Thatcher pedir¨¢ a Reagan y Gorbachov que pacten sobre la defensa espacial

Margaret Thatcher pedir¨¢ a los l¨ªderes de las dos superpotencias que pacten un calendario sobre la investigaci¨®n y desarrollo de la pol¨¦mica Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI), conocida como guerra de las galaxias. La conservadora primera ministra brit¨¢nica ha enviado ya una carta al presidente norteamericano en la que pide a Ronald Reagan que se muestre flexible, y pedir¨¢ otro tanto al m¨¢ximo dirigente del Kremlin, Mijail Gorbachov, que har¨¢ hoy una escala en el Reino Unido, en ruta hacia Washington, donde firmar¨¢ el martes con Reagan el tratado de eliminaci¨®n de los misiles nucleares de alcance intermedio.

La iniciativa de Thatcher pretende crear entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica un clima de entendimiento y confianza que permita alcanzar en el futuro nuevos acuerdos de control de armamentos. La SDI es, precisamente, el principal obst¨¢culo para que las superpotencias puedan alcanzar en 1988 un compromiso para reducir en un 50% las armas estrat¨¦gicas.La dama de hierro piensa tambi¨¦n en futuros compromisos sobre las armas qu¨ªmicas y el armamento convencional. En realidad, la primera ministra considera que reducciones en estos cap¨ªtulos deben ser condiciones indispensables para disminuciones adicionales de las fuerzas nucleares en Europa.

La base del acuerdo sobre la SDI que Thatcher sugiere a Reagan y Gorbachov es el respeto del tratado ABM, de 1972, sobre limitaci¨®n de los sistemas de defensa antimisiles.

Thatcher y Gorbachov conversar¨¢n durante dos horas en la base a¨¦rea de Brize Norton, no lejos de Londres. Ambos se llevan muy bien desde que, en diciembre de 1984, el entonces secretario general in p¨¦ctore visit¨® el Reino Unido.

El ambiente para la cumbre de Washington se calde¨® ayer con una manifestaci¨®n de jud¨ªos en Mosc¨² que fue reventada por contramanifestantes. Un periodista de la cadena de televisi¨®n norteamericana fue detenido durante cinco horas. En Washington, jud¨ªos estadounidenses y disidentes sovi¨¦ticos emigrados protestaron ante la Casa Blanca por la situaci¨®n de los derechos humanos en la URSS.

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