rara la convocatoria promocional del nuevo arte espa?ol que no contenga alg¨²n escultor, cuando no, como ocurre ¨²ltimamente, que est¨¦, de hecho, mayoritariamente protagonizada por escultores. As¨ª, en muy pocos a?os ya se ha formado un amplio grupo que circula por los trayectos internacionales con la misma presencia o m¨¢s que por los de nuestro pa¨ªs. Tales son, entre otros, los casos de Susana Solano, Cristina Iglesias, Juan Mu?oz, Tom Carr, Txomin Badiola, Pello Irazu, Francisco Leiro, Jaume Piensa, E. Belloti, etc¨¦tera, a los que hay que a?adir los precedentes de Sergi Aguilar, Miquel Navarro o Andr¨¦s Nagel.Entre finales de la pasada d¨¦cada y el desarrollo de la actual se multiplican, en cualquier caso, sea cual sea su mayor o menor proyecci¨®n social, los escultores espa?oles decididamente interesantes. En este sentido, sin ¨¢nimo de agotar la n¨®mina de implicados, cabe recordar asimismo a Adolfo Schlosser, ?ngeles Marco, Eva Lootz, Mitsou Miura, Joan Cardells, Juan Bordes, Emilio Mart¨ªnez, D. Lechuga, Mar¨ªa Luisa Fern¨¢ndez, L L. Moraza, R. Catania, S. Gim¨¦nez, E. D'Ors...
Esta sorprendente floraci¨®n de escultores en nuestro pa¨ªs coincide, por lo dem¨¢s, con una tendencia internacional dominante, aunque conviene advertir algo, antes de aventurar ning¨²n juicio al respecto, sobre la incierta identidad de la escultura en la ¨¦poca contempor¨¢nea, en la que pr¨¢cticamente se reconoce como tal a todo objeto en tres dimensiones, y eso si nos olvidamos de quienes insisten en autoderlominarse escultores a trav¨¦s de meros sopotes fotogr¨¢ficos, como los artistas brit¨¢nicos Gilbert and George. De manera que, en el fondo de la cuesti¨®n, quiz¨¢ sigamos inercialmente llamando escultura a un modo de hacer arte que ya nada o muy poco tiene que ver con las tradicionales divisiones de g¨¦neros.
?Se busca, as¨ª pues, la escultura en s¨ª, o simplemente la libertad de movimientos que a trav¨¦s de ella m¨¢s desenfadadamente se cree intuir? En un libro que r¨¢pidamente se ha convertido en una obra de obligada consulta respecto al problema de la escultura actual, Passages in modern sculture, de Rosalind E. Krauss, se nos habla del "doble negativo" como "una nueva sintaxis", queri¨¦ndose significar con ello un tipo de obra basada en la experimentaci¨®n abstracta del espacio y la ubicaci¨®n exc¨¦ntrica del cuerpo, lo que en ¨²ltima instancia remite a una concepci¨®n de la escultura en la que espacio y tiempo se interpenetran, rompiendo definitivamente con los moldes cl¨¢sicos. La Krauss deduc¨ªa este criterio de los escultores minimalistas de los setenta, pero puede extenderse perfectamente a los de hoy mismo con tal que a?adamos las correspondientes gotas de humor, perversidad conceptual e intencionada provocaci¨®n antivanguardista.
Esta confusi¨®n deliberada y, con o sin la nueva sintaxis del doble negativo, se da tambi¨¦n entre los nuevos escultores espa?oles. Quiz¨¢ sorprenda la floraci¨®n cuantitativa ¨²ltima de escultores en un pa¨ªs con tan pobre tradici¨®n en el g¨¦nero, excepciones al margen. Sin embargo, tampoco conviene olvidar que algunos de los mejores escultores de este siglo han sido espa?oles, desde Julio Gonz¨¢lez en adelante. Importantes a la sombra de la vanguardia, no tiene, en definitiva, nada de extra?o que sigan si¨¦ndolo los escultores espa?oles en la era de la posvanguardia.
La riqueza art¨ªstica es, y m¨¢s en el momento actual, tambi¨¦n una cuesti¨®n de diversidad. De esta manera, los revivals arqueologistas se mezclan con las evocaciones arquitect¨®nicas, los elementos m¨¢s propiamente escult¨®ricos sirven Para definir conceptos o sensaciones pict¨®ricas y, en definitiva, lo vernacular se mezcla indistintamente con las referencias m¨¢s rabiosamente cosmopolitas.
Escultura o, si se quiere, objetos que reflejan una manera diferente de concebir el arte, en cualquier caso, de lo que no cabe duda es que nuestra escultura tiene hoy mucho que decir y comienza a ser internacionalmente escuchada. Hay en ella demasiadas voces con calidad para que no fuera as¨ª.
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