?Que vienen los rusos!
La hoz y el martillo se adue?an de la capital norteamericana ante la llegada de Gorbachov
Banderas rojas con la hoz y el martillo cuelgan de las farolas de Washington. Esta tarde llegan Gorbachov y Raisa. La extrema derecha republicana llama "tonto ¨²til de los comunistas" a Ronald Reagan, que se ha preparado durante el fin de semana para la cumbre viendo un v¨ªdeo sobre la URSS -"retiene mejor la imagen que la palabra escrita", afirman sus asesores-. Ciento treinta y cinco hombres del KGB protegen la Embajada sovi¨¦tica, ante la que se manifiestan grupos de jud¨ªos, entregan flores ni?os en son de paz o llegan, como el s¨¢bado, en una cadena humana, mujeres pacifistas de todo el mundo, como la diputada socialista espa?ola Anna Balletb¨® y Margarita Papandreu, esposa del primer ministro griego.
Al otro lado de la trinchera, dos generales retirados espa?oles, Florencio Garc¨ªa S¨¢nchez y Emilio Garc¨ªa-Conde Ce?al, el coronel -tambi¨¦n retirado- Mario Nieto Piume y el abogado V¨ªctor Girauta y Armada, firman en el Washington Times -el diario de la secta Moonuna p¨¢gina entera de publicidad pagada por el ultraderechista Schiller Institute, oscura organizaci¨®n manejada por Lyndon Larouche, con un llamamiento urgente para frenar el tratado INF. Junto con militares, todos en la reserva, de otros pa¨ªses, pero tambi¨¦n agricultores, dentistas e industriales, denuncian que "est¨¢ en juego la libertad pol¨ªtica de la civilizaci¨®n occidental judeo-cristiana" y claman contra este "nuevo Yalta entre Mosc¨² y Washington".Todo forma parte del circo de la cumbre, que ya ha desplegado su carpa electr¨®nica sobre Washington. Siete mil periodistas condenados a verlo todo por televisi¨®n porque los dos grandes no saldr¨¢n practicamente de la Casa Blanca. Esta tarde -a las 22.30, hora peninsular- llega Mijail Gorbachov, al que por sus cualidades de vendedor de glasnost y perestroika se le califica del Lee Iacocca rojo, y Raisa, la Jackie Kennedy del Kremlin. Es la gorbifilia, que ya ha producido un tema de rock, Gorbachov tour.
Y todo por culpa de Nancy Reagan, seg¨²n el ex asesor presidencial Michael Deaver, procesado por perjurio. En su libro de pr¨®xima aparici¨®n, Detr¨¢s de la escena, Deaver da pruebas de la "conspiraci¨®n" de Nancy para convertir al anciano presidente a la distensi¨®n. "Ella le presion¨® para que ablandara su l¨ªnea sobre la URSS, para que redujera el gasto militar y no insistiera en la guerra de las galaxias. Tambi¨¦n apoyaba una soluci¨®n diplom¨¢tica para Nicaragua. Nancy casi siempre gana, una vez que coge: un tema es como un perro que no suelta un hueso".
Hay bofetadas por conseguir una de las 350 invitaciones para la cena de gala de la Casa Blanca, el martes, y el almuerzo del mi¨¦rcoles en el Departamento de Estado, sin contar la cena en la Embajada sovi¨¦tica. El todo Washington llama a la oficina de protocolo diciendo que se ha debido extraviar en el correo su invitaci¨®n, que ha llegado a una Esta de escogidos entre los que figuran Jimmy Stewart, el director de orquesta Matislav Rostropovich, que abandon¨® la Uni¨®n Sovi¨¦tica en los a?os setenta, y lo m¨¢s granado del gotha del deporte, las finanzas, la ciencia y la pol¨ªtica.
Gorbachov se ha negado a ponerse un esmoquin e ir¨¢ con traje oscuro -"en nuestra democracia proletaria no tenemos esa prenda burguesa"-, explica el portavoz sovi¨¦tico, Genadi Guerasimov, que viaja por Washington con una limousine de ocho metros de eslora.
Reagan no se ha atrevido a elegir a su amigo Frank Sinatra para amenizar la velada, y ser¨¢ el pianista Van Cliburn, el primer norteamericano en ganar el Premio Chaikovski en Mosc¨², en 1958, quien interpretar¨¢ a Chopin, Rachmaninoff y Brahms. Un chef franc¨¦s prepara la cena, ante las protestas patri¨®ticas de los cocineros norteamericanos. Los Reagan, en un gesto inhabitual, acudir¨¢n el mi¨¦rcoles a la Embajada de la URSS a cenar; normalmente en esta devoluci¨®n suelen mandar al vicepresidente, George Bush, que recibir¨¢ el premio pol¨ªtico -cara a la campa?a presidencial- de un desayuno en su residencia con Gorbachov.
Nancy y Raisa
Nueve l¨ªderes del Congreso acudir¨¢n a la representaci¨®n diplom¨¢tica sovi¨¦tica para entrevistarse con Gorbachov, despu¨¦s de que los conservadores abortaran el plan de que el dirigente del Kremlin hablara en el Capitolio, donde en el pasado no pusieron ninguna pega, por ejemplo, a Ferdinand Marcos. Los propietarios de los principales peri¨®dicos y televisiones norteamericanos tambi¨¦n peregrinar¨¢n a la embajada a entrevistarse con Gorbachov, lo que ha obligado a sustituir el t¨¦ del mi¨¦rcoles por la tarde y la visita a las habitaciones privadas de la Casa Blanca, ofrecido por Nancy a Raisa, por un caf¨¦ matutino. La nueva zarina bolchevique quiere estar con su marido cuando ¨¦ste vea a los due?os de la opini¨®n p¨²blica.Cuentan las comadres que las relaciones entre estas dos mujeres no son calurosas. Nancy se sinti¨® timada cuando Raisa amag¨® con no aparecer en la cumbre de Reikiavik -lo que le hizo a Nancy suspender su viaje-, y finalmente acudi¨® diciendo a la Prensa que "alg¨²n problema de salud imped¨ªa la presencia de la se?ora Reagan". Nancy coment¨® tras su ¨²nico encuentro, en la cumbre de Ginebra, que Raisa "es una comunista de los pies a la cabeza y que s¨®lo quer¨ªa soltar doctrina".
La Casa Blanca se queja de que los sovi¨¦ticos mantienen en secreto a¨²n el programa de Raisa, aunque se cree que visitar¨¢ la National Gallery -el Prado local-, la biblioteca del Congreso y el Museo del Aire y el Espacio. Los 9.000 polic¨ªas que proteger¨¢n a los Gorbachov temen que se les ocurra acercarse a un abarrotado centro comercial en plena locura consumista navide?a. Incluso corre un rumor salvaje que habla de un viaje de Raisa a Nueva York.
Adonde no ir¨¢ Gorbachov ser¨¢ a un refugio para los sin hogar, para compartir una sopa boba, al que ha sido invitado por el activista social Michael Snyder. Ni tampoco ver¨¢, tras sus cristales negros de su gigante Zil -equivalente al Cadillac Fletwood presidencial, trasladado especialmente desde Mosc¨²- las manifestaciones constantes en el parque Lafayette, frente a la Casa Blanca, convertido en. Hyde Park Corner durante la cumbre. Habr¨¢ manifestantes antisovi¨¦ticos de los movimientos nacionalistas b¨¢lticos de Estonia, Lituania y Letonia, o diferentes grupos de afganos, unos a favor y otros en contra de la presencia sovi¨¦tica en su pa¨ªs.
Ser¨¢ Raisa -quien, seg¨²n la Prensa popular, hace aerobic en el Kremlin todos los d¨ªas con los v¨ªdeos de Jane Fondaquien le contar¨¢ a su marido c¨®mo es Washington. Mijail Sergeievich s¨®lo ver¨¢ la embajada de su pa¨ªs, la Casa Blanca, el Departamento de Estado -donde acudir¨¢ a un almuerzo- y el trayecto entre la base de Andrews y el centro de la ciudad. S¨ª contemplar¨¢ al despertarse todas las ma?anas una bandera del sindicato clandestino polaco Solidaridad, que cuelga del edifico de la Asociaci¨®n de Constructores, situado frente a la embajada, y que las presiones sovi¨¦ticas no han conseguido hacer retirar. Tambi¨¦n ver¨¢ durante su estancia, gracias a un favor que le har¨¢ la USIA -la agencia de propaganda de EE UU-, los informativos de la televisi¨®n de Mosc¨², que le har¨¢n llegar a diario los servicios de interceptaci¨®n electr¨®nica norteamericanos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Ronald Reagan
- Mijail Gorbachov
- Escudo antimisiles
- ISD
- Nancy Reagan
- Raisa Maximovna Gorbachova
- Espacio a¨¦reo
- URSS
- Pol¨ªtica defensa
- Seguridad a¨¦rea
- Ej¨¦rcito aire
- Bloques pol¨ªticos
- Tratados desarme
- Fuerzas armadas
- Estados Unidos
- Bloques internacionales
- Pol¨ªtica exterior
- Turismo
- Defensa
- Transporte a¨¦reo
- Guerra
- Gobierno
- Transporte
- Administraci¨®n Estado
- Eventos